31/7/06

Aznar considera que los atentados del 11-M no fueron sólo 'un ataque islámico' y que las últimas evidencias prueban la participación de ETA

"Después de los horribles atentados del 11 de septiembre de 2001 y después de lo que hemos vivido en Bali, Estambul, Casablanca, Madrid o Londres, está claro que el terrorismo islamista ha decidido emprender una ofensiva en toda regla para imponer su tiranía opresiva". (9-05-06 - Jose María Aznar).

24-07-06

Stephen Sackur: You say this because you are not prepared to apologize for your conduct in those days between March 11 and March 14, when you repatedly pointed the finger of blame at the bask separatist movement (sic) ETA when all of the evidence, and we now know, pointed towards islamist terror.

Jose María Aznar: Precisely the evidence in the last month and these days is that the most post possible situation is strong participation of the ETA terrorist group in the attack.


Fragmento traducido de la entrevista para el programa 'Hard Talk'

(Stephen Sackur) Sr. Aznar, muchas de las personas que escuchan a estarán escuchando esta entrevista se estarán preguntándo... ¿No ha aprendido usted nada de su propia experiencia personal? Porque usted perdió el poder, su partido perdió el poder hace dos años precisamente el poder en España porque los españoles discreparon fundamentalmente de su apoyo a George Bush en la Guerra de Irak.

(Jose María Aznar) No. Eso no es verdad. Las circunstancias del 11 de marzo, el ataque en Madrid crearon unas circunstancias especiales en mi país y la oposición, el gobierno actual, tomó ventaja en ese momento al declarar culpable de este ataque al gobierno, no a los terroristas. Es la primera vez que ocurre en la historia.

(Stephen Sackur) Hablemos más de esto, porque es muy importante aclararlo. ¿Está usted, en primer lugar, negando que la mayoría de españoles se opuso a su apoyo a la guerra del Golfo y su despliegue de tropas españolas en Irak?

(Jose María Aznar) No. Pienso que la parte mayor de personas españolas estaba en contra, ¿eh? Pero pienso que mi responsabilidad es asegurar el futuro, la seguridad, la libertad, la democracia en mi país, y establecer los mecanismos de solidaridad con nuestros principales aliados. Yo pienso que la decisión de derrocar el régimen de Saddam Hussein era una decisión correcta.

(Stephen Sackur) Pero las bombas del 11 de Marzo...

(Jose María Aznar) Las bombas del 11 de Marzo fueron...

(Stephen Sackur) ...los españoles tenían unos sentimientos concretos respecto a su apoyo a la guerra y a Bush... Y en las elecciones ellos votaron...

(Jose María Aznar) No, no es verdad.

(Stephen Sackur) ¡Bueno, la evidencia está ahí¡ La prueba está ahí La prueba está en lo que pasó entre el 11M y 14M. La opinión pública en su país... y la prueba está en los votos que...

(Jose María Aznar) No. La cuestión no es la crisis iraquí, o la intervención en Irak. La cuestión es los ataques de Sept... del 11M. No hay relación entre la intervención de Irak y los ataques de 11M. Esto es falso.

(Stephen Sackur) ¿Ninguna conexión...?

(Jose María Aznar) Ninguna conexión. Absolutamente, ninguna conexión.

(Stephen Sackur) ¿Así, usted...?

(Jose María Aznar) Más aún: Usted conoce por hoy por hoy a algunos de los responsables de los ataques, pero usted no sabe quién ideó el ataque, quién es el líder del ataque, de quién es la idea del ataque, quién establece y aporta los medios para los ataques, quién definió el soporte logístico de los ataques, quién establece las estrategias de los ataques. Nada.

(Stephen Sackur) ¿¡Qué?¡ ¿Está usted sugiriendo que hay dudas sobre la autoría islamista del atentado?

(Jose María Aznar) Yo pienso que una parte de los autores fueron islamistas, pero creo que no sólo sea un ataque de islamistas.

(Stephen Sackur) Usted dice eso porque no está dispuesto a disculparse por su conducta en esos días, entre el 11M y 14M, cuando ustedes repetidamente apuntaron su dedo acusador al movimiento del separatista vasco ETA, cuando todas las pruebas, como ahora sabemos, apuntaban al terrorismo islamista...

(Jose María Aznar) Precisamente las pruebas aparecidas en el último mes, en estos días, indican la más que posible participación de la ETA el grupo terrorista en este ataque, precisamente...


29/7/06

Instrucción cumplida

24-07-06 - EL PAÍS

La conclusión del sumario sobre el 11-M y su envío a los dominios de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional han conjurado un grave riesgo que durante un tiempo no parecía del todo descartado: la excarcelación obligada de los presuntos autores materiales, inspiradores y cómplices de los atentados ante la imposibilidad de celebrar el juicio dentro del límite legal de cuatro años previsto para la prisión preventiva. Para la mayoría de la sociedad española, la posibilidad de que la mayor masacre terrorista de su historia pudiera quedar impune nunca ha sido un asunto menor. En este sentido, el fiscal del Estado, Cándido Conde-Pumpido, ha sintonizado con ese sentir socialmente mayoritario al señalar la importancia que reviste, desde las exigencias de la justicia, que el juicio sobre el 11-M esté asegurado en un plazo de tiempo previsible.

Para quienes se han puesto como objetivo desacreditar la instrucción judicial, e incluso intentaron utilizar el posible expediente al juez Del Olmo para apartarle del caso y realizar una total revisión de su instrucción, la celebración del juicio nunca ha tenido, evidentemente, carácter de urgencia. Con el pretexto de "esclarecer la verdad", su objetivo ha sido mantener empantanada la investigación judicial hasta al menos las elecciones generales de 2008 para dejar abierta la posibilidad, con los consiguientes réditos políticos, de seguir instrumentalizando la tesis de la mano invisible de ETA, adobada con los más delirantes ingredientes conspiratorios. La conclusión del sumario, tras 28 meses de exhaustivas pesquisas, ha desbaratado ese plan, de modo que las historias de hoy sobre la nitroglicerina son a estos efectos tan inocuas como las de antaño sobre la mochila que no estalló y que condujo a la identificación de los autores del 11-M con Acebes todavía ministro del Interior, o la de la Orquesta Mondragón transformada en un arrebato de periodismo de investigación en la corporación industrial vasca del mismo nombre.

La verdad de los hechos sobre el 11-M tiene sin duda mejor reflejo en la "verdad judicial", obtenida con todos los resortes de que disponen jueces, fiscales y fuerzas de seguridad del Estado en un procedimiento independiente y con garantías, que en sumarios paralelos y simulacros procesales sin el menor requisito de imparcialidad, viciados además por tesis de autoría preconcebida. Y esa "verdad judicial", de momento provisional hasta que pase el escrutinio del juicio, apunta a que tanto los autores materiales -entre ellos, los siete suicidas de Leganés el 3 de abril siguiente- como intelectuales de los atentados del 11-M integraban una célula yihadista radicada en España que diseñó su acción criminal al calor del apoyo del Gobierno de Aznar a la guerra de Irak.

Esa verdad no se sustenta en conjeturas, hechos casuales o enredos de confidentes, sino en una instrucción con más de 80.000 folios de diligencias de diverso tipo: miles de rastreos telefónicos (50.000); unas 200 pruebas de ADN y otras tantas sobre huellas; vehículos, explosivos y detonadores, documentos en árabe y ordenadores confiscados. Sin olvidar el casi centenar de ruedas de reconocimiento entre los procesados y testigos presenciales y protegidos (40), y el precedente de una condena en firme que verifica judicialmente un hecho investigado en el sumario del juez Del Olmo (el del menor implicado en el traslado desde Asturias a Madrid de los 130 kilos de dinamita empleada en los atentados).

Tanto la sistematización de hechos como su explicación razonada y fundada que revela la instrucción ponen de manifiesto que el director de la investigación ha sido el juez Del Olmo. No parece que haya sido un pelele en manos de determinados responsables policiales ni el pequeño juez al que le venía grande el sumario del 11-M, ni tampoco su trabajo ha consistido en una acumulación inconexa de diligencias, como han propalado sus inmisericordes críticos con el obvio propósito de desacreditarle profesional y personalmente. Del Olmo no ha obviado investigar los posibles fallos policiales previos a los atentados, interrogando a decenas de policías y guardias civiles, sin haber encontrado atisbo alguno de mala fe o de negligencia voluntaria. Por ello resulta cínico que los dirigentes del PP insistan en cargar las tintas y lanzar sospechas sobre la actuación de la policía y la Guardia Civil y pasen por alto su propia y principal responsabilidad como Gobierno que eran en aquellas fechas.



