15/3/06

La verdadera conspiración (Ernesto Ekaizer)

El PP se embarca en un ataque preventivo contra el sumario del 11-M


15-03-06

"Silvio Berlusconi declaró que detrás del atentado había una mente española o alguien con un profundo conocimiento de la situación política española. No creo que El Tunecino, Lamari, el Egipcio o el Chino tuvieran capacidad intelectual suficiente para llevar a cabo un diagnóstico riguroso de la realidad española. Alguien lo hizo por ellos y los contrató para su ejecución. Pero ¿quién?", se pregunta Jaime Ignacio del Burgo, miembro del Partido Popular en la comisión de investigación del 11-M, en su libro sobre el atentado. Tanto le impresiona Il Cavaliere, que el ex comisionado empaca y emprende viaje al interior de la novela negra siciliana: el 11-M ha sido el producto de un contrato. Unos cerebros, lo más probable, claro, cercanos a ETA, fueron quienes pagaron a los moritos, como suele llamarles, para que ejecutaran el plan.

He aquí, en esta conclusión, todo lo que usted quería saber sobre la teoría de la conspiración. Tras el reciente patrocinio personal otorgado por Mariano Rajoy, gente bien intencionada estima que el PP ha atravesado una línea roja. La buena memoria escasea cada vez más. Hace tan sólo un año, mira por dónde, José María Aznar y Mariano Rajoy iban juntos de la mano en el acto de presentación del vídeo de la FAES sobre el 11-M, durante el primer aniversario. En el segundo, el PP ha seguido con el montaje, esta vez atacando la actividad del juez Juan del Olmo y de la fiscal del caso, Olga Sánchez. Ahora a cuenta de la bolsa de deportes, que no mochila, por enésima vez.

La bolsa ha sido durante años, parafraseando a Ariadna, el ovillo mágico de hilo dorado para entrar y salir del laberinto del 11-M. Jaime Ignacio del Burgo, confesaba su fascinación por el ovillo mágico, perdón, por la bolsa, en su libro. "No sabemos cómo es posible que la decimotercera mochila [¡bolsa!], cargada de explosivos y de quince kilos de peso como mínimo, cuya desactivación fue el elemento esencial de la investigación policial, pudo ser trasladada desde los trenes de Atocha hasta la comisaría de Vallecas sin que ningún Tedax se percatara in situ de su contenido, a pesar de que se habían desactivado otras mochilas o bolsas similares. ¡Son tantas las cosas que no sabemos!".

Y se sabe que uno encuentra siempre lo que busca. Jaime Ignacio del Burgo creyó encontrarlo en el testimonio de un policía que, según su propia declaración, vio una bolsa la tarde del 11-M, cuya imagen le quedó en la memoria, pero a cuyo interior nunca tuvo acceso. Además, se marchó a descansar en el anochecer de un día agitado, antes de que, en la madrugada del 11 al 12 de marzo, al conocerse que dentro de una bolsa había una bomba, se procediera a su desactivación lo que a su vez permitió llegar a los autores materiales. Y no solo Del Burgo creyó haber encontrado la prueba de cargo. También Rajoy, que estaba en el ajo, estuvo tan seguro de ello que abandonó su prudencia y salió al ruedo. Duró poco. Fue al juez Del Olmo a quien tocó, esta vez, desactivar la noticia-bomba. Y lo hizo. Y Rajoy puso pies en polvorosa.

¿Por qué esa perversión por la bolsa? Es muy sencillo: si esa bolsa no hubiera aparecido en escena antes del 14-M, el PP sigue estando seguro de que ganaba las elecciones. Y como los atentados del 11-M, ha repetido Aznar el pasado 8 de marzo, "están ligados a la voluntad de algunos de provocar un vuelco político en España", la mano que meció la bolsa desde los trenes hasta la comisaría, pues, pretende el PP, es la clave de toda esta historia. Si Rajoy ha comprado la prueba de cargo que le ha estallado en añicos horas después de exhibirla ello se debe a una razón muy clara. Por aquello de que el que conozca una razón para oponerse a la boda hable ahora o calle para siempre, el PP necesitaba desencadenar la campaña definitiva en las postrimerías de la instrucción sumarial del juez Del Olmo.

