La cúpula policial del Gobierno Aznar contradice las declaraciones de Acebes entre el 11 y el 13 de marzo
Jesús de la Morena (ex Comisario General de Información) y Pedro Díaz-Pintado (ex subdirector operativo de la Policía) confirman que Acebes supo hacia las 18.00 horas del 11-M que el explosivo no era Titadyne (el habitual de ETA). A partir de entonces se "neutraliza la hipótesis de ETA". Pese a ello, Ángel Acebes insistía a las 20.20 horas que el explosivo era "de los habituales" de los etarras.
Díaz-Pintado asegura que el 12-M los datos objetivos "no apuntaban a ETA". Por su parte, De la Morena confirma que en la reunión del 12-M no se valoró ningún "dato objetivo" que apuntase o fortaleciese la línea de investigación relativa a ETA. El 13-M se "descarta por completo" la hipótesis de ETA: "no hay más investigación que la de la vía islamista." La tarde del 13-M, Ángel Acebes aún insistía en que la "línea prioritaria" era ETA.
11-04-07 - Reuters
Los principales mandos policiales al cargo durante el 11-M, el ex comisario general de Información Jesús de la Morena y el que fuera subdirector general operativo de la Policía Pedro Díaz Pintado, declararon el miércoles que la misma tarde de los atentados comenzó a neutralizarse la hipótesis de la autoría de ETA y a barajarse una nueva vía de investigación, al descartarse que el explosivo utilizado fuera titadyne.
Durante el interrogatorio del Ministerio Fiscal, De la Morena declaró además que hubo un momento clave en el que la investigación se inclinó hacia la autoría islámica de los atentados, que fue el hallazgo en la conocida como "mochila de Vallecas" de una tarjeta telefónica que se adquirió en la tienda de Jamal Zougam, uno de los presuntos autores materiales, para quien los fiscales piden más de 38.000 años de cárcel.
De la Morena detalló que desde un principio se planteó la hipótesis de la autoría de ETA ya que se esperaba que intentaran llevar a cabo un atentado antes de las elecciones generales, que se celebraron el 14 de marzo, y porque en un principio se pensaba que el explosivo encontrado era el habitualmente utilizado por la banda: titadyne reforzado con cordón detonante.
No obstante, en una reunión posterior celebrada el 11 de marzo a las 18:00 horas, en la que también estuvo presente el entonces ministro del Interior Ángel Acebes y el ex secretario de Estado de Seguridad Ignacio Astarloa, ya se había descartado el uso de ese explosivo, afirmó.
"Por la tarde (del día 11 de marzo), el subdirector operativo comenta que los técnicos dicen que no es titadyne (...) esto neutraliza la hipótesis de ETA", declaró el ex comisario general de Información.
Según De la Morena, en esa reunión se comunicó también el descubrimiento de una furgoneta Renault Kangoo con detonadores y una cinta con salmos en árabe.
Tras su declaración compareció el ex subdirector general operativo de la Policía, que coincidió con De la Morena en que durante la reunión de la tarde se comunicó a los miembros del Gobierno que se descartaba el uso de titadyne y el hallazgo de la furgoneta, por lo que Acebes ordenó la apertura de una nueva vía de investigación.
"A las seis se lo dijimos al ministro (...) Le preguntamos si seguíamos por la línea de ETA o iniciamos una nueva vía. Según mis recuerdos, el ministro es el que dijo que 'no, no, abran otra nueva vía y sigan por estas dos investigaciones'".
Díaz Pintado señaló además que aunque los posteriores acontecimientos, como la detención de Zougam el día 13 de marzo, no confirmaban la autoría de ETA, esta vía no se llegó a descartar.
"Descartar no se pude descartar, lo único es que se intensifica la línea que se está siguiendo en ese momento, porque en cualquier momento puede aparecer algún nexo de unión. Lo que no cabe duda es que la Comisaría General de Información no intensifica las gestiones con ETA", afirmó el ex subdirector operativo.