De Atocha a Bombay

26-07-06 - Javier Pradera (EL PAÍS)

La Diputación Permanente del Congreso fue escenario la semana pasada de una nueva comedia bufa protagonizada por el portavoz parlamentario del PP, dispuesto a sembrar todo tipo de conjeturas paranoicas, dudas simuladas, insinuaciones rastreras y acusaciones encubiertas sobre las imaginarias responsabilidades del partido del Gobierno como inductor, coautor, cómplice o encubridor del atentado del 11-M. Zaplana solicitó sin éxito -los restantes grupos parlamentarios votaron en su contra- la comparecencia del ministro del Interior para aclarar las contradicciones o los errores cometidos por un comisario de policía acerca de la composición de los explosivos empleados en los trenes de la muerte y exigió también la reapertura de la comisión parlamentaria de investigación. El pasado 11 de julio, el Grupo Parlamentario Popular había preparado el terreno con la presentación artillera de 263 preguntas sobre el curso de las indagaciones sumariales después de considerar insatisfactorias las contestaciones dadas en mayo por el Gobierno a otra tanda de 215 cuestiones formuladas el 20 de abril.

Zaplana considera "descorazonador" el resultado obtenido durante estos dos años: "Son más las incógnitas que los hechos esclarecidos". La fingida decepción del portavoz popular -"no sabemos prácticamente nada y a algunos les molesta que queramos saberlo"- es fácil de explicar: la indagación sumarial no ha descubierto ni una brizna confirmatoria de las disparatadas fantasías acuñadas por su partido sobre la participación en el 11-M de ETA, los servicios secretos de Marruecos y un grupo de funcionarios de los cuerpos de seguridad españoles manipulados por los socialistas. Si hasta ahora el emperramiento del PP en desviar la atención de la opinión hacia pistas falsas había sido una maniobra política para eludir las graves responsabilidades del Gobierno de Aznar por su atolondrada infravaloración de los peligros del terrorismo islamista, la conclusión del sumario -el juez Del Olmo ratificó el pasado 6 de julio el auto de procesamiento de 29 de los 116 imputados- lo convierte en un mecanismo de obstrucción que podría llevar a la escandalosa puesta en libertad de los imputados si el tiempo máximo de prisión preventiva se agotase antes de que fuese dictada sentencia.

La sangrienta marca de fábrica del fundamentalismo islamista es evidente en el 11-M: sus semejanzas estructurales con el atentado londinense de 7 de julio de 2005 y la matanza de Bombay del pasado 11 de julio han disipado cualquier duda razonable de buena fe al respecto. Por lo demás, el fiscal general del Estado considera que el sumario esclarece de manera suficiente los hechos esenciales del crimen aunque queden pendientes -como en todos los casos complejos- extremos menores. Para mayor paradoja, los dirigentes del PP, que atribuyen ahora a las instituciones del Estado de derecho (Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, ministerio público, Gobierno, Poder Judicial y Parlamento) el doloso ocultamiento de la verdad sobre el 11-M, fueron los encargados durante varias semanas de controlar la investigación del atentado: el 5 de abril de 2004, Acebes, titular entonces de Interior (con Ignacio Astarloa como secretario de Estado) y hoy secretario general del PP, difundió orgullosamente la noticia según la cual "el núcleo central que perpetró la masacre está detenido o muerto en suicidio".

¿Cómo justificar, así pues, que el principal partido de la oposición, que ocupaba el poder hace dos años y que aspira a recuperarlo, acuse al Gobierno de Zapatero de borrar las huellas del atentado del 11-M para hacer desaparecer los indicios que le relacionarían de una forma o de otra con su génesis y desarrollo? Es cierto que los dirigentes populares están siendo tironeados del ronzal y aguijoneados en los flancos -para que no desfallezcan en esa infame tarea- por una cuadrilla de periodistas y locutores que confunden cínicamente la prensa de investigación con el libelo de intoxicación y la crítica al poder con la extorsión a sus titulares. Lejos de constituir un atenuante moral o político, ese sórdido entendimiento bajo la mesa del PP con el amarillismo informativo de sentina, sin embargo, no sólo le distanciará cada vez más del centro moderado sin cuyos votos nunca conseguirá ganar las elecciones sino que le acerca a las posiciones de la ultraderecha antisistema.


22/7/06

11-M, el fin de una investigación (Reportaje de EL PAÍS)

Goma 2 ECO en los escenarios del crimen

16-07-06 - José Manuel Romero

Ciento treinta kilos de dinamita del tipo Goma 2 ECO, una sustancia gelatinosa y blanca de gran capacidad destructiva, fueron distribuidos en 13 bolsas de deporte y repartidos por los vagones de cuatro trenes que hacían el recorrido entre Alcalá de Henares y Madrid en la hora punta de la mañana del 11 de marzo de 2004. Diez de esas bombas estallaron a las 7.40 de aquel día activadas por el zumbido del servicio despertador de otros tantos teléfonos móviles adosados a las cargas explosivas. Tres mil personas viajaban a esa hora en esos trenes: 191 murieron y otras 1.500 resultaron heridas.

Los policías expertos en desactivación de explosivos que acudieron a los cuatro focos donde estallaron las bombas tomaron muestras de "metal, plástico, telas, clavos diversos, material aislante, tierras y sustancia pulverulenta de color rosado (utilizada en la extinción de incendios)" para efectuar los primeros ensayos analíticos sobre la única pista disponible en ese momento para aclarar el mayor atentado en la historia de España.

LA PRIMERA PISTA Componentes de dinamitas

El informe de la Unidad Central de Desactivación de Explosivos NBQ remitido al juez (páginas 119 y siguientes del auto de procesamiento), señala que en las estaciones de Atocha, Santa Eugenia, El Pozo y en el tramo de la calle Téllez donde explotaron los artefactos explosivos se comprobó la presencia "de algunos componentes [sin especificar cuáles] de los explosivos conocidos como dinamitas".

De los 12 focos de explosión analizados (10 artefactos que estallaron y dos más que fueron explosionados por la policía), los Tedax acreditaron la presencia de "componentes de dinamita" en 10 de ellos, en otros dos (foco número 2 de la calle de Téllez y foco número 3 de la estación de El Pozo), no hallan "ninguna sustancia digna de mención".

Los policías que firman el informe recuerdan que es imposible "signar el nombre comercial de la dinamita que ha sufrido una reacción explosiva, ya que en ella desaparecen determinados componentes que hacen imposible tal designación". En las primeras horas tras el atentado, algunos mandos policiales informaron a los dirigentes políticos del Gobierno del PP de que la dinamita utilizada fue Titadyne, la empleada por ETA durante los últimos años. Aquella información llevó al ministro del Interior, Ángel Acebes, a mantener que ETA había puesto las bombas en los trenes. Sólo unas horas después, la policía descartó al completo que se tratara de ese tipo de dinamita.

El 7 de julio de 2004, algunos meses después del atentado, el comisario jefe de los Tedax, Juan Jesús Sánchez Manzano, detalló ante los diputados que investigaban el 11-M en el Congreso algo que no figuraba en los informes y que el PP, muchos meses después, considera clave para cuestionar toda la investigación judicial y policial.

Sánchez Manzano declaró: "En algunos casos, no en todos, cuando se hace el análisis de los restos del foco de la explosión logramos encontrar restos de nitroglicerina, y la nitroglicerina es el componente de todas las dinamitas", explica el comisario. Cuando en la misma comisión de investigación, el diputado popular Jaime Ignacio del Burgo le preguntó al mando policial si era un experto en explosivos, Sánchez Manzano confesó: "En explosivos, no; soy un experto en desactivación de explosivos".

Sánchez Manzano se equivocó porque la dinamita Goma 2 ECO no lleva ese componente sino nitroglicol. El pasado jueves, el comisario jefe de los Tedax firmó una nota en la que reconocía que utilizó indebidamente el término nitroglicerina: "Se debió a la asociación del citado término con la palabra dinamita, ya que la nitroglicerina está universalmente ligada a las dinamitas en general y no a ninguna en concreto, siendo en ese contexto explicitado en el que se produjo, es decir, por asociación natural".

En el sumario del 11-M no hay ninguna referencia a la nitroglicerina. Se incluye tan sólo el informe pericial remitido al juez el 27 de abril de 2004, tres meses antes de que Sánchez Manzano detallara en el Congreso lo que sus expertos no habían dicho. En el informe pericial se habla sólo de "componentes de dinamitas". El tipo de dinamita sólo se descubrió al desactivar una de las tres bombas que no llegaron a estallar en los trenes. Ese trabajo de un tedax facilitó la segunda pista, muy relevante por la información que contenía. El descubrimiento se produjo en la madrugada del 12 de marzo en el parque Azorín del barrio de Vallecas.

