El Gobierno del PP se aferra a su verdad, desmentida por numerosos mandos policiales
31-07-04 - José Manuel Romero
Dieciséis diputados (cinco del PSOE, cinco del PP, uno de CiU, uno de ERC, uno del PNV, uno de IV-IU, uno de Coalición Canaria y uno del Grupo Mixto) han trabajado durante algo más de un mes para intentar "esclarecer la verdad acerca de los hechos sucedidos los días 11 al 14 de marzo, así como los antecedentes y consecuencias que resulten coherentes con aquella finalidad".
El pasado jueves, los parlamentarios decidieron darse un mes de vacaciones y volver con sus conclusiones redactadas el 7 de septiembre. Ese día empezarán a discutir si necesitan interrogar a más personas relacionadas con los hechos que investigan para aclarar los aspectos más oscuros.
Los comisionados han analizado hasta ahora decenas de documentos, muchos de ellos clasificados como secretos por el Gobierno, e interrogado durante más de 100 horas a 38 personas (los grupos habían propuesto un centenar de comparecencias), entre ellas 18 miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, un juez, un fiscal, tres ex ministros, los ex directores generales y directores generales de la Policía y de la Guardia Civil y el actual ministro del Interior.
La comisión ha dedicado la mayoría de sus horas y esfuerzos a analizar tres aspectos del 11-M:
- La información sobre la investigación del atentado que facilitó el Gobierno de José María Aznar, empeñado durante 56 horas en asegurar que la línea prioritaria de la policía apuntaba a la banda terrorista ETA.
- La política antiterrorista llevada a cabo durante los últimos tres años en función de las alertas de distintos servicios de información sobre la amenaza islamista en España tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
- El tráfico ilegal de explosivos en Asturias que permitió a los autores de la masacre disponer de más de 200 kilos de dinamita con relativa facilidad.
Las conclusiones que han sacado los comisionados respecto a estos tres puntos no permiten aventurar un acuerdo fácil en la interpretación final sobre lo ocurrido.
¿Manipuló el Gobierno la información sobre la investigación del atentado?
Ángel Acebes, ministro del Interior hasta el 18 de abril de 2004, mantuvo durante cuatro conferencias de prensa convocadas en las 56 horas que transcurrieron desde el atentado del 11 de marzo hasta las primeras detenciones en la tarde del 13 de marzo que la línea "prioritaria de investigación era ETA". Y fundamentó este hecho en los antecedentes de la banda, que supuestamente preparaba un gran atentado en Madrid, según el análisis que hizo el ex ministro. "Uno, sabíamos que ETA quería atentar; dos, sabíamos que quería hacer una masacre antes de las elecciones; tres, lo había intentado diez días antes con la furgoneta que se detiene en Cuenca; cuatro: era un atentado exactamente igual que el que querían haber producido en Nochebuena en Chamartín; cinco: sabíamos que la organización terrorista ETA tenía 12 mochilas preparadas con explosivos para cometer un atentado que no había podido realizar unas semanas antes. Todo. Todo apuntaba a la organización terrorista ETA".
Salvo que los mandos policiales le engañarán o no le mantuvieran puntualmente informado de sus pesquisas, o que nadie entre sus cargos de confianza -los directores generales de la Policía y la Guardia Civil y el secretario de Estado de Seguridad- le contara lo que pensaban los investigadores del caso, Acebes tuvo que manipular la información sobre las pesquisas para mantener que la línea prioritaria apuntaba a ETA.
Desde la tarde del mismo 11 de marzo, cuando la policía ya había analizado los objetos del interior de una furgoneta utilizada por los terroristas y abandonada en Alcalá de Henares, no hay una hipótesis clara respecto al autor de la masacre. A esa hora ya se había descartado que la dinamita utilizada fuera de la marca Titadyne, habitual en los atentados de ETA. Las declaraciones efectuadas por los principales mandos policiales, todos nombrados durante el mandato del Partido Popular, así lo acreditaron ante los diputados de la comisión de investigación del 11-M.
Pedro Gómez-Pintado, subdirector general operativo de la Policía, declaró: "Los investigadores no dieron ni el 11 de marzo ni el 12 de marzo prioridad a ninguna línea de investigación. Ni a ETA ni al terrorismo islámico. El 11-M por la tarde, Acebes pregunta: ¿Ha sido ETA o no? Y le dijimos que no se podía decir ni sí ni no".
Jesús de la Morena, comisario general de Información durante el mandato del PP, aseguró que desde el primer momento expresó a las autoridades del Ministerio del Interior que veía "con cierto escepticismo la posibilidad de que fuera ETA".
El jefe de Policía de Madrid, Miguel Ángel Fernández Rancaño, también aportó datos de que la pista islamista cobró fuerza desde las primeras horas después del atentado: "De los 12 testigos a los que se tomó declaración hasta las 10.30 del 11-M, los dos que ofrecieron más fiabilidad caracterizaron a los presuntos autores como de raza árabe".
El magistrado Baltasar Garzón acabó de dar verosimilitud a estas versiones de los mandos policiales cuando contó lo que le pasó en la noche del 11 de marzo: "Llamé a Gómez Pintado y le pregunté: ¿Quién creéis que ha sido? Y me contestó: 'Estamos al 50-50. Y yo le dije '¿Pero hacia el norte [ETA] o hacia el sur [Al Qaeda]. Y respondió 'hacia el sur'".
Cuando la policía estaba a punto de detener a cinco ciudadanos relacionados con el atentado, dos indios y tres marroquíes, Acebes insistió en que la línea prioritaria era ETA. Luego aclaró que sabía con antelación de las detenciones pero que las mismas no tenían por qué conducir a los autores del atentado pues sólo se trataba de ciudadanos que habían vendido tarjetas de teléfonos móviles. Sus mandos policiales también le desmintieron.
Pedro Gómez Pintado declaró ante la comisión de investigación: "Se investigó en ambas direcciones [ETA y terrorismo islamista] hasta la noche del 12-M. Ahí empieza a aparecer una línea muy concreta cuando se supo que la tarjeta de los teléfonos móviles la habían vendido dos indios".
José Manuel Varela, jefe de Información de la Guardia Civil, reveló en el Congreso que el 13 de marzo, un poco después del mediodía, se celebró una reunión en el Ministerio del Interior a la que asistieron Acebes y su secretario de Estado de Seguridad. "En esa reunión, cuando se pone de manifiesto que va a haber detenciones, que hay ciudadanos marroquíes, eso lleva ya a la teoría prioritaria del extremismo islamista". Mariano Rajón, ex comisario de Información Exterior de la Policía, apostilló ante los diputados de la comisión de investigación: "En la mañana del 13 de marzo, hacia las 12.00, la pista islamista era ya la prioritaria".
Pero Acebes negó cualquier novedad en la investigación cuando habló a los periodistas aquel día a las dos y media de la tarde: "Ninguna de las reuniones que he tenido, permanentes además, con las Fuerzas de Seguridad, me ha dado ninguna información adicional que sea relevante. La línea prioritaria tiene que ser ETA. Desde el primer momento creemos que no puede ser de otra manera".