/Por Raquel Castillo/
La cúpula policial del PP deja en evidencia la información facilitada por el ex ministro del Interior: Acebes mantuvo que el explosivo era el usado por ETA cuando ya sabía que no era así
12-04-07 - José Yoldi / Jorge A. Rodríguez (EL PAÍS)
Lo dejaron muy claro. Pedro Díaz-Pintado, número 2 de la policía con el PP, y Jesús de la Morena, ex comisario general de Información, explicaron ayer en el juicio del 11-M que desde poco después de las cinco de la tarde del 11 de marzo ya sabían que el explosivo que había estallado en los trenes no era Titadyn, usado en aquella época por ETA. Las explicaciones de la cúpula policial del PP ante los jueces dejan por mentiroso al entonces ministro del Interior, Ángel Acebes, que a las 20.23 de la tarde de ese día dijo en rueda de prensa que el explosivo era una dinamita, "la habitual de la banda terrorista ETA".
Y no fue la única cuestión en la que quedó en evidencia.
Las preguntas sobre el explosivo utilizado y el policía que lo había mencionado en primer lugar centraron buena parte del interrogatorio. Díaz-Pintado, de forma sencilla pero muy firme, explicó que en una reunión celebrada a mediodía del 11-M, el secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Astarloa, les preguntó por el tipo de explosivo. "Llamé al comisario de Seguridad Ciudadana, Santiago Cuadro, y me contestó que no tuviéramos prisa, que ya lo diría cuando lo supiera. Antes de las 13 horas llamó y dijo que el explosivo era Titadyncon cordón detonante. '¿Seguro?', le pregunté. Y me respondió: 'Seguro'. Así lo trasladé al secretario de Estado. Si era Titadyn, había sido ETA, pero el dato fue desmentido más tarde".
Fue a las cinco de la tarde cuando Cuadro, ante del director del gabinete técnico dijo que el explosivo no era Titadyn, y luego, en la reunión de las seis, Díaz-Pintado se lo comunicó a Acebes y Astarloa.
A preguntas de uno de los abogados acusadores que sostienen la teoría de la conspiración, Díaz-Pintado lo explicó así: "En una reunión, a las cinco de la tarde [del 11-M], que me dice el director [Díaz de Mera] que convoque, está el comisario general de Seguridad Ciudadana que es el que me dice que
[el explosivo] no es Titadyn, porque no aparecía nitroglicerina
[en los focos de las explosiones]. Entiendo que se lo cuentan los técnicos que están incardinados en la Unidad Central de Tedax. Precisamente le hago volver a llamar por si ha podido haber algún error, efectúa la llamada, no sé con quién habla, pero le dice que no se trata de Titadyn por las circunstancias que he explicado
[que no hay rastros de nitroglicerina], que es dinamita, pero que de momento no la pueden identificar".
La diferencia en que el explosivo fuera Titadyn o no, es que ETA robó en 1999 en Plevin (Francia) este tipo de explosivo, que lo utilizó en la mayor parte de los atentados, no en todos, y usaba cordón detonante como acelerante. Pero este explosivo tiene nitroglicerina entre sus componentes y en los restos de las explosiones aparecía nitroglicol, pero no nitroglicerina.
Sin embargo, y a pesar de saberlo desde las 18.00, Acebes, dos horas después, a las 20.23, dijo en conferencia de prensa que la línea prioritaria de investigación seguía siendo ETA, porque tras analizar los restos de los focos de las explosiones se había determinado que "es dinamita y, por tanto, la habitual de ETA". Justo lo contrario de lo que le habían dicho sus subordinados.
Ambos comisarios señalaron que a partir de ese momento, aunque no se cerró la línea de investigación de ETA, la prioritaria fue la de los islamistas, y fruto de ello fueron las detenciones de Jamal Zougam y de otras cuatro personas el día 13, también en contra de lo manifestado por Acebes.
Tanto Díaz-Pintado como De la Morena declararon que no han encontrado ningún indicio sólido que vincule a ETA con los atentados y que tampoco hallaron relaciones operativas entre los islamistas y los etarras. De la Morena manifestó que tras las detenciones del día 13 se centraron en la vía en la islamista. "A partir de ese momento no hay ya más que esa línea de investigación", también en contra de lo expuesto por el entonces ministro. Precisamente el abogado de Zougam quiso buscar las cosquillas al comisario al preguntarle si no se había precipitado al detener a su cliente, y De la Morena lo fulminó. "Es la mejor decisión que he tomado en mi vida".