LA BOMBA DESACTIVADA Una custodia bajo sospecha

Una de las 13 bolsas con explosivo introducida en los trenes no estalló ni fue explosionada por los agentes. El artefacto pudo ser desactivado en la madrugada del 12 de marzo en un parque de Vallecas y su composición, debidamente acreditada en un informe pericial, dio una de las claves para desentrañar cómo se preparó el atentado y quién lo perpetró: "Nitrocelulosa, nitroglicol, nitrato amónico, ftalato de dibutilo y carbonato cálcico", componentes de la dinamita Goma 2 ECO fabricada por Unión Española de Explosivos.

El PP, partido que gobernaba cuando ocurrió el atentado y que dirigió a través de los jefes policiales de su confianza toda la investigación en el mes y medio siguiente, ha cuestionado que esa bolsa con la bomba desactivada en Vallecas, hubiera estado realmente en los trenes y formara parte del paquete de artefactos que los terroristas montaron para atentar en Madrid.

La sospecha del PP, defendida y difundida un año y medio después de los hechos y no respaldada por ninguno de los mandos policiales que puso al frente de aquella investigación el Gobierno de Aznar (ni Jesús de la Morena, comisario general de Información, ni Gómez Pintado, subdirector general de Policía han hecho nunca referencia a este hecho), se basa en una supuesta falta de custodia de esa bomba, que fue de la estación del Pozo a la comisaría de Vallecas y de allí al Ifema, donde se habían agrupado todos los cadáveres. Desde ese lugar regresó a la comisaría de Vallecas, momento en el que se descubrió la existencia del artefacto explosivo y se desactivó.

La inmensa mayoría de los policías que participaron en la vigilancia de esa bolsa han declarado ante el juez que en ningún momento se perdió su custodia y control.

Los componentes encontrados en la dinamita de la bomba desactivada en Vallecas (nitroglicol y otros) se repetirían en el resto de analíticas que se hicieron respecto a nuevos descubrimientos de explosivos en escenarios relacionados con la matanza de los trenes.

Nitroglicol había en el escaso explosivo encontrado en interior de la furgoneta aparcada junto a la estación de Alcalá de Henares en la que los terroristas trasladaron su carga mortífera. Esa misma dinamita se localizó en los análisis de restos hallados en la moqueta del maletero de un vehículo de Hichan Ahmidan, hermano de El Chino, uno de los autores del 11-M que se suicidó en Leganés y que fue clave para conseguir la Goma 2 con la que provocar la matanza.

La dinamita almacenada en el piso de Leganés por los terroristas era también de la misma marca y composición. Al igual que la encontrada en el artefacto explosivo colocado junto a las vías del AVE a la altura de Mocejón (Toledo).

METRALLA EN LAS BOMBAS Clavos y tornillos iguales

Los agentes también analizaron los clavos utilizados como metralla en las bolsas bomba hallados en los cuatro focos de la explosión. No se pudo determinar el tipo de dinamita a causa del estallido pero quedaron rastros del contenido de las bolsas de la muerte que ayudaron a hilar cabos y sumar evidencias. A cada tipo de clavo le fueron asignando letras. Ejemplo: Modelo A es un "tornillo de rosca para madera con cabeza de estrella de 35 milímetros de longitud y 3,5 milímetros de diámetro total; modelo B es un tornillo de rosca para madera con cabeza de estrella de 50 milímetros de longitud...".

La tornillería rescatada de los vagones donde estallaron las bombas coincide en algunos de sus modelos con los 640 gramos de metralla localizados en el artefacto desactivado en Vallecas. No fueron las únicas coincidencias relacionadas con el explosivo que la investigación, ahora concluida por el juez Juan del Olmo, pudo reunir a lo largo de 28 meses de trabajo.

DETONADORES Comprados por una explotación minera

En los distintos escenarios utilizados por los terroristas (la furgoneta en la que trasladaron los explosivos, las casas de Leganés y Chinchón donde almacenaron la dinamita y montaron los artefactos, la línea del AVE contra la que pretendían atentar, la bomba desactivada en Vallecas) se encontraron cinco modelos de detonadores, todos ellos fabricados por la Unión de Explosivos Ensing Bickford (UEB) y todos suministrados a la explotación minera asturiana de la que, según descubrió la investigación algunos días después del atentado, se sustrajo la Goma 2 ECO.

"Las investigaciones policiales, tanto las realizadas inicialmente por el Cuerpo Nacional de Policía, como después por la Guardia Civil, identificaron el lugar de procedencia de las sustancias explosivas utilizadas en los atentados por el tipo de detonador recuperado (...) Lo que fijó el lugar de procedencia de la dinamita fueron dos detonadores encontrados en la furgoneta de Alcalá de Henares (ese tipo se consumía en la Península sólo en la empresa Caolines de Merillés). Posteriormente se hallan más detonadores de ese tipo en el artefacto colocado por los terroristas en las vías del AVE en Mocejón (Toledo) y en el desescombro del piso de Leganés" (página 157 del último auto judicial sobre el 11-M).

La dinamita que dejó 191 muertos había sido robada en la mina Conchita, una explotación asturiana con horario diurno (sólo se trabajaba de 8.00 a 15.00), que por la tarde carecía de cualquier vigilancia pese a almacenar miles de kilos de explosivos. A esa conclusión se llegó con el desescombro de Leganés, "momento en que se recuperan envoltorios o fajas de los cartuchos". "Cuando el análisis de los envoltorios o fajas de los cartuchos se hace, se descubre que todas y cada una de las numeraciones llegaron a la empresa Caolines de Merilles", que regentaba la mina Conchita. La Goma 2 ECO que mató a 191 personas se escapó por los tremendos agujeros en la seguridad de una explotación minera.

UNA MINA SIN VIGILANCIA Sobrantes a la intemperie

Los paquetes de dinamita Goma 2 ECO que no se gastaban de ocho de la mañana a tres de la tarde se dejaban al aire libre en muchos casos o en minipolvorines de fácil acceso, según han declarado al juez la mayoría de los trabajadores de la explotación minera.

- "Nunca hemos bajado el sobrante del explosivo al terminar la jornada, ni se lo dábamos al vigilante ni lo depositábamos en los minipolvorines, se quedaba allí".

- "Los detonadores los cogíamos nosotros mismos, el vigilante no hacía demasiado caso".

- "Esoy cansado de ver cajas de dinamita en el exterior de los bocaminas. Había cuatro minipolvorines y en cada uno entraban dos cajas. La dinamita que venía, si no se podía gastar, no se guardaba, quedaba en la entrada de las bocaminas".

- "Nunca devolvíamos la dinamita sobrante al vigilante, la escondíamos en el tajo para el día siguiente". (Páginas 164 a 168 del último auto judicial de Del Olmo).

"El 23 de enero de 2004 llegan a la mina Conchita 300 kilogramos de Goma 2 ECO, de los que entre 175 y 300 llevaban la numeración 044 E 071, hallada en el piso de Leganés. Esta fue la única remesa que llegó a la mina Conchita con esa numeración" (página 75 del último auto judicial de Del Olmo).

José Emilio Suárez Trashorras, ex empleado de la mina Conchita y delincuente habitual dedicado al tráfico de estupefacientes, ayudó a los terroristas del 11-M a conseguir los kilos de Goma 2 necesarios para atentar en los trenes. Primero les facilitó directamente la dinamita enviando a colaboradores suyos a Madrid para entregar la mercancía a Jamal Ahmidan, El Chino, con el que Trashorras tenía tratos relacionados con el tráfico de drogas, según han reconocido él mismo, su esposa y su cuñado.

Estos hechos han quedado suficientemente acreditados por la confesión de las personas que llevaron en mano la dinamita a El Chino, uno de los terroristas del 11-M que se suicidó en el piso de Leganés. Además, figuran en una sentencia firme que condenó al único menor que participó en estos hechos.

LA ÚLTIMA INCÓGNITA El confidente no avisó

Durante la investigación del 11-M se conoció que el delincuente Rafá Zouhier, confidente de la Guardia Civil, llegó a delatar al ex minero Suárez Trashorras y a su cuñado, Antonio Toro, por tráfico de explosivos. Y que incluso llegó a mostrar a los agentes para los que trabajaba de confidente alguna muestra del explosivo con el que trabajaba Trashorras. Zouhier llegó a denunciar que había avisado de la operación por la que el ex minero iba a facilitar los explosivos del 11-M a Jamal Ahmidan, El Chino. La investigación judicial ha permitido acreditar que esa circunstancia no se produjo nunca. Zouhier dejó de informar a la Guardia Civil de sus contactos con Trashorras para la venta de explosivos en cuanto puso en contacto al ex minero con El Chino, en otoño de 2003. Aquellos contactos fructificaron unos meses después. Entre los primeros días de enero y los últimos de febrero, El Chino logró más de 200 kilos de Goma 2 ECO robados por Trashorras.


