28/2/07

Trashorras declara que 'El Chino' le dijo que quería la dinamita para atracar joyerías y furgones

28-02-07 EFE

El exminero José Emilio Suárez Trashorras ha declarado que pensaba que el suicida de Leganés Jamal Ahmidan, el Chino "quería dinamita para realizar robos en joyerías". "No sabía que quería poner bombas, si no hubiera avisado a la policía", ha dicho. El acusado ha reiterado que solo tuvo relación con el Chino para la compra de 60 kilos de hachís en una operación policial, en la que él participaba como confidente.

El exminero asturiano ha asegurado que informó a la policía antes del 11-M de la existencia de la finca de Chinchón en la que se montaron las bombas, durante su interrogatorio en el juicio de los atentados.

Trashorras, quien se enfrenta a la máxima pena solicitada por el fiscal (38.667 años) por considerar que fue él quien suministró los explosivos para los atentados, ha reanudado la declaración que inició ayer y ha vuelto a negar haber puesto a disposición de los presuntos autores del 11-M la dinamita que explotó en los trenes.

El minero también ha calificado de "bulo" "eso que dicen" de que conocía a dos etarras que robaron un vehículo cerca de su domicilio en Avilés (Asturias) y que después colocaron como coche bomba en el aparcamiento del aeropuerto de Santander en diciembre del 2002.

Trashorras ha reiterado que jamás ha traficado con explosivos, si bien ha admitido que la venta ilegal de este material es algo que todo el mundo conoce en Asturias y que hay mineros corruptos, "al igual que se puede sobornar a un juez o a un fiscal", según ha dicho.

El acusado ha denunciado que, tras la matanza, la policía le pidió implicar a "los moros", entre ellos al procesado como autor material Jamal Zugam, a cambio de que tanto él como su exesposa, la también procesada Carmen Toro, fueran declarados testigos protegidos en la investigación.

Según la versión de Trashorras, su cuñado le implicó en el tráfico de explosivos porque por la época de los atentados no tenían una buena relación personal. La realmente implicada, según su versión, es una persona "fugada en el Caribe, que está en tratos con la Guardia Civil para no venir a España".


Antonio y Carmen Toro niegan haber traficado con explosivos junto a Trashorras

28-02-07 - EP

El presunto miembro de la trama asturiana que facilitó los explosivos a la 'célula' terrorista del 11-M, Antonio Toro contradijo lo señalado al tribunal por su ex cuñado y principal encausado en este procedimiento José Emilio Suárez Trashorras, al señalar que el tráfico de explosivos no es algo habitual y que conoce todo el mundo en Asturias, 'donde lo único que hay en abundancia es la sidra'.

Toro hizo estas afirmaciones a preguntas de los abogados de la acusación particular, tras reanudarse esta tarde la sesión del juicio por la masacre en el pabellón de la Audiencia Nacional en la Casa de Campo, en Madrid. En la sesión de la mañana, Suárez Trashorras, para quien se piden 38.670 años de cárcel como cooperador necesario en la masacre, declaró que en Asturias hay un mercado negro de explosivos que se utilizan para pesca furtiva, voladuras, fiestas y otras cosas, 'y eso lo sabe todo el mundo donde hay explotaciones mineras'.

Toro, para quien la Fiscalía solicita 23 años de prisión por los delitos de colaboración con organización terrorista, asociación ilícita y suministro de explosivos, negó haber participado jamás en este tráfico y añadió que no sabía de dónde procedían los explosivos y el detonador que acabaron en manos del presunto colaborador de la 'célula' terrorista Rafa Zouhier.

El procesado añadió que nunca ha estado en Mina Conchita -de dónde según la investigación procede parte de los explosivos-, ni en ninguna otra mina.

Señaló que su presencia en Madrid durante los meses de enero y febrero de 2004 obedecían a su interés por comprar 'mercancía' (hachís) o irse de fiesta, y admitió que en dichas ocasiones se encontró en la capital con Zouhier. En dichos encuentros no se encontró jamás con Jamal Ahmidan 'El Chino' -uno de los siete terroristas que se suicidaron en Leganés (Madrid) el 3 de abril de 2004-, al que vio por primera vez en una reunión al que acudió con su hermana y su cuñado en un McDonald's de Madrid en noviembre de 2003.

Sobre la presencia de su hermana, la también imputada Carmen Toro, en diferentes reuniones celebradas en Madrid entre su marido Suárez Trashorras y varios marroquíes, como las que tuvieron lugar en hamburgueserías de la capital, negó que ésta tuviera que ver con el negocio de la droga y agregó: 'Emilio sabe que si se le ocurre llevar a mi hermana a una reunión para algo que sea ilegal.'