Los dos comisarios destacaron que su principal preocupación era que los que habían cometido los atentados no volvieran a actuar. De la Morena lo expresó de forma significativa: "Iban a volver a atentar y el reloj jugaba en nuestra contra".
Acebes sostiene ahora el día 13 achacó el atentado "definitivamente" a los islamistas
12-04-07 - EL PAíS
"Del 11 al 13 [de marzo de 2004] fuimos manteniendo las dos líneas de investigación, hasta que el 13 es cuando definitivamente consideramos que era terrorismo islamista". Eso es lo que dijo ayer el ex ministro del Interior Ángel Acebes cuando se le preguntó hasta qué día consideró el Gobierno del PP que los atentados del 11-M podían haber sido obra de ETA. Sin embargo, aquel sábado 13, víspera de las elecciones, Acebes compareció dos veces en conferencia de prensa y no fue tan categórico: primero, a las 14.30, afirmó que "la prioridad en la investigación es la banda que lleva 30 años matando y 900 muertos", en referencia a ETA; más tarde, a las 20.00, anunció las primeras detenciones de islamistas y admitió que ésa era la línea de investigación que estaba "produciendo avances", pero sugirió que la autoría de ETA tampoco estaba descartada.
"Al principio nosotros mantuvimos que era ETA porque era lo que nos había transmitido la policía. Era lo que estaban diciendo los altos mandos policiales en aquellos momentos", explicó ayer el ex ministro en una entrevista en Tele 5 recogida por Europa Press. Existían, agregó, "datos objetivos para pensar en ETA": se creyó -en las primeras horas- que el explosivo utilizado era Titadyn, y además la policía esperaba un atentado de esta banda terrorista porque apenas unos días antes habían sido detenidos en Cañaveras dos etarras que transportaban a Madrid una furgoneta cargada de explosivos".
"Sabíamos que ETA preparaba un gran atentado para antes de las elecciones; quienes habían cometido atentados en España siempre había sido ETA y, entonces, la policía consideró que una vez que dijeron que era Titadyne, era ETA. Y fue lo que transmitimos", insistió Acebes.
Acto seguido, aclaró: "Una vez que, por la tarde, empiezan a aparecer otros indicios, dijimos que se abrían dos vías de investigación hasta que, el día 13 por la tarde, ya aparece un comunicado en el que parece que definitivamente son islamistas y también se lo contamos. Del 11 al 13 fuimos manteniendo las dos líneas de investigación, hasta que el 13 es cuando definitivamente consideramos que era terrorismo islamista".
El ex ministro quiso subrayar que fue él quien abrió entonces dos líneas de investigación sobre la autoría de los atentados, y que fue a él a quien se le demandaba que tuviera "en tres horas" informes sobre el explosivo que "tres años después", en su opinión, siguen sin estar claros. "¿Y no barajaron que si había sido ETA ganaban ustedes las elecciones, y si eran los islamistas las perdían?", le preguntó el periodista. "En absoluto", contestó Acebes, quien sostuvo que en un momento tan "trágico y dramático" no hizo "ningún cálculo electoral". "No pensaba en elecciones, sino en detenciones", puntualizó.
Ficha resumen de Europa Press
JESÚS DE LA MORENA. COMISARIO GENERAL DE INFORMACIÓN EN EL MOMENTO DE LOS ATENTADOS
- Aseguró hoy ante el tribunal que no encargó ningún informe sobre la existencia de posibles vínculos entre la banda terrorista ETA y miembros de células terroristas islamistas fundamentalmente "porque no dió tiempo".
- Respecto al supuesto informe dijo: "Creo que sí existe pero lo conozco porque estos días ha aparecido reflejado en prensa", concretó.
- Relató que en la tarde del día 11 se les informó de que el explosivo utilizado en los trenes no era Titadyne.
- Calificó de"momento determinante" la detención el día 13 del acusado Jamal Zougam. "La detención de Zougam fue la decisión más importante de mi vida", indicó.
- Explicó que el motivo determinante para ordenar la detención de José Emilio Suárez Trashorras fue el momento en que informa que, tomando unas copas con unos "moritos", estos le preguntaron si les podía enseñar la Mina Conchita, donde trabajó.