En su libro, Jaime Ignacio del Burgo ya da cuenta del respeto que le merece el juez. "Yo albergaba la esperanza de que el juez Del Olmo diera respuesta a la mayor parte de las cuestiones aquí suscitadas... Mi decepción ha sido absoluta, pues no he encontrado la respuesta a los grandes enigmas planteados y dudo que la haya cuando llegue el día de la apertura del juicio oral", señala.

Del Burgo ya ha dictado sentencia sobre la instrucción sumarial de Del Olmo. Y Rajoy, más a la gallega, también. Y, ¿por qué? Porque, parafraseando a Del Burgo "no han encontrado respuesta a los grandes enigmas planteados". Y ¿cuáles son esos enigmas? Evidentes: la relación entre ETA y los islamistas que cometieron el atentado. Es que, claro, ni Del Burgo ni Rajoy han hallado, en el largo centenar de tomos del sumario, una copia del contrato por el cual la banda terrorista ETA -que según insistió Aznar el pasado 8 de marzo "se encontraba en un estado de debilidad inédita. Les teníamos contra las cuerdas"- instruyó y pagó a los radicales islamistas para que ejecutaran el 11-M.

La campaña contra la instrucción sumarial tiene en cuenta un calendario elemental. El juez Del Olmo dictará próximamente el auto de procesamiento y el juicio oral de los acusados será señalado por la Audiencia Nacional quizá para febrero o marzo de 2007. En esas fechas, España estará en plena campaña de las elecciones municipales y autonómicas. El PP, que viene de perder las generales del 14-M, las europeas, de reducir posiciones en el País Vasco y de ser derrotado en Galicia, necesita ganar las próximas municipales y autonómicas (que, dicho sea de paso, también perdió en 2003). El cronograma judicial, pues, le viene mal. ¿Y qué decir de la circunstancia de que la sentencia de los acusados por el 11-M se acercará a las elecciones generales de 2008 caso de que se cumpla la legislatura? El PP dejó el Gobierno tras el 11-M y el fantasma de éste le perseguirá hasta las próximas elecciones generales. La conspiración, la verdadera, no es la de los socialistas, policías y periodistas en el 11-M sino la que inició el PP en la mañana de ese mismo día y que hoy mantiene contra viento y marea.



El palo y el ronzal (Javier Pradera)

15-03-06

La manipulada versión periodística -publicada anteayer- de la declaración prestada ante el juez Del Olmo por el inspector Álvarez sobre la vigilancia de la bolsa abandonada en el tren de la muerte de El Pozo, que contenía una bomba sin explosionar, bastó a Rajoy para lanzarse alegremente sin paracaídas sobre el terreno de las operaciones desestabilizadoras con la idea de plantear la posible nulidad de las actuaciones sumariales instruidas por la Audiencia Nacional desde hace dos años. Es cierto que los medios de comunicación amarillistas y los dirigentes del PP caminan del brazo a la hora de sembrar dudas, necedades e insidias sobre la autoría del 11-M con la común intención de atribuir a los terroristas el propósito de dar el triunfo electoral al PSOE. En esta ocasión, sin embargo, Rajoy parece haber sido tirado del ronzal por unos periodistas que amenazan con retirarle su apoyo si les desobedece; el tratamiento del palo y la zanahoria dispensado por el diario El Mundo y la Radio de los Obispos al presidente del PP es la receta aplicada para quitarle las ganas de apartarse del guión paranoico sobre el 11-M escrito con la ayuda del dogmatismo estólido de Aznar, la desenvoltura cínica de Zaplana y el fanatismo impenetrable de Acebes.

