28-12-04 - Enric Sopena (El Periódico)
Quieren mantener la confusión masiva cuanto más tiempo mejor, quizá hasta el 2036 --año del centenario, feliz coincidencia--, cuando acaso se descubra gracias al ADN que un sobrino tercero de Josu Ternera fue engendrado en realidad por un marroquí que gozó de los favores clandestinos de una sobrina segunda del conocido etarra.
Ella vasca, y votante de Batasuna. Entonces, una vez certificado que el marroquí pertenecía a una de las ramas del salafismo, podría concluir sus trabajos la comisión de investigación de los atentados del 11 de marzo.
La conexión con ETA quedaría así probada y José María Aznar --por esas fechas un anciano algo mayor que Manuel Fraga actualmente-- podría retirarse de la política con la cabeza alta. Iría a Televisión Española y ante un muy veterano Alfredo Urdaci declararía: "Les estoy diciendo la verdad. El sobrino-nieto de Ternera era el eslabón con ETA.
Todos los terrorismos son iguales, como decía también mi amigo George, que ahora se sienta sin complejos a la derecha de Dios padre".
Pero no sólo la comisión del 11-M se acerca razonablemente a su final, sino que los jueces Baltasar Garzón y Juan del Olmo sostienen que el 11-M fue la respuesta del terrorismo islamista a la presencia de España en la guerra.
O sea, vuelva ahora a la televisión, señor Aznar, y mirándonos otra vez a los ojos repita que nos dijo la verdad: que su Gobierno apoyó la guerra porque Irak tenía armas que podían destruir el mundo y que Sadam Husein y Osama bin Laden eran íntimos amigos dispuestos a expandir por doquier el terrorismo Luego, señor Aznar, llame a Garzón y a Del Olmo y, al menos a ellos, pídales disculpas.
28/12/04
Mirándonos a los ojos
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