Islamistas criminales contra la guerra de Irak

17-07-06

En los interrogatorios que han acompañado a la instrucción judicial del mayor atentado en la historia de España no hay una sola confesión de culpa.

Los islamistas Jamal Zougam y Abdelmajid Bouchar, presos como supuestos autores materiales de la matanza de los trenes, se han declarado inocentes ante el juez. Los restantes terroristas que perpetraron los atentados se suicidaron en un piso de Leganés (siete), murieron en Irak (Mohamed Afalah) o están huidos. Imposible contar con su testimonio para conocer más de lo ocurrido.

Pese a ello, las pruebas reunidas tras más de dos años de investigación son tan apabullantes que la reconstrucción del atentado, aunque con lagunas ciertas, ha sido posible.

Ningún responsable policial, ni los que dirigieron la investigación durante las primeras semanas clave bajo mandato del PP ni los de ahora, bajo mandato socialista, pone el relato de hechos en duda. Sólo el Partido Popular, cuyo Gobierno controló y dirigió la parte principal de la investigación policial que permitió detener a parte de los culpables, se empeña desde hace más de un año en poner bajo sospecha todos los aspectos de ese trabajo de jueces, fiscales, policías, guardias civiles y peritos de todo tipo.

El juez Juan del Olmo recuerda y describe en su último auto judicial las evidencias descubiertas en todo este tiempo, "mediante vías legítimas y legales de investigación", que le permiten sostener su relato de hechos:

- Muestras biológicas que han permitido obtener el ADN de varias personas entre los escombros de la vivienda de Leganés que saltó por los aires junto a siete terroristas que se suicidaron en ella cuando habían sido acorralados por la policía. La investigación también ha acreditado gracias a muestras biológicas la presencia de terroristas en escenarios relacionados con el atentado, como la finca de Chinchón donde se montaron las bombas con teléfonos móviles, la casa de Granada que alquilaron unos días antes para esconderse tras la matanza, la ropa arrojada a contenedores junto a la estación de Vicálvaro por la que huyeron, o los dos coches en los que se trasladaron a Alcalá de Henares.

- Análisis del tráfico telefónico entre decenas de personas vinculadas al ataque terrorista que acreditarían sus relaciones en momentos clave de la preparación y la consumación de los atentados. Ese análisis del tráfico telefónico permite conocer la vía que utilizaron los terroristas para conseguir el explosivo con el que atentaron en los trenes. Y también revela de dónde partieron siete de los 13 teléfonos móviles introducidos en las mochilas bomba y cómo se utilizaron otras tarjetas telefónicas vendidas en la tienda de uno de los principales acusados.

- Investigación sobre la procedencia del explosivo descubierto en la bomba que pudo ser desactivada, en el artefacto que no explotó junto a las vías del AVE en Mocejón (Toledo) y en el piso de Leganés donde se suicidaron los terroristas.

- Testimonios de algunos amigos de los terroristas que participaron en el atentado terrorista. El 5 de abril de 2004, Ángel Acebes, ministro de Interior en funciones, declaró: "El núcleo central que perpetró la masacre está detenido o muerto en suicidio". Dos días antes, siete terroristas se habían suicidado en la localidad de Leganés tras ser acorralados por la policía.

La investigación ha acreditado suficientemente que un grupo de islamistas criminales, radicalizados y opuestos a la guerra contra Irak que apoyó España, prepararon y ejecutaron el atentado de los trenes.

Los que participaron en la matanza eran partidarios de hacer la guerra santa contra el "infiel occidental" y en sus últimos años de vida se habían radicalizado. Algunos tenían experiencia en actividades terroristas previas, como el argelino Allekema Lamari, detenido en Valencia en 1997 por pertenencia a un grupo terrorista. Condenado y excarcelado por un error judicial antes de tiempo, vivió muchos meses en busca y captura antes del atentado. Su peligrosidad estaba tan probada, que el CNI (Centro Nacional de Inteligencia) alertó meses antes del 11-M que era urgente detenerle porque podría estar preparando un atentado.

Otros miembros del comando, como Serhane Bel Abdelmajid, El Tunecino, con permiso de residencia y trabajo en regla, llevaban años reclutando fieles para su causa a favor del islam.

El análisis de los discos duros de los ordenadores encontrados en Leganés, que utilizaban los terroristas, y hallados en otros escenarios habitados por los autores del 11-M, han permitido saber que sus intenciones, mucho antes del atentado, eran asesinas.

Entre las páginas web que visitaban estaba la de Global Islamic Media donde, unos meses antes del 11-M, se colgaron documentos donde se hacían análisis estratégicos con "unas menciones muy claras y precisas sobre el ejercicio de violencia contra España y sus fuerzas" (página 195 del último auto judicial sobre el 11-M).

En los discos duros de los ordenadores de los terroristas se han encontrado además decenas de textos donde se ensalzan los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, se alaba a Osama Bin Laden, se justifican todos los ataques contra Israel o las matanzas en Irak, y se instruye sobre terrorismo y guerra de guerrillas.

El juez, con todos los elementos que ha recabado durante la investigación, traza el siguiente perfil de la decena de autores materiales del atentado.

EL TUNECINO Adoctrinamiento

El Tunecino. Fue investigado en relación con células terroristas islamistas por el juez Baltasar Garzón y seguido por la policía hasta unos días antes del atentado sin ningún resultado.

Un testigo protegido relata al juez que era el jefe de un grupo de radicales islamistas a los que adoctrinaba en la guerra santa. Unos días antes del 11-M hablaba con sus amigos de la necesidad de hacer un atentado en España porque era un país que estaba en contra de los musulmanes al apoyar la guerra contra Irak.

El testigo protegido 11.304 declaró al juez que el grupo liderado por El Tunecino señaló la posibilidad de atentar en España con motivo de la invasión de Irak por parte de una coalición internacional.

Un manuscrito suyo reivindicando el atentado fue remitido al diario Abc. Peritos caligráficos mantuvieron en su informe que la letra correspondía a El Tunecino.

CUATRO SUICIDAS Unidos para la guerra santa

Rachid Oulad Akcha, Mohamed Oulad Akcha, Asrih Rifaat Anouar y Abdennabi Kounjaa. En el verano de 2003 se reunieron con El Tunecino en distintos inmuebles de Madrid y reflexionaron sobre la situación mundial, considerando que el islam estaba siendo atacado y debía realizarse la yihad (guerra santa) en defensa de sus hermanos de religión. Mantenían que se estaba produciendo la invasión de tierra sagrada por lo que era necesario actuar contra los enemigos del islam. Colaboraron con Jamal Ahmidan, El Chino, para trasladar el explosivo desde Asturias a Madrid o para robar un coche con el que viajaron hasta Mocejón (Toledo) para atentar contra las vías del AVE. Acabaron acorralados por la policía en un piso de Leganés y se suicidaron.

ALLEKEMA LAMARI "Di a los hermanos que recen por mí"

Excarcelado en 2002 por un error judicial tras ser condenado por pertenencia a una organización terrorista islamista mientras vivía en Valencia. En 2003 se dictó la orden de busca y captura contra él. En esa situación de perseguido por las Fuerzas de Seguridad, el argelino envió desde oficinas de Correos de Madrid giros de 150 euros a algunos de sus compañeros islamistas encarcelados por la pertenencia al mismo grupo terrorista.

En el verano de 2003, contactó con el grupo de Lavapiés en el que también participó El Tunecino y Jamal Zougam. El 27 de marzo, 16 días después del atentado y una semana antes del suicidio de Leganés, Allekema Lamari le dijo a su amigo Safwan Sabagh: "A mí no me cogerán vivo. Ya nos encontraremos en el cielo. Di a los hermanos que recen por mí".

EL CHINO Un delincuente radicalizado

Llegó de Marruecos en el verano de 2003 después de salir de la cárcel de Tetuán "donde había experimentado un cambio muy relevante en su planteamiento religioso, volviéndose extremadamente radical, con una visión yihadista y censuraba duramente la invasión de Irak por tropas occidentales, así como el apoyo brindado por las autoridades españolas" (folio 67 del último auto judicial de Juan del Olmo). El Chino retomó los contactos con el grupo de delincuentes con los que se relacionaba, entre ellos los hermanos Rachid y Mohamed Oulad Akcha. En septiembre de 2003 se produjeron los primeros contactos con El Tunecino.

En ese momento se iniciaron las jornadas de adoctrinamiento los viernes por la tarde junto a un río tras salir de la mezquita, según la investigación judicial. Una semana antes de los atentados del 11-M, El Chino llama desde Ibiza a su suministrador de explosivos, el ex minero José Emilio Suárez Trashorras, y le despide así: "Si no nos vemos en la tierra, nos veremos en el cielo".