El portavoz socialista en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, compareció en la comisión de investigación para acusar al anterior Gobierno por la información que trasladó a la opinión pública: "La conclusión es la que es. Ustedes mintieron y por eso están en la oposición. Cuanto antes se den cuenta, mejor para todos". Rubalcaba defendió que el Gobierno de Aznar hizo un análisis político del atentado según el cual "si era ETA podían ganar y si era otro podían perder porque los españoles imputarían el atentado, como así fue, a nuestra participación en la guerra de Irak". El actual ministro del Interior, José Antonio Alonso, remachó esta tesis con una información sobre las investigaciones: "Después del 11-M, todos los indicios apuntaron al terrorismo islamista y ninguno a la banda terrorista ETA".
¿Quién informó por error de que la dinamita era la utilizada por ETA?
Ángel Acebes, ex ministro del Interior, basó su primera declaración atribuyendo a ETA la masacre en una información de urgencia recibida por teléfono de su secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Astarloa, al que a su vez, Pedro Gómez Pintado, subdirector general operativo de la Policía, le había informado de que el explosivo utilizado era Titadyne con cordón detonante, la marca habitual de ETA.
Esa información fue producto de un malentendido, según expresaron ante la comisión de investigación los responsables de los Tedax, que aseguraron que nunca dijeron Titadyne, y el jefe de la Brigada de Seguridad Ciudadana, Santiago Cuadro, que prometió que él sólo dijo dinamita. Fruto de ese error, Acebes se lanzó a las 13.30 del 11-M a declarar que ETA había logrado su objetivo y a calificar de "miserable" a todo aquel que dudase de esa versión. Luego aclaró que se refería sólo a Arnaldo Otegi, el portavoz de Batasuna, que negó unas horas después del atentado que ETA hubiera intervenido y lo atribuyó al islamismo.
El mismo ministro que apuntó a ETA al conocer que el atentado se había cometido con Titadyne justificó después ante los diputados que mantuviera su tesis cuando supo que el explosivo era de la marca Goma 2 Eco, pese a que la banda terrorista no lo había utilizado en los últimos cinco años. "El explosivo tiene un componente habitual de los que utiliza ETA; es decir, se trata de nitroglicerina, que es lo que utilizan las dinamitas. ¿Cuándo una organización terrorista islamista ha utilizado Goma 2 en España? Nunca".
¿Hubo imprevisión política en la prevención de atentados islamistas?
Los mandos policiales y el ex ministro del Interior Ángel Acebes negaron en la comisión que hubiera imprevisión a la hora de combatir el fenómeno del terrorismo de origen islamista y de prevenir el atentado del 11-M. Las dos partes recordaron los éxitos de policía y Guardia Civil en la detención de varias células durmientes de Al Qaeda en España.
Entre la documentación analizada por los comisionados del 11-M destacaban los seis informes del Centro Nacional de Inteligencia redactados entre el 21 de febrero y el 27 de noviembre de 2003, en todos se alertaba sobre la amenaza terrorista de origen islamista de manera creciente. El fechado el 21 de febrero establecía: "La posición de España en el conflicto de Irak ha elevado el riesgo de atentado, pudiendo ser objetivo de grupos terroristas islámicos. Es muy posible un cambio de actitud hacia España, de positiva a negativa". El informe constataba "un deseo de venganza" de los islamistas tras las últimas detenciones ordenadas en España por el juez Baltasar Garzón y finalizaba con otra alerta: "No se puede descartar la existencia de células durmientes en España".
Algunos comisionados, que habían visto los documentos en sesión secreta y con la obligación legal de no difundirlos, filtraron el contenido de estos informes a los medios de comunicación y recibieron el reproche del presidente del Congreso de los Diputados, Manuel Marín, que les trasladó el malestar del Gobierno por lo ocurrido.
Los medios de la policía y la Guardia Civil en España para prevenir ataques terroristas islamistas han sido escasos hasta ahora. Entre septiembre de 2001 y marzo de 2004, la plantilla del servicio de asuntos árabes e islámicos de la policía pasó de 61 efectivos a 74. En el Grupo de Información Exterior de la Guardia Civil, los agentes destinados a combatir el terrorismo internacional pasaron en ese mismo tiempo de 44 a 62.
¿Cómo afrontó el Gobierno el plan de emergencia ante el atentado?
Los grupos han intentado aclarar por qué razón el ex presidente del Gobierno José María Aznar no reunió al Gabinete de Crisis regulado por ley para situaciones de emergencia, como la desencadenada a raíz del atentado del 11-M. Pero Aznar no ha podido contestar porque su comparecencia no ha sido aprobada por la comisión de investigación.
Tampoco ha podido contestar a otra de las incógnitas abiertas tras la comparecencia del ex director del Centro Nacional de Inteligencia Jorge Dezcallar, quién aseguró que el Ejecutivo excluyó al servicio secreto de los trabajos de investigación del atentado hasta el 16 de marzo, tres días después de las primeras detenciones y cinco días después de la masacre desencadenada por los terroristas en los trenes.
¿Quién organizó las movilizaciones del 13-M ante las sedes del PP?
Los populares acusaron al PSOE de tramar una estrategia para rentabilizar electoralmente el atentado del 11-M. El PSOE respondió que el Gobierno del PP había insistido en atribuir la masacre a ETA para obtener réditos electorales.
Los populares pidieron que las compañías telefónicas facilitaran los mensajes enviados desde teléfonos móviles de dirigentes de IU y PSOE en la jornada del 13-M para intentar probar que habían convocado las movilizaciones que se desarrollaron frente a las sedes del PP.
Las compañías telefónicas negaron esa información con el argumento de que sólo la pueden facilitar previa autorización judicial. La Fiscalía General del Estado envió al Congreso un informe de 700 folios sobre las denuncias presentadas por el PP contra los que se manifestaron frente a sus sedes. La mayoría de las mismas había sido archivada. La Fiscalía entendía que en aquellos actos no se solicitó el voto para ningún partido, lo que hubiera supuesto una infracción de la Ley Electoral, sino que se criticó la política informativa del Gobierno respecto a la investigación del atentado del 11-M.
31/7/04
Una investigación con dos versiones: los mandos policiales desmienten al PP
30/7/04
Solos contra todos (Editorial EL PAÍS)
30-07-04 - EL PAÍS
Al final de las cuentas, las comparecencias de la comisión de investigación del 11-M que acaban de concluir han sido bastante esclarecedoras. Los testimonios más objetivos han confirmado la obstinación del Gobierno del PP en convencer a la opinión pública española y a la internacional de que el atentado lo había cometido ETA, aunque desde la tarde del mismo día 11 los responsables de la investigación empezaron a acumular indicios que apuntaban exclusivamente hacia la autoría islamista. Como ha dicho el ministro Alonso, "no hay un solo indicio" que conduzca a ETA. Sin una sola prueba en contrario, el PP ha resucitado insensatamente la sospecha.
Antes tontos que mentirosos. Ésta parece ser la estrategia en la que se ha acorazado el Grupo Popular. Sin un solo dato a favor de sus tesis, se han limitado a intentar invertir la carga de la prueba. El interpelado, que gobernaba el día del 11-M -y hasta cinco semanas después-, ha intentado convertirse en interpelador: pidiendo explicaciones a los medios de comunicación sobre las informaciones que dieron, al PSOE sobre la respuesta ciudadana, a los representantes de las Fuerzas de Seguridad del Estado sobre los datos que no se correspondían con su discurso.