En otro punto de la declaración insistió en que dejó de hablarse con Suárez Trashorras cuando su hermana le anunció que iba a casarse con él, porque no quería que su hermana saliese con él y mucho menos que se fueran a vivir juntos y que luego se casaran.

En cuanto a su coincidencia en la cárcel de Villabona (Asturias) con miembros de ETA, Toro precisó que esto no es cierto, y que si lo dijo Zouhier a su contacto en la Guardia Civil, de la que era confidente, 'luego se ha demostrado en los careos que se lo ha inventado todo'.

En otro momento afirmó: 'Nunca he colaborado, colaboro o colaboraré con la Policía', y negó cualquier relación con el inspector jefe de Policía de Avilés (Asturias), Manuel García Rodríguez, 'Manolón', del que era confidente su ex cuñado.

Antonio Toro reconoció que su padre tiene varios amigos en la Guardia Civil de Avilés, aunque negó haber recibido trato de favor por parte de la Benemérita. 'Lo único que ha hecho la Guardia Civil es meterme 6 años en la cárcel', dijo, en referencia a la condena que recientemente se le ha impuesto tras el juicio por la denominada 'Operación Pipol' de tráfico de explosivos.

Dijo también no tener relación con otros miembros de la denominada trama asturiana, como Javier González Díaz, alias 'dinamita', con excepción de Ivan Reis, con quien coincidió trabajando en la misma empresa. Requerido por la defensa de este procesado, señaló que éste aún mantiene una deuda con él por temas de hachís y negó haberle amenazado por ello con una pistola.

A preguntas de su abogado, Juan Carlos Herranz, Toro insistió en sus afirmaciones anteriores y negó cualquier relación con el tráfico de explosivos o con miembros de ETA. 'La primera vez que he visto a uno (etarra)ha sido estando ahora en la cárcel', afirmó el procesado.

Preguntado por que había 'desnudado' ahora ante el tribunal sus actividades con el hachís, Toro señaló que 'en la vida' a colaborado con ninguna organización terrorista, y que no tiene nada que ver con el 11-M.

Carmen Toro, de 25 años y hermana de otro de los acusados por suministrar supuestamente los explosivos del 11-M, Antonio Toro, sólo quiso contestar a las preguntas de su abogada, Mónica Teresa Peña, a la que dijo que se encontraba "confundida" con todo lo que le había sucedido a raíz de casarse con Trashorras, el 14 de febrero de 2004.

Sólo admitió que sabía que "trapicheaba" con drogas, y sobre si le vio nervioso durante la luna de miel, respondió que él "es nervioso y está todo el día hablando por teléfono. Eso lo hace siempre, puede estar todo el día hablando por teléfono", afirmó la única mujer acusada en este proceso.

Aseguró que confiaba en él y por eso se casaron, pero, ahora, "escuchas cosas como que disfrutaba con mujeres", refiriéndose a la declaración prestada por su ex marido, y piensas "que vengan aquí esas mujeres. Yo no tengo por que estar aquí", se quejó Carmen Toro, para quien el fiscal pide cuatro años de cárcel.

Reconoció que sabía que Trashorras "trapicheaba con hachís" y por eso "discutíamos siempre", pero aseguró que no "imaginaba que era confidente, por lo menos algo tan serio como eso" porque le veía con el jefe de estupefacientes de la Comisaría de Avilés, Manuel García Rodríguez "Manolón", siempre en el bar y "pensaba que era un amigo más".

Respecto a los amigos de su ex marido, explicó que no tenía relación con ellos porque eran mayores y "no me gustaban", y reconoció haber estado presente tanto en una reunión en el McDonalds de Moncloa, aunque "no me ubico", y en la finca de Chinchón en la que se montaron las bombas, pero sostuvo que ni habló con nadie ni escuchó nada de lo que allí trataron.

Explicó que el 17 de febrero fue con su ex marido a visitar la finca de Chinchón porque "me dijo que eran muy económicas y quería comprar una" y accedió a acompañarle, aunque, según matizó, a ella no le apetecía porque acababan de llegar de viaje de novios y quería estar sola con su marido.

Respecto a los otros acusados en la trama asturiana de los explosivos, sólo dijo que conocía "por el nombre" a Iván Granados Peña y a Zouhier de saludarla "por educación" cuando coincidió con él acompañando a su ex marido, como en la reunión en el McDonalds.


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