19/5/04

El PP radió El 11-M con 24 horas de retraso (Declaraciones de Rubalcaba)


Rubalcaba: “El PP radió El 11-M con 24 horas de retraso, para intentar llegar vivo al 14-M”

10-5-04 El Confidencial.com

“Me enteré a las 7,30 de la mañana del 11-M. Me llamó a casa una amiga para contármelo. Después me llamó Javier Zarzalejos (secretario general de Presidencia) o el propio Acebes, no recuerdo bien, para ponerme al corriente.
Su resumen fue: ‘esto va fuerte’, es decir, no era el típico atentado de ETA con 4 ó 5 muertos. José Luis (Rodríguez Zapatero) estaba aquella mañana en los desayunos de TVE, y aquello fue un martirio, porque con el mismo teléfono móvil yo trataba de contactar con él y al mismo tiempo de conseguir información. Confundido, totalmente perplejo, porque el miércoles nos habíamos ido a la cama convencidos de que ganábamos las elecciones y de repente un hecho de esa magnitud lo echaba todo a perder. Y ahora ¿qué hago yo? me preguntaba”.

Desde el 11-M, Alfredo Pérez Rubalcaba vive instalado en el epicentro del terremoto que, desde el punto de vista político, supusieron los atentados. Para muchos, este hombre que parece literalmente en los huesos (“adelgacé mucho durante la campaña”), al que no le duele España sino el hombro derecho (“ayer se me salió al intentar abrir una puerta, y es muy doloroso”), visto por algunos como un cruce entre Fouché y Maquiavelo, ha sido el responsable de la sorprendente victoria electoral del PSOE el 14-M. Considerado una especie de mago que mueve en la sombra los hilos de la compleja madeja que ha logrado echar al PP del poder, admirado por la izquierda, detestado por la derecha, Alfredo Pérez Rubalcaba ha preferido guardar escrupuloso silencio. Hasta ahora. Esto es lo que piensa de las dramáticas jornadas del 11 al 14-M:

“La noche del 11-M la pasamos en Ferraz, básicamente viendo qué iba a decir José Luis al día siguiente en la SER, donde tenía apalabrada entrevista, y en otro medio, analizando qué respuesta debíamos dar a lo ocurrido. Hacia las 12,30 de la noche, quizá un poco antes, cuando nos íbamos para casa, sonó mi móvil. ¡Coño, Zarzalejos! Me despedí del resto y me puse a hablar con él. ‘Es ETA...’ No hombre, no, Javier, ¿cómo me puedes decir a estar horas que es ETA? Que soy yo, Alfredo Pérez Rubalcaba, que a mi no me puedes seguir diciendo que es ETA, con lo que ya sabemos, porque ya había aparecido la furgoneta con los detonadores y los versos del Corán. Esto es demasiado incluso para ETA, le dije, porque este atentado iba de mil muertos, mil muertos, una bestialidad inimaginable siquiera en ETA. Y él que no, firme en sus tesis, que si las mochilas, que si los detenidos en Cuenca, que si el intento de la estación de Chamartín... Y nos despedimos sin ponernos de acuerdo, pero en tono educado, cortés, cordial incluso, porque en el Pacto Antiterrorista hemos vivido muchas cosas juntos”.

“Y al día siguiente siguieron atribuyendo la autoría a ETA. Yo creo que el Gobierno del PP estuvo radiando el partido con 24 horas de retraso, contando las cosas con un día de retraso sobre el estado real de las investigaciones.
¿Para qué? Para tratar de llegar vivo a las urnas, tratando de alcanzar el 14-M con el menor desgaste posible”.

“Para nosotros era como ver por televisión un partido de fútbol en diferido cuyo resultado sabes de antemano porque lo has oído en la radio. Y no porque, como se ha dicho hasta la saciedad, tuviéramos información privilegiada que no tenía el Gobierno. Pero hombre, vamos a ver, ¿qué conspiración podíamos hacer Pepe Blanco y yo con un par de teléfonos...? ¡Pero si eso es el PSOE!
¡Si aquí no hay infraestructura de nada! ¡Qué secretos ni qué cuentos, con toda la prensa internacional, todas las radios, todo Internet volcado en Madrid!"

“Hace unos días nos hemos enterado por El País de que la policía registró dos hoteles en la misma mañana del día 11, cosa de la que yo no tenía ni idea. Pues nos podía haber llamado un conserje de la UGT para avisarnos, por ejemplo, pero no nos avisó nadie..."