La inviabilidad de esta estrategia ha hecho derivar al PP desde la defensa razonable a las elucubraciones patéticas. Incapaz de negar lo evidente, ha tanteado la fuga mediante hipótesis imaginativas, debidamente preparadas por sus terminales mediáticas. Desde la sombra de ETA hasta las conspiraciones del espionaje internacional, el PP sigue buscando la X del atentado por arriba y por abajo. Antes que asumir el error están dispuestos a dar pábulo a las más disparatadas hipótesis conspirativas, que incluirían a la gran prensa internacional, incapaces de aceptar que perdieron las elecciones porque mucha gente estaba cansada de los desprecios y maltratos de un Gobierno arrogante.
Pero la confirmación de las primeras hipótesis no redime a la comisión. Ni las maneras de trabajar son las deseables ni los objetivos han sido debidamente jerarquizados. Una vez más cabe lamentar -la comparación con la comisión del 11-S estadounidense es lacerante- la dependencia de sus miembros respecto del grupo parlamentario al que pertenecen.
La pugna política ha hecho que el debate se centrara en lo ocurrido entre el 11 y el 14 de marzo, es decir, en los efectos políticos inmediatos del atentado. El PP se ha dedicado a fabular deslegitimaciones electorales. Los demás partidos no han sido capaces de centrar la comisión en lo verdaderamente importante. ¿Por qué un atentado islamista en España? ¿Qué falló en los sistemas de información y de prevención? ¿Cómo funciona y se financia este terrorismo? ¿Cuál es la fuerza y la presencia del islamismo radical en nuestro país? ¿Seguimos siendo objetivo de este tipo de terrorismo? ¿Qué enseñanzas hay que sacar del 11-M para que no vuelva a repetirse o al menos para que no nos coja tan desprevenidos?
Dicen algunos medios que Acebes ha levantado la moral de su partido. Solos contra todo el mundo: así acabaron los del PP sus días de gobierno y así viven sus primeros meses en la oposición. Contra las evidencias, contra los demás partidos, contra la opinión mayoritaria, contra los servicios de inteligencia, contra los medios de comunicación de medio mundo y los gobiernos de los países más diversos. Éste es el retrato que marca el final de las comparecencias de la comisión.
29/7/04
Humor
Primer Concurso encantador (EWGL)
Googlebombing
Un poco de humor: Primer Concurso encantador de EWDGL
Como todos recordareis el 17 de marzo de 2004 se reunieron miles de simpatizantes del PP frente a la sede nacional del PP en la calle Génova.
Los manifestantes enarbolaban banderas de España y del PP, y portaban pancartas con lemas como "Zapatero, presidente de Al Qaeda", "Polanco, delincuente" y "Televisión, manipulación". Además, guardaron un minuto de silencio, con las manos en alto, en protesta contra la manipulación de la que creen que ha sido víctima el PP.
Entre los simpatizantes pronto destacaría un joven con una pancarta en la que aparecía escrito: "Zapatero al paredón"
Por ello, al día siguiente, EWDGL organizó el 1er Concurso encantador. Los resultados de tal concurso fueron espectaculares:
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Empecinado Acebes (Editorial El País 29-07-04)
El ex ministro del Interior, Ángel Acebes, se mantuvo ayer impertérrito en su narración, ya conocida, sobre el 11-M. Interrogado por la comisión parlamentaria de investigación durante más de diez horas, reafirmó la tesis de que el anterior Gobierno nunca mintió ni manipuló, y que hubo una estrategia por parte de otros para "sembrar la infamia" y beneficiarse de la matanza. Pétreo e impasible, rescató nuevamente la incertidumbre sobre quién fue el cerebro intelectual de los múltiples atentados, porque, según él, todavía planea la sospecha de ETA. La mayor parte de los mandos policiales sostienen que no hay ningún dato sobre conexiones entre el terrorismo islámico y la banda separatista vasca, opinión que también sostiene el juez que investiga los hechos. En todo caso, eso es algo que debe determinar la justicia, no el actual Gobierno, como sostuvo Acebes en un descarado intento de invertir los términos de la investigación. El ex ministro del Interior, responsable de la seguridad de los españoles hasta el 18 de abril, nada quiso decir sobre qué falló para que se produjeran los atentados ni qué hizo hasta la fecha de su cese para aclarar esa autoría intelectual que ahora tanto le intriga. Sólo se ocupó de defender, eso sí con contundencia, los intereses de su partido.
Acebes dominó la escena gracias a la debilidad del guión de los comisionados, invirtió los roles y ni pestañeó cuando dijo que sólo el día 13 por la tarde había indicios sustanciales para otorgar prioridad a la pista islamista. Para el ex ministro no cabía siquiera incluir en la categoría de indicios el hallazgo el mismo día del atentado de la camioneta con los detonadores y la cinta de vídeo con los versos coránicos. A su juicio el primer indicio objetivo sólo se produjo el día 13, tras las primeras detenciones y la cinta de reivindicación. Sus argumentos de entonces, reiterados ayer hasta la extenuación, chocan con las versiones suministradas a la comisión parlamentaria por diversos mandos policiales.
Con la perspectiva del tiempo todo muestra que Acebes hizo una defensa cerrada, que todavía sostiene, de la versión que más convenía a su partido, a pesar de que los hechos fueron demostrando su inexactitud con más velocidad de la que esperaban. Lo cierto es que Acebes ahondó en las sospechas sobre ETA cuando los indicios crecían en dirección contraria. Con un ministro más cauto, que hubiera presentado desde el primer momento la pista etarra sin descartar otras, la situación podría haber sido distinta para él mismo, para el Partido Popular y para el ex jefe de Gobierno Aznar, quien tuvo que observar perplejo un día después de la tragedia cómo miles de españoles se interrogaban sobre qué pasaba y quién había sido el autor de la matanza.
Pero lo que resulta ya del todo increíble es que cuatro meses después el ex ministro del Interior -que siguió siéndolo un mes después del atentado- rescate, contra toda evidencia, la sombra de ETA. Tarea en la que le secundó ayer con idéntico empecinamiento el ex ministro Zaplana. Quienes se equivocaron, si no mintieron, en aquellos días piden ahora explicaciones al resto del arco político en un insólito ejercicio de cinismo.
29-07-04: Rubalcaba asegura que Acebes "escondió información relevante". Alonso recuerda al PP que "ni siquiera un indicio conduce a ETA
El portavoz del grupo socialista revela que la misma noche del 11-M expresó al Gobierno sus dudas sobre ETA "Lo que no admite el estado de derecho son insidias, conjeturas y retorcimientos", ha respondido al PP
29-07-2004 Cadena SER / El País
La realidad es la que es: ustedes mintieron y por eso están en la oposición. Cuanto antes se den cuenta, mejor para todos; para ustedes y para esta Cámara".
Así se despidió ayer de la comisión de investigación del 11-M Alfredo Pérez Rubalcaba, portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, a quien el PP considera el cerebro de la estrategia de comunicación del PSOE durante los días de marzo tras los atentados y hasta las elecciones.
Rubalcaba contraatacó: "La actuación de mi partido en los días posteriores al atentado del 11-M ya ha sido sancionada por los ciudadanos, que votaron masivamente el día 14 de marzo".
El portavoz del PSOE en el Congreso ha defendido la "lealtad" de su partido entre los días 11 y 14 de marzo, y censuró el comportamiento del Gobierno que "rechazó el apoyo ofrecido por el PSOE" y se inclinó por la autoría de ETA. El mismo 11 de marzo por la noche los socialistas hicieron saber al Gobierno que dudaban de la autoría de ETA y se inclinaban más bien por la hipótesis islamista. Rubalcaba ha ofrecido un Pacto de Estado contra el terrorismo a todos los grupos parlamentarios.