Una huella suya se encontró en el soporte de plástico de la tarjeta del número 652282947 que se encendió por primera vez el 10 de marzo junto a Chinchón y fue utilizado en una de las bolsas bomba que estalló en los trenes de Madrid. Leyó dos de las reivindicaciones de los atentados que grabaron en una cinta de vídeo.

Su perfil genético fue hallado en el Citroën C 3 robado a punta de pistola en Fuenlabrada el 29 de marzo de 2004 junto a los perfiles de Abdennabi Kounjaa y Mohamed Oulad Akcha. Con ese vehículo se trasladó el 2 de abril a las vías del AVE en Mocejón (Toledo) e intentó, junto a otros compañeros, perpetrar un atentado contra el tren veloz que se frustró a última hora. "El análisis de las muestras de barro obtenidas y las de las vías del AVE en Mocejón demuestra su coincidencia" (página 92 del último auto judicial).

JAMAL ZOUGAM El vendedor de las tarjetas

El 25 de febrero de 2004 llegaron a la tienda que Jamal Zougam regentaba en Lavapiés un lote de 100 tarjetas telefónicas de las que al menos 14 (siete de ellas explotaron en los trenes junto al artefacto explosivo) fueron utilizadas por el comando terrorista del 11-M.

Uno de los trabajadores de la tienda, Mohamed Bakkali, reconoció en fotografías que le mostró la policía que El Chino compró a finales de febrero un lote de 10 tarjetas a nueve euros cada una.

Los testimonios recogidos por la investigación judicial y policial acreditaron la relación de Jamal Zougam con El Tunecino, que acudió a su tienda en alguna ocasión. Y sus conversaciones con Mohamed Afalah, marroquí que huyó de España tras el suicidio de sus compañeros de Leganés y que, supuestamente, murió en Irak.

El testigo protegido S 20-04- A-27, que tomó el tren en Alcalá de Henares, señaló a Jamal Zougam como "la persona que introdujo debajo del asiento una bolsa de deportes de color azul oscuro, de unos 50 centímetros de longitud y unos 30 centímetros de altura, con asas y dando la impresión de albergar unos 10 ó 15 kilos". El mismo testigo declaró que Jamal Zougam se habría apeado del tren en la estación de Torrejón de Ardoz o de San Fernando de Henares. Otros testigos protegidos, identificados como S 20-04-R10, S 20-04-C-65 y S 20-04-J-70, "lo identificaron fotográficamente y en reconocimiento en rueda judicial" (página 156 del último auto judicial).

En su última declaración ante el juez, Zougam cuestiona las rondas de reconocimiento de las que fue objeto: "Me han utilizado como cabeza de turco por motivos políticos. Llevo dos años en la cárcel sin saber por qué. Se han realizado varias ruedas de reconocimiento con otras personas que no se parecen nada a mí, ni en el color de la piel ni en el color de los ojos ni en el pelo ni en nada. No se está diciendo la verdad, es todo por motivos políticos".

ABDELMAJID BOUCHAR El último detenido

Abdelmajid Bouchar ha sido el último detenido en relación con la autoría material del 11-M. El juez le imputa los 191 asesinatos. Fue localizado en Belgrado y extraditado a Madrid, donde fue inmediatamente encarcelado.

En el desescombro del piso de Leganés, la policía halló documentación de este marroquí.

Un agente ha declarado que vio el 3 de abril a Abdelmajid Bouchar en las inmediaciones del piso de Leganés momentos antes del suicidio de sus compañeros echando una bolsa de basura en un contenedor. Al advertir el marroquí que le seguían, huyó a la carrera.

El análisis de la bolsa de basura y de su contenido permitió encontrar restos de comida de los que se pudo extraer el ADN de Bouchar. Sus huellas dactilares se encontraron en un libro religioso que estaba en el piso de Leganés y en una plancha metálica de la finca de Chinchón, donde se montaron las bombas.

El juez relata además que su ADN se encuentra en "condiciones que excluyen cualquier elemento casual -en una maquinilla de afeitar, en un hueso de dátil y en otro de aceituna-".

MOHAMED AFALAH Muerto en Irak

Facilitó el dinero para el alquiler del piso de Leganés y huyó el 3 de abril hacia Bélgica. Un seguimiento policial especial permitió determinar que tras su huida, Afalah recaló en Irak donde participó en un atentado suicida.

De todos estos terroristas que participaron en el 11-M, el juez Juan del Olmo ha reunido pruebas que les sitúan en la organización y participación en la matanza de los trenes.

En muchos casos, el juez ha logrado huellas dactilares y ADN de los terroristas en distintos escenarios del crimen. En otros, el relato de testigos protegidos ha permitido sustentar la acusación.



Un atentado con muchos avisos previos

18-07-06

Nunca en la historia criminal del terrorismo en España la policía y los servicios de inteligencia tuvieron tanta información sobre los asesinos antes de que perpetraran un atentado como en el caso de la matanza de los trenes de Madrid. Y, sin embargo, no pudieron evitarlo. Los dirigentes del PP, que gobernaban en España cuando ocurrió el atentado y lo atribuyeron en un primer momento a ETA, han extendido sus sospechas sobre determinados agentes de la policía o de la Guardia Civil para justificar lo ocurrido.

La instrucción judicial sobre la investigación policial no ha podido acreditar en 28 meses de trabajos que en la actuación de los agentes hubiera mala fe o una negligencia voluntaria para facilitar la comisión del atentado. Decenas de policías y guardias civiles han declarado durante este tiempo en la Audiencia Nacional sin que el juez haya apreciado el mínimo atisbo de colaboración de miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con los autores del atentado.

Algunos de los terroristas que organizaron y ejecutaron la matanza de los trenes estaban siendo seguidos por la policía en relación con investigaciones judiciales; algunos confidentes habían informado a la Guardia Civil y la policía sobre tráfico de explosivos en Asturias o sobre planes para atentar en transportes públicos; numerosos informes de los servicios de información alertaban sobre la creciente amenaza del terrorismo islamista sobre España; el Centro Nacional de Inteligencia advirtió de que un terrorista argelino excarcelado y en busca y captura tenía planes asesinos. Pese a todo, el atentado se consumó el 11 de marzo de 2004 y dejó 191 muertos.

La investigación judicial, policial y política de este atentado ha destapado las múltiples deficiencias existentes en España en materia de seguridad del Estado. Los careos celebrados en la Audiencia Nacional entre distintos delincuentes relacionados con la matanza de los trenes; las revelaciones de los cargos policiales y políticos respecto a aspectos fundamentales del atentado; la descoordinación admitida por los principales responsables de policía y Guardia Civil, y el anómalo funcionamiento de la administración de justicia en casos relacionados con terroristas islamistas o el tráfico de explosivos en Asturias se juntaron para que, pese a toda la información atesorada hasta entonces, no fuera posible impedir el atentado del 11 de marzo de 2004.

- Una investigación necesaria que no se hizo. En el país de la Unión Europea más golpeado por el terrorismo, no se analizó una operación policial que destapó el tráfico de explosivos en Asturias. Ocurrió en 2001 cuando la policía desarticuló una red dedicada al narcotráfico y en los registros halló pequeñas cantidades de dinamita Goma 2 ECO y 94 detonadores. En esa red figuraban algunas personas que, tres años después, acabaron facilitando los explosivos necesarios a los terroristas del 11-M. En la instrucción judicial de aquel caso, no se hizo ni una sola diligencia encaminada a conocer la procedencia del explosivo. El Gobierno de entonces, que informó sobre esa operación donde se descubrió la Goma 2 ECO y los detonadores, tampoco ordenó ninguna investigación oficial. El fiscal jefe de Asturias, justificó así lo ocurrido: "Es que aquí los explosivos son una cosa bastante habitual. Aquí hay mucho minero retirado. Y además el explosivo no era mucho. Por eso se dio más importancia a la droga".

- Confidencias inútiles. El delincuente Rafa Zouhier contó a la Guardia Civil que en Asturias se traficaba con explosivos. Los agentes siguieron la pista, pidieron a Zouhier pruebas de lo que decía y, pese a obtenerlas, no remataron la operación. Las confidencias de Zouhier se produjeron antes de que se iniciara la relación del ex minero Emilio Suárez Trashorras con los terroristas que perpetraron el 11-M. Cuando se iniciaron los contactos, Zouhier no contó nada a la Guardia Civil. Hubo más confidencias de otros delincuentes relacionados con la trama de los explosivos pero los agentes encargados de investigarlas no tuvieron éxito. El juez, en sus investigaciones, no ha encontrado ninguna relación de los agentes que fracasaron en su investigación con los terroristas que perpetraron el 11-M.

- Un aviso sin consecuencias. El Centro Nacional de Inteligencia hizo una nota tan sólo unos meses antes del atentado en la que alertaba sobre la peligrosidad de Alekema Lamari, terrorista argelino que había quedado en libertad por un error judicial de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo.