- Dijo que se aumentaron los efectivos policiales ante una "elevación de la amenaza" islamista.
PEDRO DÍAZ-PINTADO. SUBDIRECTOR GENERAL OPERATIVO
- Explicó hoy que el ministro del Interior en el momento de los atentados, Angel Acebes, ordenó que se abriera una línea de investigación paralela a la de ETA después de conocer, en la tarde del día 11 de marzo de 2004, que el explosivo utilizado no era Titadyne.
- Fue el comisario general de Seguridad Ciudadana el que le comunicó en persona que el Titadyne estaba "descartado" porque "dentro de sus componentes no tiene nitroglicerina".
- No conoció ningún dato que acreditara la teoría de una autoría de ETA en los meses siguientes a los atentados.
- Añadió, respecto a la existencia de vínculos entre ETA e islamistas que lo único sobre lo que ha tenido referencia ha sido lo aparecido en lo medios de comunicación y recalcó que no ha tenido "en absoluto" informaciones sobre la existencia de un informe que establezca estas relaciones.
- Dijo hoy en el juicio que utilizó el término "riesgo cero" en una comunicación telefónica con el jefe de los geos, minutos antes de que tuviera lugar la explosión en el piso de Leganés donde se inmolaron los supuestos terroristas el 3 de abril de 2004, para referirse a que "bajo ningún concepto" entraran en el apartamento.
- Indicó que el análisis del explosivo que eliminó el titadyne como dinamita utilizada en los atentados "porque entre los componentes encontrados no había nitroglicerina" se realizó "en los focos de los trenes".
JESUS RODRIGUEZ LANZA. RESPONSABLE TALLER EMPRESA DE ALQUILER HERTZ
- Revisó el vehículo Skoda Fabia que pudo ser utilizado por los terroristas para trasladar explosivos desde la finca de Morata de Tajuña hasta la estación de trenes de cercanías de Alcalá de Henares
AGENTES DE POLICÍA 1 Y 2
- Recogieron en el polígono industrial La Laguna la bolsa de trabajo del acusado Saed El Harrak, en la que se localizó posteriormente un manuscrito de despedida del suicida Abdenabi Kounjaa a su familia.
ETA contra toda evidencia (Ernesto Ekaizer)
12-04-07 - EL PAíS
Es la una de la tarde del jueves 11 de marzo de 2004. Jesús de la Morena, comisario general de información desde 1996, participa en una reunión convocada por el secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Astarloa. Hay lo que él llama una "tormenta de ideas". Indicios concretos sobre la autoría no existen. El subdirector general operativo, Pedro Díaz-Pintado, llama desde la reunión al comisario general de seguridad ciudadana, Santiago Cuadro, y le insta a averiguar el tipo de explosivo. No sin cierto fastidio por la premura, Cuadro se da a la tarea. Cuarenta y cinco minutos después, cuando el cónclave está por terminar, suena el móvil de Díaz-Pintado. Es el comisario Cuadro, quien asegura que se trata de Titadyn reforzado con un cordón detonante, una práctica habitual de ETA. Según declaró ayer el comisario general de información desde 1996, Jesús de la Morena, éste es el único indicio concreto sobre una posible responsabilidad de ETA en el atentado que acaba de producirse.
¿Quién se lo dijo a Cuadro? Un miembro raso de los Tedax que husmeaban por allí y que a ojo de buen cubero comentó con su jefe lo que pensaba, sin prueba pericial alguna; no podía imaginar que su opinión, que no información, iba a llegar tan lejos.
Astarloa se lo contó a Ángel Ácebes y éste, a su vez, se lo transmitió a José María Aznar antes de su comparecencia de prensa de las dos de la tarde y previamente a sus llamadas telefónicas con los directores de los principales periódicos españoles. Pero esa información como otras dos -las bombas iban en mochilas y había bombas-trampa, indicios ambos que apuntaban a ETA- se deshicieron como un azucarillo con el correr de las horas de la tarde del 11-M.
