22/6/04

Los tres días que derribaron el Gobierno del PP





El Ejecutivo de Aznar se vio obligado a admitir la verdad el sábado por la noche acosado por los medios de comunicación, las evidencias policiales y la necesidad de la población de estar informada


(Tomás García / Paloma Abejón)

En el PP y en el PSOE se enteraron casi a la vez de lo que acababa de ocurrir en Madrid entre las 7.39 y las 7.43 del fatídico jueves 11 de marzo. Los asesores de José María Aznar fueron los encargados de darle la primera noticia al presidente del Gobierno. A José Luis Rodríguez Zapatero se lo comunicó José Blanco por teléfono desde el hotel Puerta del Camino de Santiago, en el que había dormido para grabar a primera hora de la mañana una entrevista en televisión. El propio Blanco contactó hora y media después, cuando ya estaba confirmado que había víctimas mortales, con Gabriel Elorriaga, responsable electoral del PP, y ambos pactaron una suspensión conjunta de la campaña.

Jueves. 10.15. Aznar pide a Zapatero que nadie dude de que fue un atentado de ETA

La mañana es de vértigo. A las 10.15 horas, cuando ya se sabe que España afronta la mayor masacre desde la Guerra Civil, Aznar telefonea desde la Moncloa -donde ya está reunido su gabinete de crisis- a Zapatero para darle los primeros datos. «Espero que nadie ponga en duda que esto es un atentado de ETA», advierte. El primer líder político que aparece en los medios es Juan José Ibarretxe, que no duda en atribuirle el atentado a ETA y asegurar que sus autores «no son vascos, sino alimañas». Para esa hora, algunos diarios ultiman una edición especial sobre los atentados. La cifra de muertos supera ampliamente el centenar y la mayoría de ellos, salvo uno muy cercano al Gobierno, titulan con la «matanza de ETA».

12.30. La principal hipótesis en el PSOE ya es Al Qaida

Expertos policiales españoles y franceses alertan al PSOE de que los indicios no permiten garantizar que sea así. A las 12.30 de la mañana, en la sede socialista de Ferraz, la principal hipótesis es que el atentado ha sido cometido por terroristas islámicos. Las sospechas crecen a las 13.30, cuando fuentes del PSOE en la lucha antiterrorista desvelan que en Alcalá ha aparecido la furgoneta con las cintas de audio con versículos del Corán. Cinco minutos antes, Acebes ha empezado a cavar su propia tumba política y la del candidato de su partido. En su primera comparecencia ante los medios, seis horas después de los atentados, da cuenta de las cifras de muertos y heridos y pronuncia una frase para la historia de la democracia española: «El Gobierno no tiene ninguna duda de que ETA está detrás de los atentados. Resulta intolerable cualquier tipo de intoxicación que vaya dirigida, por parte de miserables, a desviar el objetivo y los responsables de esta tragedia».

El ministro se refiere al líder aberzale Arnaldo Otegi, que poco antes ha calificado lo ocurrido como «una masacre sin justificación», sobre la que muestra su «rechazo más absoluto». Otegi no se plantea, «ni siquiera como hipótesis», que ETA esté detrás de los atentados y lo atribuye a la «resistencia árabe».

14.30. Aznar no cita a ETA

Con las ediciones especiales de muchos diarios en los quioscos sale a la palestra Aznar, que repite los argumentos de Acebes y los aliña con un rosario de atentados o intentos de atentado cometidos en los últimos años por «esa banda terrorista que todos conocemos». No menciona la palabra ETA pero vuelve a llamar a Zapatero e insiste con ETA. Aún no son las ocho de la tarde y en el PSOE, además de la furgoneta de Alcalá, ya conocen también la existencia de la mochila con el teléfono móvil que horas después acabará llevando a los supuestos terroristas. Zapatero se lo comunica a Aznar. Esta segunda noticia es conocida por una cadena de radio, que también llama a la Moncloa para confirmarla.

20.20. Acebes y la furgoneta

Se produce la segunda rueda de prensa del día de Ángel Acebes. Para entonces el número de periodistas se ha duplicado, puesto que comienzan a llegar enviados especiales de medios de todo el mundo. El ministro se alarga en una tediosa exposición de los hechos y sólo al final, tras reiterar que la principal línea de investigación sigue siendo que el atentado ha sido obra de ETA, da cuenta de la furgoneta encontrada en Alcalá.

En una reunión a última hora de la noche en la sede socialista, Zapatero y sus asesores debaten sobre la oportunidad de salir a la opinión pública con la información que poseen. La prioridad es que nadie les pueda acusar de hacer electoralismo con las víctimas, muchas de las cuales aún no han sido ni siquiera identificadas. La solución es salomónica. A la mañana siguiente, en una entrevista por teléfono que Antena 3 le hará a José Blanco, éste dará el primer aviso. Y así lo hace: «El Gobierno retiene información», dice Blanco, que se niega a profundizar.