Alfredo Pérez Rubalcaba, quien defendió que el anterior Gobierno "hizo un análisis político del atentado". Explicó cuál: "Si era ETA, podían ganar, y si era otro podían perder, porque los españoles imputarían, como así fue, el atentado a nuestra participación en la guerra de Irak". Por eso, según su interpretación, el anterior Ejecutivo "intentó convencer al mundo entero de que el atentado lo cometió ETA, y el problema fue que esa película tuvo un final distinto porque no fue ETA".
Con esa tesis, Pérez Rubalcaba dedicó las cuatro horas que duró su comparecencia a apuntalar con sus argumentos una frase que retumba en la memoria del PP desde la noche de la jornada de reflexión: "Merecemos un Gobierno que no nos mienta", proclamó entonces y defendió ayer.
El portavoz del Grupo socialista argumentó que esa "mentira" tomó la forma de ocultación de parte de la verdad a la opinión pública: "Todo aquello que no marcaba la línea de ETA siempre era minusvalorado".
Rubalcaba afirmó que tal estrategia del Gobierno popular comenzó la misma tarde del día 11. "El señor Acebes no les dice a los españoles algunas cosas que se habían encontrado en la furgoneta". Puso los siguientes ejemplos: "No les dice que los detonadores y los explosivos no son los habitualmente utilizados por ETA, no les dice que las placas de la furgoneta no están dobladas o que el contenido de la cinta coránica encontrada en la furgoneta de Alcalá tenía una vinculación con el Islam. La diputada Alicia Castro ha señalado que es "falso que la sura indicara nada".
Sin embargo, lo que para el ex ministro de Interior, Ángel Acebes, es "una simple cinta comercial" y para la diputada Castro una cinta que "no decía nada", para el CNI la sura que contiene es una de las cuatro que utilizan los ideólogos más radicales del islamismo.
También ha señalado Rubalcaba que desde las doce de la noche del día 11 hasta las siete y media del sábado el Gobierno "no informó al PSOE de lo que sucedía y de la evolución de las investigaciones". El día 11 Aznar llamó a Zapatero y después el líder del PSOE llamó a Rajoy para ofrecerle una respuesta conjunta al atentado. Rubalcaba, que estaba presente en esa reunión, dice que Zapatero propuso una reunión del Pacto Antiterrorista, "y Rajoy no contestó". Ante esa negativa, Zapatero ofreció alternativamente una reunión de todos los grupos parlamentarios, "y la respuesta fue 'ya te contestaré', y hasta hoy estamos esperando esa respuesta".
El PP, el único grupo que había pedido la comparecencia de Rubalcaba, inquirió insistentemente sobre el papel que éste pudo tener en las manifestaciones de la jornada de reflexión ante las sedes del partido de la gaviota. "Nosotros no convocamos esas manifestaciones. Las vimos con preocupación. No nos parecían oportunas", respondió el portavoz parlamentario socialista a la diputada popular Alicia Castro.
El portavoz parlamentario socialista añadió en su respuesta dos aclaraciones y un reto: "No las convocamos porque respetamos las leyes y porque no somos tontos, políticamente habría sido un error que no habríamos cometido nunca, ya que si las hubiéramos convocado se hubieran vuelto contra nosotros, como así intentaron desde el PP hacer”. Además, ¿cree usted que si las hubiera convocado el PSOE habría habido sólo 5.000 personas?".
Aún más, Rubalcaba acusó al líder del PP, Mariano Rajoy, de haber "aumentado la indignación ciudadana" con su comparecencia a las ocho de la tarde la víspera electoral solicitando que concluyeran. Admitió que "habría militantes del PSOE, seguro, como unos ciudadanos más que estaban indignados por la actuación del Gobierno después de un atentado con 200 muertos".
Esa actuación se resume, según el portavoz socialista, el que "no había ningún indicio a favor de ETA sino sólo la voluntad política de sostenerla y no enmendarla para intentar llegar con esa tesis hasta el día 14". El problema, según su conclusión fue "que la verdad se abrió paso y fue Al Qaeda o el terrorismo islámico y no ETA".
Alonso recuerda al PP que "ni siquiera un indicio conduce a ETA" en el 11-M
30-07-2004 El País
El ministro del Interior, José Antonio Alonso, llegó ayer a la comisión del 11-M con un paquete de medidas para combatir el terrorismo internacional y un escudo: el de las investigaciones policiales y judiciales. Hubo felicitaciones a la labor policial y muchas preguntas ante las que se parapetó en el secreto del sumario ("el juez es el titular y el dueño y titular exclusivo de la investigación”) y en la discreción debida a las investigaciones policiales ("para no estropearlas"). El ministro del Interior rehusó hablar de imprevisión política en los atentados de Madrid, pero quiso destacar que "desde el día 11 todos los indicios apuntan al terrorismo islámico y ninguno a ETA" y que no hay constancia “de la vinculación entre la banda terrorista y las redes islamistas".
Hasta tres veces repitió Alonso que en ningún momento se habían encontrado indicios de que ETA estuviera detrás de la matanza. Insistentemente, el diputado del PP Manuel Atencia le interrogó sobre la autoría intelectual de los atentados y pidió que no se cerrara la investigación hasta que se conociesen todos los extremos referentes al 11- M. Alonso contestó: "Las investigaciones no admiten conjeturas e insidias sino que tienen como objetivo la búsqueda de la verdad material y se basan en hechos precisos, y éstos llevan al terrorismo islamista". E instó al diputado a revelar en ese instante algún otro dato adicional que fuera en otro sentido.
El PP reprochó a Alonso que al anterior Ejecutivo se le exigiera la máxima transparencia y celeridad, y que el Gobierno del PSOE no se aplicase a sí mismo ese criterio, en referencia al segundo vehícu1o encontrado en Alcalá.
"Mire, yo informo de la que puedo informar y cuando puedo informar. El juez no se ha quejado, es más, unos días después de recibir el informe dictó un auto en el que alababa la profesionalidad policial, una opinión que yo comparto totalmente. No voy a consentir que se ponga en duda esa profesionalidad", aseguró.
Alonso también fue interrogado sobre si creía que antes del 11-M había existido imprevisión política. El ministro aseguró que no le correspondía a él juzgar la actuación del ex ministro Angel Acebes después de la masacre, "ése es su trabajo no el mío"- y rehusó hablar de imprevisión política: "Cuando yo hablé de imprevisión. no me refería a los atentados sino del estado general de la lucha contra el terrorismo islámico, que había que mejorar los medios. Ahora no voy a decir nada, a la vista de que uno corre el riesgo de ser malinterpretado". Horas antes; el portavoz de1 Grupo Parlamentario socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, insistía en no achacar los atentados a la imprevisión política: "Seria un disparate", indicó.
Y llegó el momento de hablar de los confidentes. Alonso zanjó el tema siempre haciendo referencia a los informes policiales ya los autos judiciales en los que "se indica que no se sabía que ningún confidente avisara de ninguna actividad relacionada con los atentados a la Guardia Civil o a la Policía antes del 11 de marzo". Sin embargo, el ministro tomó nota de una propuesta de Izquierda Unida para regular la relación de las fuerzas de seguridad con los confidentes. "No es mala idea. Lo tendremos en cuenta", dijo.