Díaz-Pintado tenía cita con el ministro Acebes a las seis y cuarto de la tarde. Por ello, convocó una reunión en la sala de juntas de la madrileña calle de Miguel Ángel, sede de la Policía, a las cinco. Quería recapitular todo lo que había pasado antes de reunirse con Ácebes. En esa reunión, Díaz-Pintado supo que el explosivo no era marca Titadyn. Cuadro le dijo que se trataba de un error. También supo que eran bolsas de deporte y no mochilas. Y finalmente, que tampoco había bombas trampa.
De la Policía, Díaz-Pintado y el director general, Agustín Díaz de Mera, salieron al encuentro de Ácebes y de Astarloa. Díaz-Pintado le explicó, según declaró ayer, que no se trataba del explosivo habitual de ETA como le habían informado antes. Ácebes preguntó cómo era posible este error. Díaz-Pintado le explicó que se trataba de una conducta voluntariosa, pero que había sido un error humano. Díaz-Pintado también informó que no se trataba de bombas trampa. Jesús de la Morena dijo ayer que al conocerse que no era explosivo Titadyn quedó "neutralizado" el único indicio sobre ETA que había hasta ese momento. Pero, además, De la Morena, presente en la reunión con el ministro, traía más indicios que apuntaban en otra dirección. Porque venía de inspeccionar la furgoneta Kangoo, donde aparecieron siete detonadores que no eran los habituales de ETA, ropa con restos de explosivo y un casete con cánticos coránicos.
Ácebes compareció, poco después de esta reunión, con los medios de comunicación. "La organización terrorista es, en estos momentos, la principal línea de investigación que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad están llevando a cabo", dijo. "Estaríamos hablando de una cantidad que supera los 100 kilos de explosivos, que son, por otra parte, esencialmente con un componente de dinamita, que, como también conocen, es de los habituales de ETA", añadió.
"Se ha localizado una furgoneta en Alcalá de Henares... Esto ha hecho que acabe de dar instrucciones a la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para que no descarten ninguna línea de investigación. Insisto, la prioridad es ETA".
Acebes mintió.
El síndrome de Pinocho (Marco Schwartz)
13-04-07 - El Periódico
El próximo año se cumple el 125 aniversario de la creación de uno de los personajes más famosos de la literatura infantil: Pinocho. ¿Lo recuerdan? Esa marioneta de madera a la que le crecía la nariz por decir mentiras. En el cuento original del florentino Carlo Collodi, Pinocho moría en la horca por sus falsedades. Sin embargo, a instancias de su editor, modificó el final de modo que el muñeco se convirtiera en un niño modelo que escarmienta y no vuelve a mentir.
La cúpula del Gobierno de José María Aznar y, en particular, el hoy secretario general del PP, Ángel Acebes, activaron tras el 11-M una política informativa de mentiras, medias verdades y manipulaciones. No crecieron narices, pero sí la ira ciudadana, que expulsó al PP de la Moncloa en las elecciones del 14 de marzo. Tres años después, el juicio por la masacre está poniendo el punto y final a aquella estrategia cuyo objeto era estirar la hipótesis de la autoría etarra hasta los comicios.
Esa obsesión era evidente: la reacción ciudadana a la guerra de Irak, que Aznar copatrocinó con especial entusiasmo en la cumbre de las Azores, estaba al rojo vivo, y la confirmación de un atentado islamista solo contribuiría a enardecer aun más los ánimos de los votantes en vísperas electorales. Ello, por supuesto, arruinaba los planes del PP.
Ya desde su primera comparecencia de prensa, a las 13.30 horas del día 11, Acebes activó la política de la confusión, al atribuir "sin duda alguna" los atentados a ETA y tachar de "intoxicación miserable" cualquier versión en otro sentido.
Aunque es cierto que se barajó la hipótesis etarra --reforzada por la información errónea de que el explosivo era titadyne--, algunas piezas ya no encajaban. Como recordó el miércoles pasado el exsubdirector operativo de la policía Pedro Díaz-Pintado, ETA "no tenía infraestructura suficiente" para montar un atentado semejante y los atentados se habían perpetrado sin aviso previo, contra los hábitos de la banda.