El levantamiento por el juez Del Olmo del secreto sumarial sobre la declaración del inspector Álvarez permitirá a cualquier lector de buena fe descubrir el malicioso sesgo de una engañosa información que había sido cocinada con un solo propósito: dar a entender que la bolsa conteniendo la bomba posteriormente desmontada no procedería de los trenes de la muerte sino que habría sido colada de matute por una mano negra. Las notas de la Fiscalía de la Audiencia Nacional y de la Dirección de la Policía -difundidas asimismo anteayer- dejan también con las vergüenzas al aire a esos matones de la desinformación, el chantaje y el fraude, poseídos siempre por una endogámica megalomanía narcisista que les impide ser conscientes de la patética y ridícula imagen devuelta por el espejo.

Ni que decir tiene que la instrucción de un sumario de 80.000 folios sobre un macro-atentado perpetrado por una organización terrorista -como el fundamentalismo islamista- con numerosas complicidades fuera de España habrá incurrido probablemente en errores. Pero el propósito de la calumniosa ofensiva política y mediática contra la Audiencia Nacional no es sólo linchar al juez Del Olmo mediante insinuaciones apenas veladas de prevaricación y acusaciones abiertas de incompetencia: se trata también de poner en cuestión el funcionamiento del Estado de derecho y la eficacia de las garantías constitucionales. Baste con recordar, sin embargo, que los defensores de los imputados, las acusaciones particulares de los damnificados y los magistrados de los tribunales (la Audiencia Nacional, primero, y el Supremo, después) someterán necesariamente a un severo escrutinio las diligencias del juez Del Olmo.

Los dos años de sostenida campaña difamatoria de El Mundo y la Cope minimizan la esperanza de leer o escuchar alguna vez las rectificaciones de esos inmorales fabuladores mediáticos, cuya modernizada versión de la probatio diabolica descarga sobre los oponentes la imposible tarea de demostrar que sus descabelladas conjeturas sobre el atentado carecen de consistencia. La supuesta búsqueda de la verdad sobre la autoría y los objetivos del 11-M de esos pícaros falsarios se caracteriza por la circularidad de los razonamientos: las ovejas negras que los contradigan serán expulsadas del rebaño en espera de los blancos corderos capaces de verificarlos en un imposible futuro. La separación entre los autores materiales (meros ejecutores a lo sumo del atentado) y los autores intelectuales (diseñadores de la decisión) de los trenes de la muerte viene acompañada por el desdoblamiento paralelo entre el objetivo aparencial del crimen (las víctimas de la sangrienta masacre) y su objetivo auténtico (el triunfo electoral de Zapatero). Poco importa, así pues, quiénes fueran las víctimas de una tragedia cuyo único argumento real era el poder del Estado: ETA desempeña el papel de sospechoso reservado al mayordomo; los servicios de Marruecos y otros países tienen su lugar en el reparto; policías, fiscales y jueces acaban de ser incorporados a la compañía; y siempre quedará abierta una oportunidad para los marcianos.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Masivo y preventivo.....

Anónimo dijo...

Massives redundances in Spanish TVE

Anónimo dijo...

massives rebuznances in Spanish TI VI, más bien.

A ver muchachos, arended todos, a ver si de esta os queda bien clarito:

Que no vio la bolsa. Que la bolsa no era esa. Lo dice, lo jura, lo ratifica y no se echa patrás.
La bolsa no era esa.
Las bolsas estuvieron durante 4 horas bajo vigilancia de otros policías... o de una cinta de plástico y un cartel.

QUE NO VIO ESA BOLSA. QUE ESA BOLSA NO ERA.

¿lo vais captando? ¿en toda su dimensión?

Sertorio Ies dijo...

No puedo dejar de observar en estos textos localizados en su página, cierta insistencia un tanto pertinaz, ya sea en forma de negación o afirmación, con razones o sin ellas, en el debate que rodea los tristes sucesos de marzo. Y no se deben de olvidar, no hay duda. Pero que lejos queda
su web del recorrido honesto, valiente y sincero de aquellos acontecimientos. Si ustedes pretenden exponer una verdad, muy lejos se encuentran de alcanzarla desde las trincheras de la militancia.
posted by Scardanelli @ 14:28 PM