El ministro desgranó las medidas en las que se empeñará su departamento. Alonso puso especial énfasis en las 40 operaciones abiertas contra el terrorismo islamista y en una reforma legal sobre control de explosivos, que permitirá controlar "cada cartucho" que exista en los depósitos y minas, "que irá acompañada de una reforma penal para castigar a quienes incumplan estas medidas de control". También puso el acento en el control de los sistemas financieros de las redes terroristas y la coordinación internacional "para luchar contra esta amenaza global, especialmente con Marruecos, los países del Magreb, la UE e incluso EE UU”.
Todos los sindicatos policiales denuncian la "infamia" del PP por acusar de partidismo a los agentes
En especial señalan al diputado Del Burgo
29-07-2004 Agencias
Todos los sindicatos del Cuerpo Nacional de Policía han reprobado hoy la "infamia" de que algunos miembros de la comisión del 11-M -en alusión al PP- cuestionen la actuación de las fuerzas de seguridad y den a entender, por "afán partidista", que la masacre se pudo evitar. Los sindicatos, en representación de más de 47.000 agentes, señalan en especial al popular Jaime Ignacio del Burgo.
Los sindicatos que en un comunicado se expresan en estos términos son el Sindicato Profesional de la Policía (SPP), la Confederación Española de Policía (CEP), el Sindicato Unificado de Policía (SUP) y el Sindicato de Comisarios de Policía (SCP).
Todos ellos se solidarizan con el jefe de Estupefacientes de Avilés, Manuel García Rodríguez, por considerar "especialmente indigno" el trato que recibió durante su comparecencia ante la comisión.
En esa sesión, Del Burgo le reprochó que los atentados se prepararan "casi a su vista" y que "por las razones que fuera, a usted se le escapó, se le fue", lo que generó el rechazo del resto de los grupos, que se solidarizaron con el policía, quien abandonó la sala visiblemente afectado y tras pedir "perdón" a las víctimas por sus posibles errores.
DEL BURGO, SEÑALADO
En un comunicado conjunto, los cuatro sindicatos, que representan a más de 47.000 agentes, lamentan, reprueban y denuncian "que determinados políticos -por ejemplo Jaime Ignacio del Burgo-, guiados por un afán exclusivamente partidista no duden en poner en tela de juicio la profesionalidad de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad".
En este contexto, censuran que se llegue a acusar a funcionarios individuales de responsabilidades "que van más allá de toda lógica, del equilibrio, mesura y responsabilidad que debe exigirse a representantes de la voluntad popular".
ARMA ARROJADIZA
Los sindicatos hacen extensivo el apoyo a Manuel García Rodríguez a los miembros de la Comisaría local de Avilès, que igualmente "están siendo víctimas de juicios de valor infundados y carentes de toda racionalidad".
El comunicado recalca que las Fuerzas de Seguridad "no deberían ser nunca utilizadas como arma arrojadiza en las legítimas discrepancias políticas".
Titulares
"Reacción a la posición española" en la Guerra de Irak
¿Mintió el Gobierno?
¿Manipuló el Gobierno la información?
¿Hubo imprevisión política el 11-M?
¿Llegó a plantearse el Gobierno la suspensión de las elecciones del 14-M?
¿Qué ocurrió el 13-M?
Comisión de Investigación sobre el 11 de marzo de 2004
¿Apoya o promueve el Partido Popular la teoría de la conspiración sobre el 11-M?
Díaz de Mera, director de la policía bajo el Gobierno del PP, condenado por desobediencia grave
Prensa nacional: Crónicas de los tres días de marzo
Prensa internacional
28/7/04
28-07-04: Acebes contradice a los mandos policiales. Zaplana: "Fueron otros los que mintieron"
Acebes dice que hay que investigar "la sombra de ETA" en los atentados del 11-M
28-07-04 CadenaSER / EL PAíS
El ex-ministro del Interior ha insistido en relacionar a ETA con el 11-M, en negar mentiras o manipulaciones por parte de su Gobierno, y en desmentir a los mandos policiales que han pasado por la comisión al asegurar que hasta la tarde del sábado 13, no había pista islámica alguna. Para Acebes, "no significaba nada" la cinta con versos coránicos, ni los detonadores, ni el hecho de que la dinamita no fuera la habitual de ETA, ni siquiera le pareció relevante la detención de tres marroquíes y dos indios en la jornada de reflexión electoral. Su comparecencia ha durado diez horas.
El ex ministro ha mantenido que la cinta en árabe encontrada en la furgoneta era una cinta "comercial", que podía encontrarse en cualquier tienda. También ha quitado importancia al hecho de que se supiera muy pronto que la dinamita utilizada no era de la marca Titadyne, la habitual de ETA, a pesar de que éste sí fue un dato relevante para el CNI.
Acebes ha defendido una y otra vez que la pista islámica no llega hasta la tarde del sábado: "El primer dato objetivo que apunta a otra direccion se produce a partir de las detenciones, y a partir del momento en que empiezan a declarar los detenidos. Cuando se toma en consideración la vía islamista es cuando se traduce el video de reivindicación. Eso en la mañana del día 13 no se había producido, se produce en torno a las cuatro de la tarde de ese sábado", ha dicho el ex ministro.
NO RECUERDA QUE LE INFORMARAN DE QUE LOS PRIMEROS DETENIDOS ERAN INDIOS Y MARROQUÍES
El general José Manuel García Varela, ex jefe de Información de la Guardia Civil, reveló que, en una reunión celebrada en Interior a las 14 horas del 13 de marzo, y a la que asistió el ministro, se informó de la inminente detención de tres marroquíes y dos españoles de origen indio. "Eso lleva ya a la teoría prioritaria del extremismo islamista", concluyó. Pese a ello, Acebes insistió en la rueda de prensa celebrada inmediatamente después: "ETA es la prioridad en la investigación".
El ex ministro no supo precisar si tal reunión tuvo lugar, pues sólo recordaba haber hablado con el ex secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Astarloa, aunque a continuación admitió que es posible que el general Varela también estuviera en el ministerio. Para justificar la escasa atención que prestó a este asunto, dijo que esa mañana presidió una reunión sobre medidas de apoyo a las víctimas del atentado y que estuvo preocupado por la muerte en Pamplona de una persona próxima a Batasuna a manos de un policía, en una discusión sobre la autoría del 11-M.
Acebes insistió en que sólo a las 18.00 del sábado se cambió el instructor de las diligencias policiales, de un experto en ETA a otro en terrorismo islámico. No obstante, la decisión de cambiarlo se adoptó la noche anterior y el traslado de la Unidad Central de Información Exterior se hizo coincidiendo con las detenciones.
La cinta con versículos coránicos hallada esa misma tarde en la furgoneta de Alcalá de Henares era, en su opinión, "una cinta como hay miles, que no significa nada", y tampoco le pareció relevante que el explosivo fuera Goma 2 y no Titadyne como se informó erróneamente al principio. A su juicio, cualquier tipo de dinamita avalaba la tesis de ETA y sólo un explosivo casero habría hecho pensar en el integrismo islamista.
