19/3/07

El Tedax que desactivó una bomba la noche del 11-M asegura que era diferente a las de ETA y similar a las usadas por terroristas en Oriente Medio

Dos artificieros declaran que la mochila explosionada en la estación de El Pozo era muy parecida a la desactivada el 11-M y contenía el mismo explosivo que el encontrado en el resto de escenarios.- Un policía guía canino explica que un trozo de papel con impregnación de explosivos en el interior de una bolsa de plástico cerrada es difícil de detectar para un perro, ya que no desprende olor

19-03-07 - Reuters

El agente de los Tedax que desactivó una bomba hallada en una mochila el 11-M dijo el lunes durante el juicio por los atentados que el artefacto no reunía las características de los explosivos elaborados por ETA.

"Me llamó la atención. Era distinta a las que conocíamos. No se corresponde con las que hacen otros grupos de carácter autóctono como ETA", dijo el agente del cuerpo de explosivos de la Policía Nacional. El subinspector declaró no haber visto nunca un artefacto igual. Se parecía a los que usan los terroristas en Oriente Medio.





El testigo añadió que la bomba no explotó porque falló el empalmado de los cables y manifestó que en su opinión el artefacto fue elaborado por dos personas distintas.

"No cuadra la concepción ingeniosa del teléfono con la pequeña chapuza de los cables. Mi opinión es que alguien hizo los teléfonos y alguien recibió las instrucciones de empalmar", indicó.





La mochila que se encontró en la comisaría madrileña de Puente de Vallecas, adonde se llevaron los objetos recuperados en la estación de Cercanías de El Pozo, es el punto central de las comparecencias de los testigos en la sexta semana del juicio.

Además del agente de los Tedax - la unidad de desactivación de explosivos de la Policía Nacional -, declararon otros dos artificieros, que aseguraron que la mochila de El Pozo contenía el mismo explosivo que el artefacto hallado sin explotar en Atocha y que estaba presente también en el piso de Leganés donde se inmolaron siete presuntos integrantes de la célula islamista a la que se responsabiliza de la tragedia.

Posteriormente, un policía guía canino que revisó la furgoneta Kangoo hallada en las cercanías de la estación de Alcalá de Henares y en la que supuestamente llegaron los autores materiales declaró que su perro no detectó ningún objeto explosivo al entrar en la parte de carga del vehículo.

En el registro posterior en dependencias policiales se encontró un trozo de papel con impregnación de explosivos en el interior de una bolsa de plástico cerrada, pero el agente explicó que un elemento así es difícil de detectar para el perro, ya que no desprende olor.

La sesión de la tarde la abrió el portero de un inmueble de Alcalá de Henares que hacia las 7 de la mañana del 11 de marzo de 2004 vio a tres personas bajando de la Kangoo y que le llamaron la atención inmediatamente por ir excesivamente abrigadas.

Uno de ellos, que iba totalmente tapado, llevaba una bolsa y una mochila y se dirigió a la estación, dijo Luis Garrudo, que añadió que aunque en un primer momento le dieron la impresión de que podían ser de países del Este, no lo aseguraba en absoluto, ya que luego afirmó que le parecían del Magreb.

A continuación intervino un subinspector de los Tedax que relató la localización de una mochila en la estación de El Pozo, donde explotaron dos bombas, apoyada contra la pared frente a uno de los vagones que no explotó.

Dentro había un móvil con cables de detonador y una masa blanquecina, pero fue imposible localizar ningún resto de explosivo tras la explosión del artefacto cuando intentaban neutralizarlo.

El policía municipal que encontró la mochila relató su hallazgo debajo de un asiento en un vagón donde no había víctimas y cómo intentó alejarla todo lo posible por si explotaba, apoyándola contra un muro.

También comparecieron dos trabajadores de una obra próxima a la estación de Vicálvaro que el 11-M vieron a una persona ajena a la obra cambiándose de ropa.

El testigo identificó a cuatro personas como parecidas al hombre que vieron, entre las que están Mohamed Oulad Akcha, Rifaat Anouar - dos de los que se suicidaron en Leganés - y Mohamed Bouharrat, uno de los 29 procesados.

En la ropa se encontró el ADN de Rifaat mezclado con el de Otman el Gnaoui, acusado de ser miembro de la célula islamista, según la fiscalía.


Por Inmaculada Sanz y Teresa Larraz.

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