21/2/07

Hamid Ahmidan dice haber visto a 'El Chino' ocultando un objeto cilíndrico con cables

21-02-07 - Datadiar.tv / elmundo.es

Hamid Ahmidan, acusado de colaboración con organización terrorista, trabajó desde el 10 hasta el 29 de febrero en la casa de Morata de Tajuña, en la que supuestamente se prepararon los explosivos de los trenes.

El procesado, que sólo ha aceptado las preguntas de su defensa y de los abogados de los procesados, afirmó que nunca vio armas en la finca de Chinchón, pero un día, bajando del piso de arriba de la casa, vio que su primo y personas trataban de ocultar lo que, según su descripción, era un "cilindro con cables" que estaban manipulando.





'El Chino' le pidió que los primeros días de marzo no fuera a la finca "porque iban a venir una mujer con sus hijos". Y un día de la primera semana de marzo que acudió a la finca, Jamal no le dejó entrar. Concidió que había un Toyota Corolla, supuestamente de Emilio Suárez Trashorras.

Después de los atentados, Hamid volvió a la finca de Morata a seguir trabajando: los días 12, 14 y 17. En esos días, vio a su primo Jamal en dos ocasiones y lo vio solo; ni rastro de las personas que frecuentaban el lugar en el mes de febrero.

La instrucción determinó que el acusado participó en el acondicionamiento de la vivienda de Chinchón, con la construcción bajo el nivel del suelo del zulo donde se ocultaron los explosivos. Otro de los elementos que le incriminan en el 11-M son las numerosas llamadas que realizó a su primo 'El Chino', además de sus huellas y perfiles genéticos que fueron encontrados en la casa de Morata de Tajuña, en el Renault Megane y en la casa de 'El Chino'.En su domicilio se encontró documentación falsificada para El Ganoui con la foto de 'El Chino', y una importante cantidad de droga, causa que le hace imputable además un presunto delito contra la salud pública.



Mohamed Larbi Ben Sellam niega conocer a 'El Egipcio' y justifica que sus huellas estuvieran en un corán de Leganés

21-02-07 - Europa Press / Datadiar.tv

El acusado Mohamed Larbi Ben Sellam aseguró hoy que el hallazgo de sus huellas en un corán encontrado en la vivienda de Leganés (Madrid) donde se suicidaron siete terroristas islamistas, el 3 de abril de 2004, 'sólo' puede deberse a que el libro procediera de la Mezquita de la localidad, donde él solía rezar ya que se encontraba trabajando en la zona poco antes de la explosión en la calle Carmen Martín Gaite.

'Antes de rezar en la mezquita siempre leo el corán, no tengo otra explicación sobre la huella', indicó. Larbi Ben Sellam fue detenido en el marco de la denominada 'Operación Sello' en junio de 2005 en Cataluña. Sus relaciones con el entorno radical islamista eran conocidas por la Policía, que cursó órdenes de busca y captura en su contra en los años 2003 y 2004.

Según la Fiscalía, Larbi Ben Sellam, que será juzgado mañana en otro juicio por terrorismo islamista en la Audiencia Nacional, por el que le pide también 12 años de cárcel por un delito de pertenencia a organización terrorista como director, pertenecía al Movimiento Salafista de la Yihad Combatiente junto a Serhane Ben Abdelmajid Fakhet, alias 'El Tunecino', y Rabei Osman, alias 'El Egipcio'.

Además, pudo haber alojado al huido Mohamed Afalah (al que se considera muerto en Irak), del que era amigo, después de la explosión de la casa de Leganés. La policía localizó huellas suyas en un libro localizado entre los escombros de la vivienda.

El acusado, que negó pertenecer a ningún grupo radical islamista y conocer a 'El Tunecino' o 'El Egipcio' -aunque matizó que al primero le había visto de lejos en la mezquita del barrio madrileño de Estrecho-- se desdijo hoy durante su declaración de las afirmaciones que realizó en el juzgado después de su detención e indicó que dijo aquellas cosas 'por miedo', limitándose a repetir todo lo admitido ante la policía aunque no fuera cierto.

'He dicho muchas cosas que no son ciertas', indicó, tratando de justificarse diciendo que le habían sometido 'a torturas' durante el interrogatorio, como mediante la amenaza de obligarle a consumir carne de cerdo.

Larbi Ben Sellam negó que el objeto de su viaje a Cataluña fuera preparar la huída de los integrantes de la célula tras la comisión de los atentados y la de Afalah en concreto. No obstante, reconoció que vio a Afalah en Santa Coloma de Gramenet y explicó que éste permaneció dos días en la localidad, alojado en una casa propiedad de la mezquita. A preguntas de las acusaciones particulares especificó que no sabe dónde se encuentra el huido y dijo que la Policía le contó que 'estaba muerto'.

La investigación le considera una pieza básica en el Movimiento Salafista de la Yihad Combatiente, una organización liderada por “El Tunecino” y “El Egipcio” en la cual Larbi desarrollaba labores como intermediario para contactar con cualquiera de ellos. Se le acusa de integración en banda armada.