“Y, además, con el teléfono bloqueado, porque recuerdo bien la mañana del 12, todo el mundo llamándome al móvil, Maragall, Chaves, los de Euskadi...todo el mundo pidiendo información, y por lo tanto yo con el teléfono bloqueado, porque mientras estás con el aparato pegado a la oreja a ti te preguntan, pero tu no recibes información”.

“Yo no creo en los servicios secretos (aparte de que tengo bastantes dudas sobre su eficacia real), no creo en tesis conspirativas, no creo en operaciones de inteligencia, no veo a los servicios secretos franceses, no lo creo, hasta donde yo sé todo es mucho más sencillo, más cercano, más normal, si se puede hablar así de una monstruosidad como la ocurrida: ha sido Al Qaeda, ha sido la Al Qaeda de aquí, si se quiere, la Al Qaeda española, no hay que buscarle tres pies al gato...”

“Lo de Leganés, que ahora se dice que si les volaron desde fuera, pues yo estuve hablando largo y tendido con un GEO herido y este hombre me decía cómo cantaban, cómo gritaban, estaban como locos, como drogados, todas las evidencias indican que se suicidaron, si es que, al final, las cosas, dentro de la enormidad de lo ocurrido, son más normales que las tesis conspirativas...”

“¿Cómo que hemos tenido información antes que el Gobierno? Si es que yo no conozco a nadie del CNI, yo no sé quién es el señor Jambrina (coronel que perteneció a dicha organización), no lo sé. Y ¿cómo hubiera sido posible hurtarle información al Gobierno con cientos de policías por medio y con los mandos policiales que se deben al Gobierno? Es imposible parar cualquier información en esas circunstancias. ¡Pero si es que todo estaba en las radios y en Internet, si aquello era un secreto a voces, todo el mundo estaba pendiente de España!”

“¿Vera? Vamos a ver: ¿quién es Rafael Vera a estas alturas? Pues un hombre que lleva 11 ó 12 años fuera del circuito, sin la menor relación con el mundo policial, sin contactos... Hoy, Rafael Vera es un hombre totalmente marginal dentro del mundo policial, no es nadie. ¿Cómo se puede adjudicar el mochuelo de haber montado todo esto a Vera y a dos más...? Eso no hay quién se lo crea, hombre.”

“El día 12 cené con Pepe Blanco y con otros miembros del Comité Electoral del PSOE en ‘La Hacienda’, un restaurante en la carretera del Plantío a Majadahonda. Estábamos 6 ó 7 personas celebrando el fin de la campaña, y sí, recibí varias llamadas de teléfono (de Rosa Conde, entre otros) que atendí levantándome de la mesa, pero nadie supo quién me llamó y desde luego no me llamó ningún responsable policial y mucho menos ningún juez, ni español ni francés, rotundamente falso, como falso es que brindáramos con champán.
Eso es una villanía. ¿Cómo hubiéramos podido brindar con champán después de lo ocurrido? Al final terminamos hablando, lo que son las cosas, del Congreso del PSOE que eligió a Zapatero secretario general...”

“El día 13, el PP continuó retransmitiendo la jugada con 24 horas de retraso.
Por la tarde me llamó Zarzalejos para decirme que la Policía había hecho una redada y se habían producido las primeras detenciones, y yo le digo que muchas gracias, pero que podía haberse ahorrado la llamada, porque la noticia ya estaba colgada en las ediciones de internet de los periódicos, y creo que también lo había visto en CNN+. A buenas horas mangas verdes... Aquello nos cabreó de verdad, pero ya cuando por la noche sale Rajoy por la primera de TVE acusándonos de estar montando las manifestaciones ante sus sedes, ahí sí que ya nos plantamos. Hasta ahí podíamos llegar, eso sí que no, porque hasta entonces mantuvimos una actitud irreprochable, que por responsabilidad institucional estábamos dispuestos al máximo sacrificio, y de hecho José Luis apenas dijo en esos días dos cositas de nada, pero ya lo de la 1 del sábado por la noche fue la gota que colmó el vaso”.

“¿Fouché? ¿Maquiavelo? Yo soy el responsable de la estrategia política del PSOE y hago mi trabajo lo mejor que puedo. Y hay dos cosas que no estoy dispuesto a consentir: nada que tenga que ver con dinero, y por eso pago de mi bolsillo hasta el último café que me tomo. Ni nada que tenga que ver con acusaciones de vileza moral, como algunas de las que he escuchado estos días. Hasta ahí podíamos llegar”.

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