Los hechos se desencadenan de prisa: se descarta el titadyne, aparece una furgoneta con una cinta de versos coránicos, se desactiva un bomba con mecanismo propio del terrorismo yihadista --"era algo absolutamente diferente de lo que conocíamos", narró el tedax que la desactivó--, ETA niega su autoría, se multiplican las reivindicaciones islamistas... Y no surge un solo indicio sobre ETA, según todos los policías que han testificado.
Pese a todo, Acebes intentó alargar la estrategia. La noche del 13, comunicó la detención de tres marroquís, pero añadió que "no se renuncia a otras vías de investigación, ni conexiones". El exdirector de la Policía Agustín Díaz de Mera, gran amigo suyo, se enfrenta hoy a un proceso de desobediencia a la justicia por prolongar el bulo en el juicio. En las vistas, hasta los familiares de los islamistas inmolados en Leganés han admitido la responsabilidad de sus seres queridos. El círculo se ha ido cerrando.
Siguen mintiendo (Editorial de EL PAÍS)
13-04-07
La declaración como testigos del número dos de la policía en el momento de cometerse los atentados del 11-M, Pedro Díaz-Pintado, y del entonces comisario general de Información, Jesús de la Morena, ha dejado en evidencia que el Gobierno del Partido Popular manipuló la información sobre la autoría que le trasladó la cúpula policial a las pocas horas de la matanza. Si el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, se ocupó de llamar a los principales medios de comunicación para asegurar que el crimen era obra de ETA y el Ministerio de Asuntos Exteriores remitió a las embajadas instrucciones en el mismo sentido, el papel desempeñado por el entonces ministro del Interior, Ángel Acebes, consistió en mantener la ficción de que existían dos líneas de investigación abiertas cuando la policía ya había orillado la del terrorismo etarra. Fue la parte que le correspondió en esta mentira de Estado, como la calificó buena parte de la prensa extranjera, algunos de cuyos corresponsales también recibieron presiones para informar en la dirección que pretendía el Gobierno.
Siguiendo la misma estrategia que adoptó durante su comparecencia en la comisión de investigación parlamentaria sobre el 11-M, Acebes ha optado por fingir que la declaración de los dos responsables de la policía coincide con lo que él fue transmitiendo en sucesivas ruedas de prensa entre los días 11 y 13 de marzo. Es exactamente lo contrario, como atestiguan las imágenes grabadas y las hemerotecas. Acebes aseguró que el explosivo utilizado en los atentados era el habitual de ETA cuando ya sabía, porque así se lo comunicaron los responsables policiales, que ése era el único dato que debía descartarse. Tras el testimonio de Díaz-Pintado y De la Morena, la calculada ambigüedad que practicó Acebes durante las jornadas previas a las elecciones ha quedado despejada: los únicos indicios existentes a las pocas horas de cometerse los atentados conducían al terrorismo yihadista. De nada sirve que él y su partido continúen alimentando la ceremonia de la confusión, como ya hicieron entonces sin resultado.
Desde el PP se ha repetido que las responsabilidades políticas por la gestión que llevó a cabo desde el Gobierno entre el 11 y el 13 de marzo quedaron saldadas con las elecciones. Lo sorprendente es que algunos de sus dirigentes, como Díaz de Mera y ahora el propio Acebes, parezcan obstinados en contraer nuevas responsabilidades por la vía de seguir negando la evidencia de que lo que ellos dicen no coincide, sino que se contradice abiertamente, con la declaración de los dos mandos policiales. No les basta con haber mentido. Siguen mintiendo.
Una catarsis imprescindible (Carlos Carnicero)
13-04-07 - El Periódico
Se hace irrevocable la catarsis: "Expulsión espontánea o provocada de sustancias nocivas para el organismo". Nadie que haya tenido que ver con aquellas mentiras tiene sitio en la política española después de lo que ya se ha confirmado ante el tribunal que juzga la masacre del 11-M.
El sistema democrático se ha hecho incompatible con todos aquellos que colaboraron en las falsedades que siguieron al atentado de Atocha. Manipular aquellos hechos sobre la búsqueda entre los escombros de los trenes desguazados de casi 200 víctimas significa una ignominia que no puede tener fecha de caducidad. La catarsis se hace imprescindible e inevitable.