De origen marroquí (Tánger, 1977), Larbi fue detenido en Barcelona en la 'operación Sello' en junio de 2005. La policía empezó a controlarle a finales de 2002, por su cercanía con grupos radicales islamistas, partidario de realizar la guerra santa contra España, se cursaron dos órdenes de busca y captura sobre él: una en el 2003 y otra en el 2004.



Saed el Harrak asegura haber inspeccionado las vías del AVE de Mocejón

Reconoce ahora que vio la noche del 10 de marzo de 2004 a Abdennabi Kounjaa, uno de los suicidas de Leganés

Durante la sesión de hoy, Saed El Harrak, pese a negar tener algo que ver con los explosivos que aparecieron colocados en la vía del AVE Madrid-Sevilla en Mocejón (Toledo), ha reconocido que residió durante un tiempo en esa localidad y que conocía perfectamente la zona de las vías del AVE porque allí se dedicó una temporada a cultivar cebollas.

Es de destacar, que algunas de las llamadas entre El Harrak y Abdennabi Kounjaa fueron localizadas en un lugar próximo precisamente a esas vías del tren a la altura de Mocejón.





21-02-07 - EFE / Datadiar.tv

El acusado Saed El Harrak, supuesto colaborador de la célula terrorista que perpetró el 11-M, reconoció hoy que conocía a Mohamed Oulad Akcha, uno de los suicidas de Leganés, y aseguró que no lo admitió antes "porque tenía miedo de que me llevaran a la cárcel".

Así lo manifestó El Harrak, para quien la fiscal pide doce años de cárcel por integración en organización terrorista, en la quinta jornada del juicio que se sigue por los atentados de Madrid, donde explicó que, a pesar de que en su declaración ante el juez Juan del Olmo negó que conociera a Oulad Akcha, lo hizo porque tenía miedo y después de que le hubieran golpeado y amenazado.

El acusado, a quien la fiscal acusa de mantener un contacto telefónico muy intenso con varios de los terroristas que se suicidaron en el piso de Leganés -Abdennabi Kounjaa y los hermanos Rachid y Mohamed Oulad Akcha-, señaló hoy que al primero de ellos lo había conocido en las mezquitas y que tenía relación con él.

La detención de El Harrak se produjo después de que su número de teléfono fuera encontrado entre los restos del piso de la calle de Carmen Martín Gaite de Leganés en el que murieron siete terroristas tras provocar ellos mismos una explosión.

Explicó que dejaba a Kounjaa su teléfono móvil muchas veces para realizar llamadas, tratando de justificar así que tuviera registradas en su terminal llamadas tanto a Rachid como a Mohamed Oulad Akcha, y dijo que éste último sabía que Kounjaa y él tenían relación, por lo que, agregó, le llamaba "para preguntar por él".

Relató además que el 7 de marzo de 2004 acudió con Kounjaa a la localidad toledana de Vargas porque quería comprar un coche, fecha en la que, recordó, también le dejó su móvil a Kounjaa para llamar a Mohamed.

Tras ofrecer esta versión del tráfico de llamadas con varios de los suicidas de Leganés, el fiscal Carlos Bautista le preguntó a que se debía este cambio de opinión, a lo que El Harrak, que al igual que los acusados que han declarado hasta ahora condenó los atentados, respondió: "tuve miedo de que me llevaran a la cárcel y mi familia se quedara sola".

Entre las pertenencias atribuidas a El Harrak, encontraron tres escritos -entregados a la Policía por una persona relacionada con la empresa de construcción en la que trabajaba el acusado- cuya autoría se atribuye a Kounjaa, ya que su firma aparece en una de las cuartillas y se han podido identificar cinco huellas suyas, y en las que había referencias "a la a la Yihad, al martirio por el camino de Dios, a los infieles, a los muyahidines", entre otras.

El Harrak negó haber visto ese "documento" y que Kounjaa se lo entregara y dijo que de haberlo visto se hubiera deshecho de él porque hubiera sido "un peligro para mi" y, por tanto, lo hubiera "quemado", "tirado" o se lo hubiera dado a la familia de Kounjaa. Este procesado mantuvo una estrecha relación con varios miembros del comando operativo que cometió los atentados, contactos telefónicos que se intensificaron en las fechas previas al 11 de marzo.



Abdelilah el Fadoual el Akil reconoce ser el dueño del vehículo que transportó los explosivos

Vio a tres suicidas contemplando vídeos de Bin Laden

21-02-07 - elpais.com

Abdelilah El Fadual ha sido el segundo interrogado de esta jornada. Presunto colaborador de El Chino, la fiscal pide para él 12 años de prisión. En la sesión del juicio, ha reconocido haber comprado a El Chino un coche de la marca Volkswagen Golf a principios de marzo, pero dice desconocer que éste hubiera sido utilizado para el traslado de los explosivos desde Asturias a Madrid.

