19/5/04

La investigación siguió desde el primer momento la pista islámica: Dos testigos del atentado hicieron un retrato robot de Zougam


Relato de los dos primeros días de pesquisas según las diligencias recogidas en el sumario judicial


05-05-04 - Jorge A. Rodríguez / José Yoldi ( El País)

La investigación policial abierta a raíz de los atentados en los trenes de Madrid el pasado 11 de Marzo apuntó desde las primeras horas hacia la pista islámica, a juzgar por las diligencias efectuadas en los primeros días, que obran en el sumario que se instruye en la Audiencia Nacional. El entonces ministro del Interior, Ángel Acebes, mantuvo durante las primeras 48 horas tras el atentado que la principal línea de investigación apuntaba a la banda terrorista ETA. Lo que sigue es la reconstrucción de la investigación policial con base en las diligencias efectuadas en las primeras horas.

- La alerta. La primera llamada de alerta a los servicios de emergencias informa de una explosión "en la estación de cercanías de Santa Eugenia". La segunda alerta apunta a la estación de El Pozo y la tercera señala los aparcamientos del AVE en Atocha. Madrid se despertaba con la mayor tragedia de España desde la Guerra Civil y la policía ponía en marcha su investigación para intentar desentrañar qué había ocurrido exactamente durante esa mañana, en la que unos desalmados habían asesinado a 192 personas y herido a más de 1.500.

- Los escenarios de la masacre. La policía se fue desplegando. El mismo día 11, los agentes elaboran la primera panorámica del terror que estalló entre las 7.26 y 7.29. Relatan cómo, a las 7.26, se registraron tres explosiones "consecutivas" en el tren 17.305, que está parado en el andén 2 de la estación de Atocha. "Previsión de personas muertas, 25", figura en las diligencias. Con la frialdad propia de cualquier atestado, la policía escribe que al minuto siguiente hubo una explosión en el vagón número 3 del convoy 21.431, en Santa Eugenia, 30 muertos; que a las 7.29 reventaron dos bombas en El Pozo, en los vagones 240R y 241R del tren 21.435, 68 muertos. En ese mismo instante estallaban cuatro bombas más en el tren 21.713 parado a la altura de la calle de Téllez. Los policías creyeron que habría 14 muertos.

- Más mochilas bomba. Los servicios de socorro comenzaron su penosa tarea entre nuevas alertas. La policía localiza "una mochila abandonada en el andén de la estación de El Pozo, conteniendo en su interior un teléfono móvil con cables y cinco kilogramos aproximadamente de explosivos". Los artificieros (TEDAX) valoran la situación. Son las nueve y media de la mañana. No lo ven claro, creen que es inestable, que puede reventar en cualquier momento con una llamada, pero intentan desactivarla con un disparo de agua. Nada. Por ello, "se produce una explosión controlada por el equipo TEDAX de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana".

La experiencia se repite. A las diez de la mañana se acordona Atocha alrededor de una mochila tirada en el andén. El mismo equipo de Tedax provoca una explosión controlada, "con resultado negativo", es decir, sin bomba. Y volvió a repetirse a las 10.25, al encontrarse una mochila en el tren atacado en la calle de Téllez "con un artefacto en su interior que no se activó".

Los artificieros se entretuvieron algo más con esta bomba, sabedores de que podía contener información fundamental, e intentaron desactivarla por varios métodos. Pero al final, alegan, vieron el peligro y optaron por la explosión controlada.

- Primeras pesquisas a un sultán. Los investigadores comienzan a moverse. Los analistas hablan de ETA como autora de la masacre, pero la policía lo primero que se pone a comprobar es la pista islámica. Una pareja de agentes acude al hotel Intercontinental, sito en el paseo de la Castellana, para comprobar (las diligencias no explican muy bien por qué) quién ocupa la habitación 714. Se comprueba que hasta las 12.00 del 10 de marzo la ocupó un sultán de Malaisia y que, tras dejarla en la hora citada, la ocupó un ciudadano francés que había acudido a un congreso y que se iba a ir el sábado. También se visita el hotel Meliá de la avenida de América, donde se comprueba que dos ciudadanos árabes que habían levantado alguna sospecha no tenían nada que ver. Finalmente, se ordena que se recojan "los listados de pasajeros de los vuelos internacionales que se efectuaron en la noche pasada [10 de marzo] en el Aeropuerto de Madrid-Barajas, así como los vuelos del mismo carácter que se realicen en los próximos días a fin de que se sometan a análisis por si pudieran aportar algún tipo de interés para la investigación".

- Llamadas telefónicas en el área de los atentados. La visión dentro de una de las mochilas de un teléfono móvil lleva al juez a ordenar a Telefónica, Telefónica Móviles, Amena y Vodafone que le entreguen "la relación de llamadas efectuadas durante el periodo de tiempo comprendido entre las 6.45 y las 8.00 en la zona de influencia de los hechos".
Fue un pálpito, ya que, al final, los teléfonos móviles acabaron por dar la clave de las pesquisas.