Estas declaraciones resultaron contradictorias con la intervención inicial del ex ministro, quien leyó un texto de 11 folios que traía preparado. "En cuanto se constató la existencia de una cinta con caracteres árabes", dijo, "el Gobierno abrió la línea de investigación sobre un atentado del islamismo radical y comunicó a la opinión pública esa posibilidad". Pero en la rueda de prensa en la que dio cuenta de la cinta, a las 20.20 del 11-M, no habló de "islamismo radical", sino de otras vías de investigación a las que se negó a poner "nombre o apellido".
"¿QUIEN HA SIDO?"
Acebes ha seguido sin descartar la hipótesis de ETA y ha pedido que se investigue en todas las vías posibles. "Ahora pregunto yo quien ha sido, señorías", ha dicho Acebes. "Falta saber quièn ha habido por arriba y por abajo, porque no encaja que unos delincuentes comunes, en poco tiempo, se conviertan en terroristas sin conexión alguna con Al Qaeda. No encaja que en esas condiciones sean capaces de diseñar y ejecutar el mayor atentado de la historia de Europa y que llevó a derribar un Gobierno".
Sobre las conexiones con ETA, Acebes asegura que en materia de terrorismo hay "muy poquitas casualidades, siguen planeando muchas dudas sin respuesta... por qué se reproducen en el atentado diseños de atentados de ETA, por qué el atentado del 11-M es el de Chamartín, sólo que cambia la estación".
"DERRIBAR AL GOBIERNO"
Acebes aseguró que el 11- M tuvo "efectos políticos evidentes", entre los que incluyó el de "derribar el Gobierno" y se preguntó "quién decidió la fecha y determinó incidir tan brutalmente en nuestras elecciones generales", llegando incluso a "planificar la secuencia de las pistas" y elegir "la hora de reivindicación del atentado".
En cambio, en contra de lo que aseguran los informes del CNI, aseguró que el atentado no tuvo "nada que ver en absoluto" con el protagonismo de España en la guerra de Irak, y como prueba citó el atentado frustrado contra el AVE cuando ya se había producido la victoria del PSOE y el anuncio de la retirada de Irak. "No encaja", dijo, sin importarle que este ejemplo tampoco encajara con su afirmación anterior sobre el propósito electoral de los terroristas.
El ex ministro reconoció que hubo avisos de los servicios de información sobre el riesgo de atentados islamistas contra España, pero subrayó que se trataba de "amenazas genéricas", nunca de datos precisos, y rechazó que el Gobierno incurriera en algún tipo de "imprevisión" por no reforzar más las unidades destinadas a combatir este fenómeno.
Pese a los intentos del portavoz socialista, Alvaro Cuesta, Acebes no dijo si conoció antes de cesar en su cargo, a mediados de abril, que dos de los detenidos por la venta de los explosivos del atentado eran confidentes policiales.
MINTIERON OTROS
Acebes ha acusado a otros de, "en una estrategia electoral contrarreloj culminada el día de reflexión electoral, sembrar la infamia de que el Gobierno manejaba a su antojo la información, ocultaba la verdad e, incluso, albergaba pretensiones inconstitucionales y siniestras".
Y ha exigido que se investigue quièn filtró a determinados medios de comunicación las "intoxicaciones" y "falsedades" sobre el desarrollo de la investigación que fueron utilizados para tratar de "desacreditar" al Gobierno del PP entre el 11-M y el 14-M.
En este contexto se ha referido a la información sobre la posible existencia de uno o dos terroristas suicidas en los trenes, que hizo pública la cadena SER, y ha dicho que esa "acusación tan indigna, tan grave" tuvo una "enorme repercusión".
"AZNAR NO PRESIONÓ"
Ángel Acebes ha negado tajantemente que las dos llamadas que el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, realizó a los periódicos el 11-M asegurando que ETA estaba detrás de la matanza fuera una "presión", como ha apuntado el diputado de Esquerra Republicana. Aznar no presionó porque "los medios no se dejan presionar", ha dicho el ex titular de Interior.
Sobre las comunicaciones realizadas desde La Moncloa con diversos corresponsales extranjeros en las que se instaba a defender la autoría de ETA, Acebes se ha negado a aclarar este punto, y tampoco ha respondido a la circular enviada a las diversas embajadas y firmada por la entonces ministra de Exteriores, Ana Palacio, en la que se pedía a los gobiernos que defendieran la tesis de la autoría de la banda etarra.
EL MENSAJE DEL REY
La comparecencia de Acebes ha durado diez horas, sin demasiados episodios de tensión ni rifirafes con los portavoces de los distintos grupos parlamentarios.
Uno de esos momentos de tensión se ha vivido cuando el portavoz socialista, Alvaro Cuesta, le ha preguntado por qué se retrasó el mensaje del Rey a la nación el 11-M, y si fué porque el Gobierno quiso anteponer su mensaje al del Rey. Acebes le ha acusado de no estar insinuando "nada bueno", y ha rechazado tajantemente esta acusación: "Ni eso, ni tampoco le llevé ningún decreto para suspender las elecciones", ha dicho.
Otro momento más elevado de tono se ha producido cuando el que fuera ministro del Interior ha acusado al PSOE de "deslealtad" y de no colaborar lo suficiente en la lucha antiterrorista.
Zaplana sostiene que fueron "otros" los que mintieron y que hubo exceso de información
28-07-04 - Agencias
El ex portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, ha defendido ante la comisión del 11-M que el Ejecutivo del PP "no mintió" sino que "lo hicieron otros"; opinó que "se pecó de exceso de información"; y tachó al actual Ejecutivo de practicar "el cinismo". Llamazares fue uno de los diputados más duros con él: "Es un sarcasmo hablar de un infarto de iformación", le ha dicho. Además ha contradicho la versión que sobre la noticia de la SER y el CNI dio en la misma comisión su anterior responsable, Jorge Dezcallar.
Zaplana considera "paradójico" que nadie quiera "responder de las tropelías" y afirmó que mientras el Gobierno del PP hizo su trabajo, "otros evaluaron el atentado desde el punto de vista de su impacto electoral".
En su intervención inicial esta tarde en el Congreso de los Diputados, Zaplana recordó en primer lugar a las víctimas de los "brutales" atentados del 11 de marzo. Aseguró que el Gobierno "dedicó todo su esfuerzo" desde que se cometieron y mientras estuvo en funciones a las tareas que en aquellos momentos "eran las prioritarias", esto es, prestar "la mejor atención posible a las víctimas y a sus familias"; "esclarecer con la máxima celeridad posible" la "autoría e identificación"; y detener a los "culpables". A su juicio, se demostró una "gran eficacia policial" y se "trasladó toda la información disponible".
"IMPACTO ELECTORAL"
El actual portavoz parlamentario del PP resaltó que mientras ésta era la labor del Gobierno, "otros evaluaron el atentado desde el punto de vista de su impacto electoral". Por ello, dijo, "se acusó sin motivo al Gobierno de mentir" cuando el Ejecutivo de José María Aznar "no sólo no mintió, sino que probablemente pecó de exceso de información". Y si el Gobierno no mintió, los que mintieron fueron otros" remachó.
Destacó que "se dijo" que el Gobierno "ocultó el contenido" de la furgoneta hallada en Alcalá de Henares "horas antes de que realmente el Gobierno lo conociera". "Se ha demostrado que hasta la tarde del jueves 11 no se conoció su contenido", añadió.