Viernes. 11.15. Aznar reemplaza a Acebes

«¿Qué Gobierno con dos dedos de frente no barajaría la autoría de ETA?», espeta a media mañana un desgastado Aznar. A las 18.15 horas se produce la tercera rueda de prensa de Acebes desde la explosión de las bombas. Falta poco para que comiencen las manifestaciones de protesta. El ministro insiste en su frase fetiche: «La principal línea de investigación es ETA». Y no da crédito a la reivindicación de las Brigadas de Abú Hafs al Masri, que se acaba de producir en la sede de Reuters en Dubai y en el diario londinense Al Quds al Arabi .

Millones de ciudadanos salen a las calles, muchos de ellos con pancartas contra ETA. Quince minutos después, nada más acabar la comparecencia del ministro, el diario aberzale Gara y la ETB difunden un escueto comunicado de la cúpula etarra que niega la autoría. A las 18.40, el Ministerio del Interior no da crédito a la banda. Estas dos últimas noticias llegan por radio y teléfono móvil a muchos manifestantes de toda España. «Queremos la verdad antes del domingo», es el grito más coreado en el último tramo de la inmensa protesta de Madrid.

22 horas. En el PSOE ya saben que pronto habrá detenciones

A las 22 horas del viernes el PSOE ya sabe que la policía nacional sigue la pista a varias personas de nacionalidad árabe y que pronto habrá detenciones. La ministra Ana Palacio envía en cambio una carta a los embajadores españoles en la que les pide que a la hora de condenar los atentados incidan en que la autoría de los mismos es de ETA. A primera hora de la madrugada, los servicios secretos noruegos filtran la existencia de un documento según el cual grupos islamistas radicales habrían planeado atentados indiscriminados en España antes de las elecciones.

Sábado. Rajoy es entrevistado

El sábado es jornada de reflexión. Pese a ello, el candidato del PP aparece entrevistado en dos periódicos de Madrid. En uno de ellos asegura que su «convicción moral» le dice que el atentado es de ETA y que ahora, más que nunca, sería bueno para España un Gobierno con mayoría absoluta. El diario Gara publica un extenso comunicado de ETA en el que la banda se desvincula de lo ocurrido. En Ferraz tienen datos de Francia. La jueza antiterriorista Laurence Le Vert tiene pruebas que demuestran que ETA no ha sido. La pista buena es la islámica.

14.20. Acebes vuelve a negar la evidencia

Por primera vez Acebes habla de la posibilidad de dos organizaciones asociadas. Pero la línea principal sigue siendo la misma. Un periodista le pregunta directamente si el Gobierno tiene datos que impliquen a grupos árabes. El ministro lo niega. Segundos después, la Cadena Ser asegura que el CNI ha informado al Gobierno de que ETA no tiene nada que ver. Un teletipo posterior de la agencia pública Efe dice todo lo contrario: «Las pistas apuntan a ETA y descartan a Al Qaeda». El director del CNI, Jorge Dezcallar, desmiente lo dicho por la Ser. A esa hora comienzan a circular por la red de telefonía móvil los mensajes de texto convocando a concentrarse frente a las sedes del PP. A las 18 horas ya hay más de 2000 personas en la calle Génova. Todas las cadenas, salvo TVE -que para a esa hora programa Cine de Barrio - dan imágenes.

20. Acebes se rinde

El ministro Acebes es el encargado de echar las últimas dos paladas sobre la tumba electoral de su partido. A las 20 horas comparece para confirmar las detenciones de cinco ciudadanos árabes, adelantadas minutos antes por todas las agencias. Poco después, Rajoy lee un comunicado en el que condena lo ocurrido frente a las sedes del PP y pide a la junta electoral que intervenga. La réplica no se la da Zapatero, sino Alfredo Pérez Rubalcaba, que acusa directamente al Gobierno de mentir.

Después de las doce, ya en jornada electoral, informa sobre la cinta en la que Al Qaida vincula los antentados a la presencia española en Irak. A esta hora, TVE pasa, fuera de las previsiones de programación, Asesinato en febrero , un documental sobre el asesinato del socialista Buesa y su escolta a manos de ETA, que la noche anterior dio Telemadrid. La cinta no se interrumpe para dar a Rubalcaba, pero sí para escuchar cómo Zaplana arremete contra el PSOE. El último esfuerzo de Urdaci es inútil. Apenas faltan siete horas para que se abran las urnas que echarán al PP del poder tras dos legislaturas, la última con una abultada mayoría absoluta.



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