El Golf, que dijo que "estaba muy sucio, como si fuera un Land Rover", lo recogió, según su atropellado relato, el 1 de marzo de la finca de Chinchón en la que supuestamente se montaron las bombas que se colocaron en los trenes. Según la fiscal, en la alfombrilla del maletero de este coche se hallaron restos de explosivo.

Durante una visita a la casa de los hermanos Oulad Akcha, en el barrio madrileño de Villaverde, el procesado relató que éstos se encontraban viendo en un ordenador imágenes de Bin Laden y me dio miedo (...). Les dije que dejaran esas tonterías, que no podían ver eso porque era delito, porque en Marruecos es delito. Pero se burlaron de mí porque estaba asustado".

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, El Fadual intervino en las labores de acondicionamiento de la finca de Morata de Tajuña y envió a una persona de su confianza, Otman El Ghanoui, para ayudar en las obras de reforma de la casa. Se le acusa también de facilitar documentación falsa a Ahmidan y de colaborar en la financiación de la célula a través del tráfico de drogas. Está acusado del delito de pertenencia a organización terrorista para el que la fiscal Olga Sánchez solicita un total de 12 años de prisión.



Rachid Aglif admite que asistió a la reunión entre Trashorras y El Chino en 2003 e involucra a Zouhier en la trama de explosivos

Zouhier expulsado por su comportamiento en "la pecera".El presidente del tribunal dice estar "harto de sus gestos"

21-02-07 - elpais.com / CadenaSER.com

Rachid Aglif, presunto integrante de la célula terrorista del 11-M y hombre de confianza de El Chino ha admitido ante la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional, haber asistido a finales de octubre de 2003 a una reunión que se celebró en un restaurante McDonald's de Carabanchel a la que acudieron tres personas, entre las que reconoció al ex minero José Emilio Suárez Trashorras y su ex mujer Carmen Toro y donde se habló, dijo, de la venta de hachís, pero no de explosivos.





El supuesto lugarteniente de El Chino, Rachid Aglif, El Conejo, ha negado haber intervenido en el intercambio de hachís por los explosivos empleados en el 11-M, en la primera declaración de hoy; lo que sí ha admitido es que participó en una reunión con los principales acusados en la trama asturiana de los explosivos.

Aglif, que se enfrenta a una petición del fiscal de 21 años de cárcel, ha negado en un principio haber traficado con drogas con El Chino -uno de los siete suicidas de Leganés-, pero después ha reconocido haber "trapicheado" con el acusado Rafá Zouhier y con Lofti Sbai, supuesto "socio" de Ahmidan en este negocio ilegal. Después, otra contradicción sobre la reunión con Suárez Trashorras y su mujer; Aglig ha negado haber participado en la reunión, pero ha explicado que en ella se trató de la venta de hachís; pero ha negado que le ofrecieran explosivos a cambio de droga.

Esta reunión se celebró el 28 de octubre de 2003 en un restaurante de comida rápida de Madrid y en ella, según la investigación, se llevó a cabo el acuerdo entre la trama asturiana y la célula que lideraba El Chino para la obtención de los explosivos con los que se perpetraron los atentados.

En cuanto a su relación con El Chino, Aglif ha admitido tener confianza con él, no porque traficara con él sino porque era "buen cliente" de la carnicería de sus padres, aunque ha reconocido haber "trapicheado" con el acusado Rafá Zouhier. El primer interrogado del día no recuerda las 21 llamadas telefónicas mantenidas con el El Chino en uno solo día, registradas en su teléfono móvils, aunque las justifica aludiendo a la "amistad con él como un amigo y nos llamábamos". Sí ha reconocido que cuando El Chino volvió de Marruecos de cumplir condena, regresó "un poco más serio" y "más cerrado" y que se convirtió en "extremadamente religioso".

A lo largo de su declaración, Aglif también hay reconocido haber estado presente en septiembre de 2003 en la casa de Zouhier cuando éste, según la Fiscalía, hizo una prueba con parte del explosivo y un detonador que le facilitó Suárez Trashorras, lo que le produjo heridas en una mano. Según su versión, ocurrió un domingo por la mañana, después de que él y Zouhier, a quien conocía desde niño, volvieran de fiesta, tras comprar éste dos gramos de cocaína "en el poblado de los yonkies".

"Ya estoy harto de sus gestos". Con esta contundente razón el magistrado Javier Gómez Bermúdez ha expulsado temporalmente de la sala al procesado Rafa Zouhier, acusado de ser el contacto entre la 'trama asturiana' y los islamistas y facilitar la adquisición de la dinamita con la que se atentó la mañana del 11 de marzo.

Zouhier había reaccionado de forma airada a las acusaciones de Rachid Aglif, que le acusó en todo momento de ser quien lo metió en la trama de los explosivos. Zouhier, supuesto confidente de la policía y uno de los detenidos que más ha dado pávulo a las teorías conspirativas jalonada por algunos medios de comunicación cercanos al PP, ha protagonizado desde el primer día del juicio varios incidentes, como enseñar carteles a las víctimas y risotadas con los demás procesados.


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