- Una bomba desactivada. La clave estaba en una bolsa de deportes azul, recogida en la estación de El Pozo, que luego fue trasladada al tanatorio improvisado en el Pabellón 6 de Ifema y que acabó arrumbada en la comisaría de policía de Vallecas.. La bolsa había sido conducida al parque Azorín, donde a las tres de la madrugada del día 12, los artificieros se afanaban para desactivar la bomba. Lo lograron. Dentro de una bolsa de loneta azul con asas de cuero, hallaron "un detonador eléctrico del número 5, con dos mordazas y cápsula de cobre, fabricado por Unión Española de Explosivos"; "un teléfono móvil, marca Trium, unido a explosivo compuesto por diez kilos y 120 gramos de sustancia, identificada como Goma-2/Dinamita, con el logotipo ECO" y "650 gramos de diversos elementos de tornillería y clavos que actuarían, en su caso, como metralla". El artefacto, dicen las diligencias, "estaba programado para explosionar a las 7.40 horas del día 11 de marzo". El aparato de la compañía Movistar, Marca Trium T-110, de color azul, del que sobresalían dos cables, "que conectaban con el explosivo envuelto en una bolsa de plástico". El aparato y la tarjeta original eran de dos números diferentes.

- La furgoneta de las bombas. La Brigada Local de Información de Alcalá de Henares comunica a las 10.50 del 11 de marzo a la Brigada Provincial que una persona ha visto una furgoneta matrícula 0576BRX marca Renault Kangoo de la que salieron tres personas con gorras y una especie de bufanda o pañuelo tapándose la cara y dirigiéndose, una de las tres, a la estación de Cercanías de Alcalá de Henares. Los agentes se ponen en contacto con los servicios de Informática de la Dirección General de Tráfico donde les informan que el vehículo figuraba como sustraído, según las diligencias abiertas el 28 de febrero de 2004 en la comisaría del distrito de Tetuán (Madrid).

Agentes de la policía se dirigen entonces a Alcalá de Henares para realizar una inspección ocular del vehículo mientras otros agentes investigan el robo de la furgoneta. Tras la primera inspección ocular, los encargados de la investigación ordenan el traslado del vehículo a la comisaría general de Policía Científica para su análisis.

En el análisis, donde participan los equipos TEDAX de desactivación de explosivos, se encuentra, bajo el asiento del acompañante del conductor, una bolsa azul de plástico en cuyo interior había siete detonadores y papel de envoltorio de un cartucho de dinamita con restos de Goma 2. Además, en la furgoneta se encontró una cinta de cassette de color blanco con inscripciones en árabe introducida en el aparato de música.

- La cinta del Corán. La cinta encontrada en la furgoneta, según la investigación, recogía recitaciones de parte del Corán, de la sura III La familia de Imrán, con 200 aleyas en las que se describe la batalla que libra el islam contra sus adversarios. Supuestamente, según las conclusiones policiales, está recitada por el jefe Ahmad Ben Alí Ajmi, emir de El Cairo (Egipto). La sura III se fija en dos asuntos:

- La batalla dialéctica contra "la gente del libro", en referencia a los cristianos y los judíos, con ocasión de la visita realizada por la delegación cristiana de Nachrán a Medina.

- La batalla bélica contra los asociadores, definida en la batalla contra los infieles quraishíez (batalla de Uhud).

Los agentes señalaron que la cinta encontrada en la furgoneta podía proceder de algún mercadillo próximo a la mezquita de la M-30 de Madrid y se escuchaba habitualmente en época del Ramadán, sirviendo a la oración de purificación que precede al levantamiento nocturno del ayuno.

- Análisis científico. El trabajo de la Policía Científica sobre la furgoneta encontrada junto a la estación de Cercanías de Alcalá de Henares arrojó estos resultados:

- Se recogió ADN de una bufanda a cuadros de color marrón, así como de unas colillas halladas en el cenicero del vehículo.

- Se analizó un pelo largo, que resultó ser de una peluca.

Con todos los indicios, los agentes concluyeron que en la furgoneta habían viajado dos hombres y dos mujeres.

- Los primeros testigos. Los investigadores policiales recorren los distintos hospitales donde son atendidos algunos heridos que han visto a los supuestos autores del atentado. En el hospital de la Princesa se entrevistan con un herido que les cuenta su experiencia.

- ¿Sospechosos vascos? Alrededor de las siete de la mañana de aquel día, 11 de marzo, subió al último vagón del tren estacionado en Alcalá de Henares con destino a Madrid. Junto a él viajaban dos hombres vestidos de ropa reflectante de color amarillo y franjas de color plata, ambos de aproximadamente 40 años y de una estatura cercana a 1,80 centímetros, de complexión fuerte, pelo de color negro y con entradas. Que ninguno de ellos portaba mochila o paquete alguno. Los agentes aclaran en su informe que el testigo, sin concretar los motivos de su juicio, cree que los dos hombres que vio eran vascos. En el hospital Gómez Ulla, los agentes encuentran a otra testigo que subió al tren de la muerte en Torrejón de Ardoz y se sentó en el penúltimo vagón del convoy.

