26/10/04

El cuento de las autorías

26-10-04 - Ernesto Ekaizer

"Buscando quién es el autor intelectual del 11-M. Yo lo tengo muy claro... Si por autor intelectual entendemos la persona que ha conformado todo un grupo, que ha preparado a todo un grupo, que les ha adiestrado ideológicamente, que les ha enviado a Afganistán a prepararse militarmente y de forma terrorista... ese señor es Abu Dahdah, sin lugar a dudas", dijo ayer uno de los grandes expertos en terrorismo islámico de la policía, Rafael Gómez Menor. Esta "convicción", ¿supone que el comisario tiene razón? No necesariamente. Está claro que el atentado del 11-M fue cometido por un grupo del terrorismo islamista. Ahora, este invento de la autoría "intelectual", ¿en qué se inspira?. Si uno busca en las 567 páginas del libro 11/9, que contiene el informe de la comisión del 11-S en EE UU no hay nada semejante. ¿Y por qué, entonces, José María Aznar, Ángel Acebes y el PP siguen machacando con esta historia? Para seguir sembrando la duda. ¿Sobre qué? Acerca de su propia versión, la ofrecida del 11 al 13 de marzo.

Aznar dice en su libro, al recordar la mañana del 11-M: "Yo mismo y el Gobierno creímos que ETA era la autora material de los atentados... No hubo ni un solo representante del Estado, ni un solo medio de comunicación que adelantara otra hipótesis en aquellos momentos. Lo sucedido encajaba bien con los intentos de atentado frustrados por las Fuerzas de Seguridad".

Ya en mayo de 2004, cuando se publicó el libro, Aznar matizaba sobre la autoría y hablaba de ETA como la autora "material" del atentado. Él mismo, según confiesa, "creyó" que se trataba de ETA y que, como señala, era una "hipótesis" que "encajaba bien". El Gobierno mantuvo esa "hipótesis" contra viento y marea incluso cuando la realidad aportaba ya no meras hipótesis o conjeturas sino, por así decir, indicios racionales de criminalidad del terrorismo islamista. Aznar convocó con una "hipótesis" durante la mañana del 11, la colosal manifestación del 12 de marzo.

Es la conducta de Aznar y de Acebes de los últimos días la que refuerza los indicios sobre la manipulación que el dúo dinámico llevó a la práctica los días posteriores al 11-M. Aznar hace campaña a favor de la reelección de George W. Bush. El problema no es su opción sino el argumento. Si Bush es derrotado, ha explicado una vez más Aznar en Puerto Rico, ello supondrá una victoria de Osama Bin Laden. Vaya, como ocurrió en España el 14-M.

Aznar ha explotado electoralmente el terrorismo durante sus dos mandatos. Y cuando apoya a Bush con el argumento de Bin Laden, vuelve a hacerlo. Quien utiliza estos razonamientos después de perder unas elecciones, ¿por qué razón no habría echado mano de ellos antes? Lo mismo sucede con Acebes, quien estos días no se cansa de recordar los presuntos vínculos entre el terrorismo islamista y ETA para justificar su manipulación el 11-M.

El informe del 11-S recuerda que Bush, pese a tener información sobre Bin Laden proporcionada por el jefe de la lucha antiterrorista, Richard Clarke, pensó la noche del 12 de septiembre de 2001 en Sadam Husein. Contra toda evidencia.

Aznar explotó de cara al 14-M el atentado terrorista mientras solo existía, como el mismo admite, una "hipótesis". Pero por razones electoralistas se aferró a ella como una realidad y fue rechazando, o camuflando, indicios -ya no meras hipótesis- que apuntaban al terrorismo islamista. La necesidad de evitar el estigma de la manipulación y la mentira lleva a Aznar, a Acebes y a Mariano Rajoy a defender la idea de la "autoría intelectual" y la conexión entre el terrorismo islamista y ETA. No se trata, pues, de convicciones.



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