EL IMPACTO que debiera causar la constatación de una mentira tan gruesa está tamizado por la cantidad de manipuladores implicados en esta sórdida historia que tiene nombres propios. El primero de esta larga lista es Ángel Acebes. Pretende permanecer impasible ante la avalancha de pruebas que le señalan como el autor material de la gran mentira. Acebes no tiene un solo soporte en quienes dependían de él.
Agustín Díaz de Mera, exdirector general de la Policía y eurodiputado del PP, se ha quedado sin honra, pendiente de que la justicia examine sus testimonios, tan falsos como para no encontrar un solo apoyo en quienes invocaba para acreditar sus invectivas. Su equipo de confianza ha declarado en sede judicial, con el cronómetro de aquellos días en la mano. El resultado es desolador.
Demasiada gente debe dar explicaciones de su conducta: quienes cambiaron la programación de TVE la víspera de la jornada de reflexión para incluir películas sobre el terrorismo de origen vasco; la ministra de Exteriores, Ana Palacio, que dictó instrucciones para asegurar al mundo la autoría de ETA cuando ya estaba descartada; los diplomáticos que cumplieron unas directrices que sabían que eran fraudulentas; el director de El Mundo, que en su edición del 14 de marzo de 2004, el día de las elecciones, insertaba en su primera página, contra la evidencia, hasta tres noticias distintas que se referían a ETA como la responsable del atentado... La lista se ha ido ampliando en estos tres largos años en los que la teoría de la conspiración se apuntalaba sobre la pretensión de un eslogan de fácil acomodación al imaginario popular: Queremos saber la verdad. Ese oscuro personaje que lidera la AVT debería cambiar la pancarta que ha tenido permanentemente pegada en las manos por su dimisión.
No es cierto que una mentira reiteradamente repetida acabe por cuajar como una verdad. La larga marcha del sumario del 11-M ha sido un calvario para el juez que dirigió esta instrucción. Es hora de resarcirlo.
La Iglesia católica también debe revisar sus comportamientos. Es titular de una emisora que ha utilizado la mentira como herramienta de trabajo. El obispo de Huesca y Jaca, Jesús Sanz, sigue siendo pastor de hombres tras haber dicho hace unas semanas, en alusión al Gobierno socialista: "(...) pondrán más obstáculos para saber la verdad de la maraña confusa y confundida de otra matanza, el 11-M, cuya sospecha les mira". ¿Pretenderán el presidente de la Conferencia Episcopal española y el nuncio de su Santidad que los españoles pueden seguir escuchando las mismas voces en la COPE y en algunos obispados tras hacerse insoportablemente evidente lo que ha pasado durante todos estos años con el atentado de Atocha?
La catarsis no debe significar solo la expulsión de la vida política de los que han sido pieza fundamental de esta extorsión a la democracia española, construida sobre el dolor de las víctimas. No se trata solo de depuración de responsabilidades.
EN LA ESENCIA de estas conductas está un germen que, de seguir vivo, contaminará irremediablemente el futuro y la salud de la democracia española. Unos dirigentes capaces de esta ignominia no podrán nunca apuntalar una derecha moderna, democrática y europea, porque sus conductas están contaminadas por sus propias convicciones. No sirven para un sistema responsable de partidos. Los periodistas que han trabajado incansablemente para ocultar la verdad no tienen pedigrí profesional para trabajar entre nosotros: todo su crédito está cancelado. La Iglesia de Dios tiene que depurar de sus ondas de radio a los profesionales de la insidia y la calumnia que expanden un resumen mediático contradictorio con sus credos evangélicos. Las víctimas del terrorismo tienen que expulsar a los dirigentes que los han manipulado sobre el dolor de sus familias.
Pretender que no ha pasado nada, después de las últimas sesiones del juicio del 11-M, es resignarse a perpetuar una sociedad enferma. En este diagnóstico están incluidas casi todas las demostraciones de deslealtad y barbarie que hemos tenido que soportar desde que el partido que lidera Mariano Rajoy decidió que las mentiras con las que su Gobierno gestionó el atentado de Atocha podrían garantizar la deslegitimación del Gobierno democrático y constitucional que preside Rodríguez Zapatero. La catarsis es, sencillamente, inevitable.