LA VERSIÓN DE LA NOTICIA DE LA SER
En una parte de su intervención, Eduardo Zaplana ha recordado la noticia que contó la cadena SER sobre la pista que seguía el CNI el sábado 13 de marzo por la mañana. "Hay una noticia que dice que el CNI ha afirmado que al 90 o 99 por ciento es un grupo islámico el responsable", aseguró Zaplana, cuando en realidad la SER hablaba de que "al 99 por ciento" el CNI seguía la pista islámica.
Según Zaplana, el secretario de Estado de Comunicación, Alfredo Timmermans, al conocer la noticia llamó a Dezcallar. Según el ex portavoz del Gobierno esta fue la conversación: "Le pregunta si es verdad eso y el director del CNI dice que es falso. Ah, es que lo da un medio de comunicación. Sí, lo voy a desmentir porque es falso".
Inmediatamente al terminar de dar esta versión, la diputada Margarita Uría, del PNV, que es quien está haciendo las preguntas en ese momento, recuerda que "esa no es la versión que nos dio Dezcallar". Efectivamente, el ex responsable del Centro Nacional de Inteligencia reconoció que Timmermans expresamente le llamó para que desmintiera esa información. Además aseguró Dezcallar que no fue un desmentido lo que hizo sino "una aclaración".
Palacio defiende que el telegrama que acusó a ETA del 11-M respondía a la presión informativa
La ex ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, negó anoche en el Congreso que el Gobierno español presionara al Consejo de Seguridad de la ONU para conseguir que en la tarde del 11 de marzo aprobase una resolución en la que atribuía a ETA la matanza de Madrid.
La ex jefa de la diplomacia española descartó que esa afirmación contradijera a los ex ministros Angel Acebes y Eduardo Zaplana, quienes habían restado credibilidad a las palabras del "miserable", según el primero, portavoz de Batasuna. Insistió en que Exteriores hizo un telegrama sólo para neutralizar su repercusión internacional.
"El Gobierno español hizo el más inmenso de los ridículos, porque la fuerza política a la que se acusa de estar intoxicando", dijo el portavoz de ERC, Joan Puig, en alusión a Batasuna, "acaba teniendo razón".
En este sentido, el portavoz de ERC, Joan Puig, preguntó a la ex ministra si la intención de su departamento era responder a los medios extranjeros que ya apuntaban hacia el terrorismo islamista el día 11. Palacio acusó entonces a Puig de "tergiversar" y buscar "contradicciones donde no las hay" y subrayó que las declaraciones de Otegi no le merecían "ninguna credibilidad" y que precisamente por eso se envió el telegrama.
Explicó que todos los telegramas que salen del Ministerio de Asuntos Exteriores llevan la firma de su titular, porque es su responsable, aunque no los redacta ni los supervisa todos. En el caso del citado telegrama remitido a las embajadas, Palacio destacó que "no nació de una instrucción expresa" suya, sino del ex secretario de Estado de Exteriores.
Palacio admitió que se había ocupado "en primera persona" de que se aprobara dicha resolución, pero en cambio dijo que "ni redactó, ni superviso" el telegrama enviado a las 17.28 del 11-M a todas las embajadas españolas.
NO LO REDACTO ELLA
Recalcó que no lo redactó ni lo supervisó ella, aunque conocía su "filosofía", pero no su "materialidad" y que sigue compartiendo su contenido. "Si no lo conocía yo, ¿cómo lo iba a conocer el Gobierno?", preguntó en respuesta a una de las cuestiones que le planteó la diputada del PNV, Margarita Uría. Palacio tambièn explicó que este texto tenía el objetivo de responder a la demanda de información que había en embajadas y consulados.
Subrayó que "lo que se manda en ese telegrama es la posición del Gobierno", y que previamente se había dado órdenes de que mientras no hubiera una instrucción oficial ninguna embajada hablara de los atentados. Según recordó el portavoz de CiU, Jordi Janè, el párrafo final de ese telegrama instaba a sus destinatarios a "aprovechar las ocasiones que se le presentasen para confirmar la autoría de ETA".
Palacio subrayó que a las 17.30 horas ella no tenía "ninguna duda" de la autoría de esta banda terrorista.
Palacio, cuya declaración ante la comisión concluyó a la 1.30 de esta madrugada, se negó a calificar de "patinazo" la actuación de su departamento y descartó que la credibilidad de la diplomacia española resultara dañada, a pesar de que indujo a la ONU a aprobar una resolución errónea y de que el entonces embajador español, Inocencio Arias, se viera obligado en las semanas siguientes a dar explicaciones.
Lo cierto es que la comisión de investigación del 11-M cuenta con un documento interno del Ministerio de Asuntos Exteriores en el que se reconoce que los embajadores de Rusia y Alemania en el Consejo de Seguridad se opusieron a citar a ETA y que éste último sólo lo hizo tras recibir una llamada de su ministro, Joschka Fischer.
NIEGA QUE LA CONDENA DE LA ONU A ETA FUERA UN "PATINAZO"
La resolución de la ONU, según explicó anoche Palacio ante la comisión de investigación del 11-M, era muy importante porque dicha organización, al contrario que la UE o EE UU, carece de una lista de organizaciones terroristas y suponía un logro que por vez primera se la calificara así por el Consejo de Seguridad.
La ex ministra reveló que el 18 de marzo, ya como ministra en funciones, se puso en contacto con más de 40 ministros de Asuntos Exteriores para remitirles el documento del CNI desclasificado por el Gobierno del PP e intentar convencerles de que éste no había mentido en relación a la autoría del 11-M.
Comisión de investigación (27-07-04): El PP responsabiliza del 11-M al jefe de estupefacientes de Avilés
Zouhier negó cualquier conocimiento sobre el 11-M el día 12, según el agente “Paco”
27-07-2004 Agencias
Hoy ha sido el turno de comparecencias en la comisión del 11-M de los guardias civiles que contactaron con el confidente Rafá Zouhier. Según el agente "Paco" el día 12 de marzo preguntaron a Zouhier si sabía algo de los atentados del día anterior en Madrid, a lo que les respondió que "por supuesto que no". Por su parte, el alférez "Víctor" ha asegurado que el confidente no se refirió a los atentados hasta el 16, cuando por televisión vió a algunos de los autores.
El agente del instituto armado "Paco" ha asegurado hoy en la comisión de investigación que el confidente Rafá Zouhier negó el día posterior a los atentados cualquier conocimiento sobre su autoría. "Ese día hubiera tenido una oportunidad maravillosa" para haber relacionado los atentados con la dinamita de la que un año antes había informado a sus contactos.
La semana pasada, el coronel jefe de la UCO, Félix Hernando, aseguró que el día 12 de marzo sus agentes se reunieron con el confidente Zouhier, pero para tratar sobre un 'skin', a petición de la Guardia Civil de Cataluña.
Por su parte, el alférez "Víctor", ha asegurado que no fue hasta cinco días después de los atentados cuando Zouhier se puso en contacto con él, haciendo mención a Jamal Ahmidan, "El Chino", uno de los presuntos autores del atentado y que se suicidó en el piso de Leganés. Zouhier había visto por televisión las fotografías de los autores de los atentados.
Según "Víctor", con los datos aportados por el confidente "no pudimos concluir" ningún tipo de vinculación entre la información sobre los explosivos que un año antes había facilitado Zouhier y los atentados. Esta versión corrobora lo dicho por su superior, el coronel Hernando, en su comparecencia ante la comisión.