La orden de busca y captura no tuvo ningún efecto. Lamari envió desde oficinas postales de Madrid giros de 150 euros a terroristas islamistas con los que había compartido actividades en Valencia, y que ahora se encontraban en prisión.

Lamari no pudo ser localizado, ni detenido. Acabó suicidándose junto a otros seis terroristas en un piso de Leganés poco después del atentado, el 3 de abril.

El ex presidente del Gobierno José María Aznar escribió en un libro tras la derrota electoral que sufrió su partido el 14 de marzo: "Para mí, ETA y el terrorismo islámico merecen el mismo rechazo y la misma respuesta. Debo reconocer, sin embargo, que tal vez la opinión pública española no era lo suficientemente consciente hasta el 11 de marzo del alcance de la amenaza del terrorismo islámico. Si es así, el Gobierno tiene sin duda una responsabilidad que asumir. Quizás los propios éxitos en la lucha contra ETA en los últimos años nos han llevado a bajar la guardia ante la amenaza fundamentalista. Y quizás hemos inducido a confusión acerca del posible papel que nos corresponde en la lucha contra el terrorismo, como si los españoles hubiéramos aceptado participar en ella a cambio de ayuda en la batalla que estamos llevando a cabo en nuestro territorio".


11/7/06

El auto de conclusión vincula el 11-M con el apoyo a la guerra de Iraq y descarta a ETA

Del Olmo confirma el procesamiento de 29 de los 116 imputados

  • [PDF] Auto de conlusión del sumario 20/2004

  • 08-07-06 - José Yoldi (EL PAÍS)

    El juez Juan del Olmo concluyó ayer la investigación de los atentados contra los trenes de cercanías de Madrid del 11 de marzo de 2004 y ratificó los procesamientos de 29 de los 116 imputados que figuran en el sumario. Del Olmo ha desestimado todos los recursos presentados por las partes -incluido el de la fiscal Olga Sánchez que pretendía procesar como autor material de los atentados al sirio Basel Ghalyoun- y ha confirmado que el ataque a los trenes fue consecuencia de la participación española en la guerra de Irak.

    En un relato de hechos, Del Olmo atribuye la matanza a grupos de islamistas radicales y, al mismo tiempo, descarta la participación de la banda terrorista ETA en los hechos.

    El magistrado ha elevado la causa -93.000 folios repartidos en 237 tomos del sumario y 30 piezas separadas- a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional para que continúe su tramitación. El juicio, según previsiones de la propia Sala Penal, podría comenzar el próximo mes de enero en la sala de vistas que el organismo tiene en la Casa de Campo de Madrid.

    El magistrado notificó ayer el auto -de 196 folios- por el que confirma los procesamientos de 29 de los imputados. Del Olmo dedica parte de esos folios a justificar los aspectos de la investigación que a su juicio quedan por aclarar y a explicar por qué en el auto de procesamiento -de 1.471 folios- no hizo un relato de hechos.

    Así, señala que "la propia investigación no ha conseguido (y así debe ser expuesto, por cuanto se han intentado todos los resortes fiables y verificables para ello) una respuesta a cuestiones tales como el número exacto de personas que intervinieron en el traslado y colocación de los artefactos explosivos en los trenes de la línea férrea Alcalá de Henares-Madrid, la específica forma de su distribución en todos los casos (las menciones son parciales, en ocasiones refiriéndose al exterior de las estaciones con vagas descripciones de los supuestos partícipes e identificaciones fotográficas dudosas), los concretos medios de transporte utilizados para el traslado de los autores materiales y de los artefactos explosivos hasta las estaciones de tren (sólo se ha podido fijar la furgoneta Renault Kangoo en la estación de Alcalá de Henares), etc...".

    No obstante, el magistrado precisa que eso no quiere decir que para los procesados no existan indicios racionales de criminalidad que les sitúen en el presunto entramado delictivo que dio lugar a los atentados del 11-M y de la voladura del piso de la calle Carmen Martín Gaite de Leganés, donde además del suicidio de siete de los autores materiales, falleció el geo Francisco Javier Torronteras.

    También precisa que el terrorismo islamista constituye "una realidad de organización criminal terrorista más flexible, con parámetros de actuación diferenciados a los que hasta ahora constituían el análisis cotidiano por los tribunales españoles de organizaciones terroristas (ETA o GRAPO)". El juez no menciona expresamente a Al Qaeda en ese apartado, aunque sí en el relato de hechos, al referirse al entramado yihadista en Europa que "está relacionado con la red Al Qaeda y perteneciente o vinculado al Grupo Islámico Combatiente Marroquí".

    El juez se justifica señalando que "el auto de procesamiento no recogió el presunto 'relato de hechos' (exposición descriptiva de lo supuestamente sucedido, atendiendo a los indicios recopilados), ante el fallecimiento de siete de los presuntos autores materiales, la huida de varios presuntos implicados (tampoco procesados, al no poder haber sido previamente imputados), y la negativa a exponer una supuesta realidad por parte de quién es procesado como autor material o partícipe en los atentados terroristas, pero que no aporta información alguna".



    Jamal Zougham - Procesado como autor material y preso


    Jamal Zougham regentaba la tienda de Lavapiés en la que se compraron las tarjetas que se introdujeron en los teléfonos móviles que activaron las bombas del 11-M. En la investigación judicial, se le sitúa en la órbita del grupo de islamistas radicales que dirigía Sarhane Ben Albelmajid, El Tunecino, y que, según un testigo protegido, recibían adoctrinamiento para cometer un atentado. Jamal Zougam está preso y procesado como autor material.


    Allekema Lamari - Atentó tras quedar libre por un error judicial

    El argelino Allekema Lamari fue detenido en 1997 en relación con un comando terrorista islamista que la policía desarticuló en Valencia. Quedó en libertad antes de lo previsto por un error judicial en el cómputo de los plazos de la prisión preventiva. En los últimos meses de 2003 estableció los primeros contactos con los islamistas que perpetraron, un año después, el mayor atentado en la historia de España. Lamari se suicidó en Leganés.


    El Chino - De la cárcel de Tetuán a la célula terrorista

    Jamal Ahmidan, El Chino, era un delincuente común que se dedicaba al tráfico de drogas y que radicalizó su postura tras pasar por la cárcel de Tetuán. En agosto de 2003, contactó con los miembros del grupo radical que acabó perpetrando el 11-M. Se encargó de conseguir los explosivos necesarios para la matanza de los trenes al contactar con Rafá Zouhier, quien conocía al ex minero asturiano que podía robar la Goma 2. El Chino se suicidó en Leganés.


    El Tunecino - Líder del grupo de islamistas radicales

    Sarhane Ben Albelmajid, El Tunecino, se encargó desde 2002 del reclutamiento de islamistas radicales dispuestos a atentar. La policía le vigiló durante varios años sin llegar a descubrir sus planes. El 3 de abril, junto a otros seis terroristas que habían participado en el atentado de los trenes, se suicidó en Leganés. La investigación le atribuye la autoría de uno de los comunicados reivindicativos del atentado enviado a un medio de comunicación.


    Abdelmajid Bouchar - Huyó de Leganés antes del suicidio

    Abdelmajid Bouchar, conocido como El Gamo, es el islamista que se percató de la presencia policial el 3 de abril de 2004 en el portal del piso de la calle de Carmen Martín Gaite de Leganés y avisó a gritos a sus compañeros, que posteriormente, al sentirse rodeados, se suicidaron. Bouchar, corredor aficionado de medio fondo, se escapó corriendo de la policía y huyó de España. Capturado en Belgrado, Del Olmo le considera autor material de los atentados.



    "Tras la invasión de Irak señaló la posibilidad de un atentado"

    El juez Juan Del Olmo relata en su último auto judicial cómo se preparó el 11-M, los orígenes de los terroristas que perpetraron el atentado y las causas que esgrimieron los autores de la matanza

    El juez Juan del Olmo establece el relato de hechos del mayor atentado de la historia a lo largo de 33 folios del auto donde confirma los 29 procesamientos por el del 11-M. Lo que sigue, resume ese relato de hechos:

    - Los orígenes de 2002. Durante 2002 y básicamente a través de la información que la policía española obtenía de un confidente se determinó la existencia de un grupo neosalafista yihadista (del que formarían parte, entre otros, Sarhane Ben Abdelmajid Fakhet, que se suicidó en Leganés el 3 de abril de 2004, Mustapha Maymouni, Said Berraj, Mohamed Iarbi Ben Sellan, Mohamed Afalah). Ese grupo se adscribiría a la corriente Takfir Wal Hijra, y mantendría reuniones de carácter secreto que giraban en torno a la exaltación del yihad [guerra santa] y preparación para el mismo, adoctrinamiento neo-salafista, reafirmación de la condición de combatientes islamistas,... A este grupo estarían vinculados Jamal Zougam y Mohamed El Egipcio (Rabei Osman El Sayed Ahmed), éste último a través de Mohamed Larbi Ben Sellam.