Durante el viaje observó cómo un hombre cambió de asiento en la estación de Coslada y se sentó cerca de donde ella estaba.
El individuo en cuestión llevaba una bolsa grande de deportes de color azul que colocó bajo su asiento. El hombre, según contó la herida a la policía, bajó del tren de forma muy precipitada en la estación de Santa Eugenia. Según este testimonio, empujó a los viajeros que entraban. Se había levantado de su asiento una vez que sonó el timbre que avisaba que se cerraban las puertas dejando la bolsa bajo el asiento. La testigo explicó a la policía que este hecho le había llamado mucho la atención y a otras dos chicas jóvenes que iban en el mismo vagón y que comentaron la precipitación del viajero para bajarse. La herida señaló por último que el individuo se quedó en el anden observando como el tren salía de la estación.

Tras los detalles, la testigo precisó las características físicas del hombre que le despertó sospechas: varón, de entre 30 y 35 años, de 1,65 a 1.70 metros de estatura, moreno, con pelo corto de punta, de complexión gorda con la piel muy blanca, cara muy redonda y papada, vestido de chándal azul, sudadera del mismo color, cazadora marrón clara y una gorra con visera puesta hacia atrás.

La testigo no pudo precisar en su declaración si la explosión se produjo en el mismo vagón que ella ocupaba aunque recordaba que tras el estallido, se dirigió en compañía de otros viajeros a la parte trasera del vagón. Otros dos testigos consiguieron afinar mucho más su testimonio sobre los sospechosos, hasta el punto que la policía logró elaborar un retrato-robot que coincidía con uno de los detenidos Jamal Zoughan en el locutorio de Lavapiés.

- La reivindicación. El día 11 la policía es informada de que "en el periódico Al Quds Al Arabya [de Londres y editado en árabe], las Brigadas Abhu-Hafs Al- Masri reivindican los atentados producidos en varios trenes de la Comunidad Autónoma de Madrid, por lo que se interesa de las autoridades policiales británicas que faciliten los datos que consten sobre las circunstancias en que se produjo la emisión del comunicado al periódico". Los informes explican que el nombre de dicha brigada tiene su origen en el fallecimiento del lugarteniente de Osama Bin Laden, llamado Mohamed Atef, alias Abu Hafs, jefe militar de Al Qaeda, quien murió en los ataques de EE UU contra las montañas de Tora-Bora, en Afganistán. Esa misma organización había reivindicado los atentados de Yakarta (Indonesia, en agosto de 2003), contra la sede de la ONU en Irak (en el mismo mes y año), el derribo de un avión en Kenia durante el verano de 2003, un atentado en Estambul, con 25 muertos y 300 heridos (15 de noviembre de 2003) y el que se produjo en esa ciudad a los cuatro días, con 30 muertos y 450 heridos.

Los investigadores no se fían. "Se considera de relativa fiabilidad la reivindicación, dado que el correo [electrónico] enviado fue investigado y determinó que su origen partía de Irán, si bien en ese país habría sido recibido de cualquiera de estos tres sitios: Libia, Yemen o Egipto, donde el distribuidor de Irán tiene sus clientes".

-¿Explosivos en Pozuelo? El día 12, cuando ya se conoce el contenido de la furgoneta, de la bomba desactivada y la primera reivindicación, surge un dato sorpresa, que parece cerrar aún más el círculo. A las 23.49, un trabajador de una discoteca de Pozuelo de Alarcón, comunica en la comisaría que en el aparcamiento que está frente a su centro de trabajo había visto "dos cajas vacías con rótulos de Goma 2 ECO, Explosivos Río Tinto". La policía le da todo el crédito a este comunicante, de nombre Francisco, y acude al aparcamiento situado en la calle de Inglaterra, de Pozuelo, frente al edificio Ática. La policía comprueba que, efectivamente, en dicho aparcamiento están esas dos cajas y que, efectivamente, tienen la inscripción Goma 2 Eco. Para entonces, ya ha quedado claro que ése es el explosivo utilizado en los atentados.

- La tienda de los móviles. Ya el mismo día 12, el seguimiento de los datos técnicos de la bolsa desactivada llevan a la tienda regentada por Suresh Kumar, quien explicó que de una partida de 80 teléfonos que le llegaron el 21 de octubre de 2003 desde una tienda, Telefonía San Diego, "hizo llevar a liberar 12 [el 4 de marzo], entre los que iban los dos del teléfono bomba", a una tienda de Santa María de la Cabeza. De allí, a otro comercio del cerro de los Ángeles y luego, a otro establecimiento de la calle Real de Pinto (del barrio de Villaverde), "donde un individuo de aspecto occidental compró tres teléfonos sin liberar". Esta misma persona vino al día siguiente acompañada de otra, "de aspecto occidental, piel blanca" y que hablaban entre sí "un extraño idioma - dijeron hablar búlgaro-, que no logró precisar. Era en esta partida en la que iban los dos de la bomba desactivada (el real y el manipulado). Estas personas compraron también un reloj digital de la marca Casio, otro teléfono móvil Trium T-110 sin liberar y una cinta de vídeo idéntica a la utilizada posteriormente en la reivindicación de los atentados que se produjo el 13 de marzo, el día clave de las pesquisas.



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