EL GOBIERNO NO ENVIARÁ LOS DOCUMENTOS SOLICITADOS
Por su parte, el Gobierno remitió hoy un escrito al Congreso en el que informa de que no puede facilitar los últimos documentos pedidos por la comisión del 11-M por estar relacionados en un caso con el sumario secreto, y, en otro, por estar sujetos a la ley del Centro Nacional de Inteligencia.
Los documentos, solicitados por el Partido Popular e Izquierda Unida, versaban sobre los informes que investigaban los explosivos, que han sido elaborados por los mandos de la Guardia Civil del Principado de Asturias, y que están actualmente incluidos en el sumario secreto.
La segunda petición de la comisión pretendía el análisis de todos los documentos del CNI del 11 al 14 de marzo. El Gobierno ha rechazado el envío de estos documentos porque "permanecen legalmente clasificadas" y están "exentas del control parlamentario".
El PP responsabiliza del 11-M al jefe de estupefacientes de Avilés porque se le “escapó” la preparación del atentado
El diputado Del Burgo le ha acusado de ser engañado o dejarse engañar por el confidente Trashorras
27-07-2004 Agencias
El diputado del PP en la comisión del 11-M Jaime Ignacio del Burgo aseguró hoy que los atentados de Madrid se produjeron porque los contactos de la Guardia Civil y de la Policía con los confidentes de la trama de los explosivos "no se enteraron" ni "detectaron evidencias que estaban a la vista". El resto de los grupos parlamentarios ha criticado estas duras acusaciones.
Del Burgo hizo estas manifestaciones después de interrogar al último compareciente en la sesión de hoy de la comisión, el jefe de estupefacientes de la Comisaría de Avilés, Manuel García Rodríguez, aunque en una segunda intervención quiso dejar claro que no culpaba a este policía de la masacre.
En este segundo turno -después de que los diputados del resto de grupos censuraran su intervención-, dijo que si sus palabras habían "sido malinterpretadas" las daba por retiradas, porque no quería "echar sobre la espalda" del compareciente la responsabilidad de la tragedia.
Sin embargo, en su primera intervención Del Burgo se mostró "entristecido" tras la comparecencia de García Rodríguez porque "por las razones que fuera, a usted se le escapó, se le fue".
Los terroristas, dijo Del Burgo dirigiéndose al funcionario de Avilés, estaban preparando el atentado "casi a su vista y usted no lo percibió".
”FUE ENGAÑADO O SE DEJÓ ENGAÑAR”
"Estaba cerca de él -en alusión al confidente Emilio Suárez Trashorras, quien presuntamente facilitó los explosivos a los terroristas- y fue engañado, o se dejó engañar o simplemente hay errores humanos".
Del Burgo agregó que el inspector de Avilés "tenía ante sí" la posibilidad de "haber prevenido el atentado" y dijo que los guardias civiles que tenían contacto con el confidente Rafá Zohuier, en prisión por su supuesta relación con la masacre, "tampoco se enteraron y también les engañaron".
Tras las críticas a las palabras de Del Burgo del resto de los grupos parlamentarios, García Rodríguez, muy afectado, pidió perdón a los familiares de las 191 víctimas de los atentados si se ha equivocado en algo, pero dejó claro que él fue "engañado" por una persona de la que nunca sospechó que pudiera hacer nada parecido.
27/7/04
Encuesta bajo sospecha
27-06-04 - Javier Pradera
LA COMISIÓN PARLAMENTARIA sobre el 11-M ha emprendido la marcha en medio de recelosas suspicacias y posibles malentendidos: los representantes de los grupos minoritarios temen que los dos partidos mayoritarios hayan alcanzado un acuerdo secreto para poner sordina a la encuesta y cubrirse mutuamente. Si bien esa maliciosa hipótesis no es descartable de antemano, se necesita algo más que sospechas para darla por buena. Por lo pronto, sería imposible en la práctica que PSOE y PP lograran -aun pretendiéndolo- boicotear la comparecencia de Aznar ante la comisión: las confusionistas intervenciones televisivas de los ministros Acebes y Zaplana durante aquellos tres dramáticos días de marzo fueron ordenadas o autorizadas -como es lógico- por el presidente del Gobierno.
La agenda de la comisión del Congreso estará ocupada por cuatro cuestiones principales: 1) la autoría del atentado; 2) las carencias y los errores de los servicios de inteligencia y de seguridad que lo posibilitaron; 3) el empecinamiento del Gobierno (y de los medios de comunicación públicos y privados a su servicio) en seguir atribuyendo sin pruebas la responsabilidad del crimen a ETA pese al descubrimiento -en la tarde de 11-M- de la pista islamista, y 4) las manifestaciones ante las sedes del PP durante la jornada de reflexión.
La investigación parlamentaria tendrá limitaciones en la primera área: la indagación de los delitos perpetrados (190 muertos y más de mil heridos) corresponde al juez de instrucción (que puede declarar secreto el sumario), y la fijación de las responsabilidades penales y civiles tras valorar las pruebas, a los tribunales. El dictamen de la comisión sobre los fallos cometidos por los servicios de inteligencia y de seguridad para prevenir el atentado también podría tropezar con muros legales: el Gobierno dispone de cierto margen para negar al Congreso la entrega de documentos que hayan sido clasificados secretos.
Por lo demás, la encuesta dispone ya de la previa confesión por escrito de Aznar según la cual su Gobierno "tiene sin duda una responsabilidad que asumir" de manera retrospectiva por "bajar la guardia ante la amenaza fundamentalista" y haber contribuido a que la opinión pública no fuese "suficientemente consciente hasta el 11-M" del peligro del "terrorismo islámico" (Ocho años de gobierno, Planeta, página 263). En cualquier caso, el análisis de las acusaciones cruzadas entre el PP y el PSOE dará mucho trabajo a la comisión. Los socialistas achacan a objetivos electoralistas (abstracción hecha de que las previsiones de los asesores de Aznar fuesen erróneas o acertadas) el empeño del Gobierno por atribuir a ETA con la fe del carbonero la responsabilidad exclusiva o compartida del atentado, pese a que no ofreciera nunca pruebas materiales, a que resultase altamente probable -desde la tarde del jueves 11- la autoría islamista y a que fuesen detenidos varios magrebíes a primera hora de la tarde del sábado 13. Los populares, en cambio, sostienen que el PSOE promovió la recelosa hostilidad antigubernamental de los participantes -"¿quién ha sido?"- en las manifestaciones del 12-M y organizó al día siguiente las concentraciones ante las sedes del PP.
Entre tanto, algunos publicistas vinculados al anterior Gobierno de Aznar siguen fabricando en paralelo inverosímiles historias conspirativas del 11-M para deslegitimar así los resultados del 14-M. No es la primera vez que los grandes crímenes concitan ese tipo de fabulaciones: la teoría según la cual el atentado contra el almirante Carrero Blanco fue obra de la CIA (en solitario o en colaboración con ETA) continúa hoy día teniendo defensores. Esas versiones paranoicas mantienen que el 11-M fue urdido por servicios extranjeros (franceses o marroquíes) y realizado por una joint venture de etarras y fundamentalistas -con la connivencia de policías españoles, confidentes y narcotraficantes- para arrebatar el poder al PP. Da igual que la explicación sea disparatada: los Protocolos de los Sabios de Sión -una tosca superchería fabricada en el siglo XIX- sobrevivieron a las demostraciones de su falsedad y sirvieron de justificación a la solución final de Hitler.