    El testigo protegido afirmó que los componentes de la que denominó Célula o Grupo de Madrid estaban adoctrinados espiritualmente para cometer un atentado, aunque económicamente no tenían capacidad.

    - 2003, la invasión de Irak.
    A principios de 2003, en el grupo de "jóvenes takfires" referido por el testigo protegido 11.304, y con motivo de la invasión de Irak por parte de una coalición internacional, comandada por Estados Unidos y Reino Unido, se señaló la posibilidad de cometer una acción terrorista en el territorio español.

    El sentimiento neo-salafista yihadista no sólo era atribuible a estos grupos y personas mencionados, sino que también inspiraba a otros presuntos implicados en los atentados del 11 de marzo de 2004 y 3 de abril de 2004.

    En Leganés, así como en otras poblaciones de la zona sur de Madrid, donde existe una importante presencia de ciudadanos originarios del Magreb, pertenecientes a la comunidad musulmana, se puso de manifiesto entre éstos un sentimiento favorable al yihad, especialmente tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y la posterior invasión de Afganistán. Dentro de ese sentimiento cabe señalar a los hermanos Mohamed Moussaten y Brahim Moussaten (de nacionalidad marroquí), así como a Abdelmajid Bouchar (nacional marroquí) y Mohamed Afalah, jóvenes conocidos entre sí.

    - Allekema Lamari.
    En los últimos meses del año 2003, el argelino Allekema Lamari (otro de los que se suicidaron en Leganés el 3 de abril de 2004) mantenía contactos con Mohamed Afalah y Abdelmajid Bouchar, acudiendo con alguno de ellos a reuniones que se celebraban en el barrio de Lavapiés en Madrid, donde también concurrían SaidBerraj y Sarhane Ben Abdelmajid Fakhet. En esos lugares coincidían con otro grupo de personas, entre las que se encontraba Jamal Zougam.

    - El Chino. En el verano de 2003 llegó de Marruecos Jamal Ahmidan, alias El Chino (nacional marroquí, que se suicidó en Leganés el 3 de abril de 2004), después de salir de la cárcel de Tetuán, donde había experimentado un cambio muy relevante en su planteamiento religioso, volviéndose extremadamente radical, con una visión yihadista, y censuraba duramente la invasión de Irak por tropas occidentales, así como el apoyo brindado por las autoridades españolas. Ya en agosto/septiembre de 2003 se produjeron contactos entre Jamal Ahmidan, Sarhane Ben Abdelmajid Fakhet, los hermanos Oulad Akcha, Basel Ghalyoun, Abdelilah El Fadoual El Akil, Mahmoud Slimane Aoun, y otros.

    - Robo de explosivos. En el verano del año 2003, sin poder precisar fechas, pero con anterioridad al 5 de octubre de 2003, y después de volver Jamal Ahmidan a España, se produjeron contactos dirigidos a obtener sustancias explosivas, con la finalidad que después se expondrá.

    Esos contactos atendieron a los precedentes siguientes: a principios del año 2003 (enero/febrero), Rafá Zouhier (nacional marroquí), confidente de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, comunicó a su controlador Víctor que había unos "asturianos" que en Madrid estaban ofreciendo sustancias explosivas a cambio de droga o de dinero. Se realizaron gestiones policiales para el esclarecimiento de esa información, y el 20 de febrero de 2003 José Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro Castro (ambos de nacionalidad española), acudieron a Madrid, entregando una muestra de sustancia explosiva en un bote de cristal a Rafá Zouhier. Esa muestra fue recogida por miembros de la Guardia Civil, y analizada se comprobó que era sustancia explosiva en mal estado.

    Aprovechando las relaciones delictivas previas por tráfico de drogas en el círculo marroquí que en Madrid se dedicaba a esa actividad delictiva, Jamal Ahmidan, a través de Rachid Aglit, entabló contacto con Rafá Zouhier, mostrando interés en conseguir sustancias explosivas.

    Rafá Zouhier, conocedor desde principios de 2003, como se ha referido, que José Emilio Suárez Trashorras y Antonio Toro Castro ofrecían sustancias explosivas, comunicó con ellos. En fecha no precisada, pero en todo caso antes del 5 de octubre de 2003, José Emilio Suárez y Antonio Toro llevaron a Madrid al menos un detonador, que entregaron a Rafá Zouhier.

    - Sustracciones en mina Conchita. El 23 de enero de 2004 (viernes), a Mina Conchita llegan 300 kilos de Goma 2 Eco, de los que entre 175 y 300 llevaban la numeración 044 E 071, hallada en el piso de Leganés (donde se suicidaron los terroristas). Esta fue la única remesa que llegó a Mina Conchita con esa numeración.

    - Preparación de las bombas.
    El día 10 de marzo de 2004, miércoles, en hora no precisada, presumiblemente con luz natural suficiente, en la finca de Chinchón (zona de cobertura de la BTS de Morata de Tajuña), se realizaron las operaciones dirigidas a la preparación de los terminales telefónicos componentes de los artefactos explosivos que estallaron al día siguiente, 11 de marzo de 2004. Ese día, jueves, se colocaron en los distintos trenes que circulaban por la línea férrea que une Alcalá de Henares y Madrid-Atocha, 13 artefactos explosivos, que produjeron una serie encadenada de explosiones que tuvieron lugar entre las 7 horas 36 minutos y las 7 horas 40 minutos aproximadamente.

    - La investigación. Las investigaciones policiales a raíz de los atentados del 11 de marzo de 2004 atendieron, en gran medida, a los elementos objetivos recuperados en los distintos lugares expuestos con anterioridad. Los investigadores realizaron las diligencias que aparecen también descritas en el auto de procesamiento: información telefónica en su más amplia perspectiva (terminal, tarjeta SIM, red de telefonía, etc.), sustancias explosivas (incluyendo los detonadores de modo especial), bolsas recuperadas (de basura y la que contenía el artefacto explosivo desactivado en Vallecas), y todo el análisis criminalístico de los vestigios recogidos en las primeras horas.

    - Explosivos en la finca de Chinchón. El registro de la finca de Chinchón, el 26 de marzo de 2004, permitió localizar un agujero o zulo preparado e impermeabilizado para albergar sustancias explosivas (las trazas o restos de sustancias explosivas que el informe pericial puso de manifiesto así lo acredita). Los procesados Hamid Ahmidan y Otman El Gnaoui reconocieron haber construido dicho zulo (aunque dando una explicación inverosímil para justificar el mismo). En el registro también se localizó cuantiosa cartuchería (oculta), además de restos de detonadores quemados (expresivo del intento de no dejar vestigio alguno que denotara la actividad que allí pudo desarrollarse para la preparación de los artefactos explosivos utilizados el 11 de marzo de 2004).



    Del Olmo concluye que dos procesados del 11-M viajaron a Bélgica en 2003 para preparar la matanza

    11-07-06 - N. Villanueva / D. Martínez (ABC)

    La huida hacia Bélgica de varios de los implicados en el 11-M apunta la existencia de «un importante reducto de apoyo a las redes de traslado» de miembros de organizaciones terroristas islámicas. No en vano ese país se había convertido con anterioridad a los atentados de Madrid en un centro de operaciones de los preparativos de la matanza. Así lo asegura el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo en el auto en el que confirma el procesamiento de 29 de los imputados en el sumario de los trenes.

    Dos de los procesados, Mohamed Afalah y Abdelmajid Bouchar (este último considerado autor material del 11-M), viajaron a Bélgica a finales de noviembre y principios de diciembre de 2003, respectivamente, para contactar con Mimoun Belhadj y Youssef Belhadj, miembros de la red de apoyo del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM). Belhadj está procesado además como «ideólogo» de la matanza de Madrid.

    Del Olmo asegura que el GICM tuvo «conocimiento previo» de los atentados y desarrolló una estrategia dirigida «bien a contribuir a la ejecución de los atentados, bien a poner al servicio de los implicados directamente en ellos sus redes de apoyo para que, en caso de necesidad, pudieran ser utilizadas».

    «Correos o enlaces» del GICM
    Sostiene, además, que los desplazamientos de Afalah y Bouchar a Bélgica a finales de 2003 «se encuadran en la función de correos o enlaces personales» con los terroristas del GICM residentes en ese país, el mismo al que los dos huyeron de forma precipitada un día después de la explosión de Leganés, en la que se suicidaron siete de los presuntos autores materiales del 11-M. Del Olmo recuerda que tras su visita a Bélgica, Bouchar se «volvió mucho más estricto en su planteamiento islamista», lo que vendría a afianzar la influencia que sobre su persona ejercían miembros del GICM como el «ideólogo» Youssef Belhadj.

    El magistrado señala que las labores de adoctrinamiento y proselitismo yihadista llevadas a cabo por Belhadj, la captación de fondos, el favorecimiento para albergar a personas vinculadas con la organización terrorista o el envío de personas a Irak son aspectos que hay que poner en relación «con los contactos previamente mantenidos» con los implicados en los atentados de los trenes. Recuerda que con anterioridad al año 2003 ya se habían producido reuniones y contactos en los que se apreciaba «un sentimiento compartido de lucha a favor de la comunidad musulmana y la voluntad de intervenir en acciones armadas en territorios en conflicto».

    Relaciones de confianza
    Pero la relación de la célula de Madrid con los miembros del GICM residentes en Bélgica no se circunscribía sólo a las visitas de Afalah y Bouchar a aquel país (la primera, tres meses antes del 11-M y la segunda, justo después de los hechos acaecidos en Leganés), sino que entre una y otra Youssef Belhadj también viajó a Madrid. Lo hizo en febrero de 2004 y permaneció en la capital hasta ocho días antes de los atentados, cuando «se marchó precipitadamente del territorio español».

    El juez señala que durante su estancia en España, Belhadj se alojó en casa de sus sobrinos, los hermanos Moussaten, donde siguió «impartiendo su doctrina yihadista (...) en un ámbito de protección y seguridad propiciado por su entorno familiar y por su esfera de relaciones de confianza». Estos extremos facilitaron sus contactos «de modo discreto y a salvo de riesgos de control policial».

    Todo ello lleva al magistrado a concluir que «las actuaciones desarrolladas tanto en España como en Bélgica, la obtención de la parte más cuantiosa de la sustancia explosiva los días 28 y 29 de febrero (Belhadj estaba en España entonces), los preparativos finales en la confección de los artefactos explosivos y los acontecimientos posteriores al 3 de abril de 2004 (huida a Bélgica de varios de los implicados) ponen en evidencia que hubo una coordinación efectiva, con distribución de funciones, conocimiento de los atentados que se iban a producir y fijación de rutas de huida con redes de apoyo preestablecidas». La salida de España de Bouchar y Afalah hacia Bélgica respondió a un plan preconcebido.


    7/7/06

    Del Olmo concluye la instrucción del 11-M

    Confirmado el procesamiento de los 29 presuntos implicados en el 11-M

  • [PDF] Auto de conclusión del Sumario 20/2004

  • 7-07-06 - Europa Press

    El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ha rechazado todos los recursos interpuestos por las defensas de los 29 procesados por su presunta implicación en la masacre del 11-M. El auto dado ha conocer hoy por el magistrado rechaza también la pretensión de la fiscal Olga Sánchez de procesar a Basel Ghalyoun como autor material de los atentados junto a Jamal Zougam y Abdelmajid Bouchar.

    El auto, de 196 páginas, confirma la resolución dictada por el juez el pasado 10 de abril, en la que se procesaba a 29 de las 116 personas imputadas inicialmente en el sumario del 11-M. A lo largo del día de hoy se espera que el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de a conocer el auto de conclusión del sumario y su elevación a la Sala de lo Penal de la Audiencia, que continuará la tramitación de la causa y fijará la celebración del juicio.

    Con respecto a Ghalyoun, que fue el único procesamiento que recurrió la Fiscalía de la Audiencia Nacional,
    el juez magistrado rechaza considerarle autor material y confirma limitar su participación a un delito de pertenencia, aunque concreta que de los indicios existentes puede deducirse que favoreció a presuntos miembros de la célula que ejecutó los atentados "no sólo por haber intervenido en labores de adoctrinamiento y captación, sino por ser favorable a un tipo de actuación violenta en defensa de su concepción religiosa, y facilitar a uno de los presuntos intervinientes directos en los atentados cobijo y protección el mismo día de 11 de marzo de 2004".

    En su auto de 10 de abril, Del Olmo procesó por 191 asesinatos y 1.755 en grado de tentativa, así como cuatro delitos de estragos, a cinco de los 29 procesados por el 11-M: Abdelmajid Bouchar (en la imagen), Jamal Zougam, Rabei Osman el Sayed, alias "Mohamed el Egipcio" (en prisión en italia), Hassan el Haski y Yousef Belhadj.

    Al ex minero asturiano, José Emilio Suárez Trashorras, se le acusa tanto por los asesinatos y heridos de los atentados de los trenes como por la explosión del piso de Leganés, en el que murieron 7 terroristas y el GEO Francisco Javier Torronteras. Así se enfrenta a 192 asesinatos consumados y 1.773 en grado de tentativa, cinco delitos de estragos, colaboración con banda armada, contra la salud pública, falsificación de documento oficial, robo con hurto y otro de tráfico y tenencia de explosivos.

    Entre los 29 procesados figuran en total nueve españoles, es decir, todos los relacionados con la trama asturiana gracias a la que los terroristas consiguieron los explosivos.

    Por pertenencia o integración en organización terrorista, el juez procesa a nueve personas: Zougam, Fouad el Morabit, Basel Ghalyoun, Mohamed Larbi Ben Sellam (también acusado de inducción al suicidio por el envío de "mujahidines" a países en conflicto), Abdelmajib Bouchar, Mohamed Almallah Dabas, Rabei Osman, Hassan el Haski y Yousef Belhadj.

    Por colaboración, el juez mantiene el procesamiento de nueve personas, además de a Suárez Trashorras: Rafa Zouhier (también procesado por tráfico y tenencia de explosivos), Hamid Ahmidam, Otman el Gnaoui, Abdelilah el Fadual el Akil, Rachid Aglif y Mohamed Boujarrad, Saed el Harrak, Nasreddine Bousbaa y Mahmoud Slimane Aoun.


    Del Olmo considera que Ghalyoun sólo hizo labores de apoyo en los atentados

    7-07-06 - EFE

    El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo considera que Basel Ghalyoun, de quien la Fiscalía había pedido que fuera considerado autor material de los atentados del 11-M, sólo realizó labores de "apoyo y favorecimiento" a presuntos miembros de la célula terrorista que ejecutó los atentados.
    del olmo considera que ghalyoun sólo hizo labores de apoyo en los atentados
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    Así lo afirma el juez en el auto en el que confirma los 29 procesamientos en relación con el 11-M dictados el pasado 11 de abril, en el que rechaza tanto el recurso de la Fiscalía respecto de Ghalyoun como los interpuestos por las defensas del resto de los procesados.

    Del Olmo mantiene por tanto el procesamiento de Jamal Zougam, Rabei Osman El Sayed, "El Egipcio", Hassan El Haski, Youssef Belhadj y Abdelmajid Bouchar como autores materiales de los atentados, a quienes además imputa un delito de pertenencia o integración en organización terrorista islamista, a la que considera autora de la masacre.

    Entre los procesados figuran también nueve españoles vinculados a la denominada "trama asturiana" que suministró los explosivos y al frente de la cual estaba el ex minero José Emilio Suárez Trashorras.

    Junto a él, el juez procesa a Antonio Toro Castro, su hermana Carmen Toro Castro, Emilio Llano Alvarez, Raúl González Peláez, Iván Granados Peña, Javier González Díaz, Sergio Alvarez Sánchez y Antonio Iván Reís Palizio.

    También por integración en organización terrorista, el juez procesa a Fouad El Morabit Anghar, Mouhannad Almallah Dabas, Mohamed Larbi Ben Sellam -a quien también acusa de un delito de inducción al suicidio por enviar "muyahidines" a Irak-, Hamid Ahmidam, primo de Jamal Ahmidan, "El Chino", uno de los líderes de la célula, junto con Serhane Ben Abdelmajid Fakhet, "El Tunecino", muertos en Leganés el 3 de abril de 2004.

    Por colaboración, junto a Ghalyoun, están procesados el confidente policial Rafa Zaouhier, Otman El Gnaout, Abdelilah El Fuad El Akil, Rachid Aglif, Mohamed Bouharrat, Saed El Harrak, Nasreddine Bousbaa, Mahmoud Slimane Aoun, así como los hermano Brahim y Mohamed Moussaten.

    Respecto a la financiación de los atentados, el juez dice en el auto notificado hoy que "hay que destacar que la misma procedía básicamente de la previa actividad delictiva por tráfico de drogas", así como del dinero aportado por algunos de los presuntos miembros de la célula terrorista y de la venta de bienes o recuperación de deudas.

    El magistrado atribuye un papel principal en la cuestión de la financiación a Jamal Ahmidan, "El Chino", uno de los siete terroristas que se suicidaron en el piso de Leganés.

    El juez notificará esta misma mañana otro auto en el que acordará la conclusión del sumario del 11-M.