27/2/06

El CNI alertó cuatro meses antes de que el emir del 11-M, Allekema Lamari, planeaba atentar en España

  • Interior desoyó las peticiones del CNI para buscar al jefe del grupo del 11-M (18-07-04)

  • 27-02-06 - M. González / J. A. Rodríguez / J. Yoldi

    Cuatro meses antes de los atentados del 11 de marzo de 2004, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) advirtió al Gobierno del PP, entonces presidido por José María Aznar, del riesgo creciente de atentado islamista en España, e incluso acertó a identificar al presunto cabecilla del comando que perpetró la matanza: el argelino Allekema Lamari, uno de los siete terroristas que se suicidaron el 3 de abril de 2004 en Leganés (Madrid), haciendo estallar cargas explosivas cuando estaban rodeados por la policía.

    Así lo reflejan dos notas informativas del servicio secreto que el pasado 17 de septiembre fueron desclasificadas por el Consejo de Ministros y remitidas al juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, para su incorporación al sumario sobre el 11-M.

    Una de estas notas, que se reproduce al pie de esta página, fue enviada, con una foto del islamista que habría de convertirse en emir (jefe) del grupo autor del 11-M, a la Secretaría de Estado de Seguridad, dirigida por Ignacio Astarloa, y a la Comisaría General de Información de la Policía el 6 de noviembre de 2003.

    El texto explica que el CNI ha tenido conocimiento "por una fuente sensible, cuya fiabilidad se considera media-alta" -de la que no desvela, lógicamente, su identidad-, de que Lamari había realizado, los días 17 y 20 de octubre de 2003, cinco giros postales a otros tantos islamistas presos. Se trata de Nourredine Salim Abdoumalou, Bachir Belhakem, Abdelkrim Benesmail, Mohamed Amine Akli y Souhbi Khouni.

    Todos ellos estaban en prisión por su pertenencia al Grupo Islámico Armado (GIA) argelino, una escisión del Frente Islámico de Salvación (FIS) de inspiración salafista. Como recuerda la nota, Lamari fue detenido en Valencia en abril de 1997 en el marco de la llamada Operación África. La Audiencia Nacional le impuso 14 años de cárcel, que el Supremo redujo a nueve. Debido a un error, fue puesto en libertad en junio de 2002, cuando sólo llevaba cinco años entre rejas.

    La nota del CNI agrega que el hecho de que Lamari distribuyera ese dinero, pese a su "precariedad económica", sólo podía explicarse, a juicio de su fuente, como una "despedida"; "bien porque [Lamari] va a abandonar España o bien porque sería inminente una acción violenta".

    El servicio secreto se inclinó por esta última tesis, al recordar que "la misma fuente había comentado a mediados de septiembre la intención de algunos elementos argelinos de cometer algún tipo de atentado en España, posiblemente provocando algún incendio forestal de grandes proporciones sobre algún elemento rentable (opción descartada al parecer por diferentes motivos) o una acción mediante un vehículo conducido por un mártir". A continuación subraya que "la fuente señaló a Allekema Lamari como uno de los organizadores y posible ejecutor del comando".

    El documento no llega a pedir de forma expresa la captura de Lamari, pero su título es bastante elocuente ("Nota informativa sobre Allekema Lamari, sus actividades, su peligrosidad, sus intenciones y su foto"), y también su último párrafo ("se comunica esta información por la gravedad que pueden suponer la actitud y las actividades de Allekema"). El Ministerio del Interior, dirigido por Ángel Acebes, no puso en marcha ningún dispositivo para detener a Lamari, aunque la Audiencia Nacional ya había ordenado su búsqueda y captura, tras constatar la irregularidad de su excarcelación.

    Diez días antes de advertir sobre la peligrosidad de Lamari, el CNI emitió otra nota menos útil desde el punto de vista operativo, pero más relevante políticamente. Por eso no se envió, como la anterior, a los responsables de las Fuerzas de Seguridad del Estado, sino al Gobierno de la época, presidido por José María Aznar.

    El informe, de 27 de octubre de 2003, era un análisis sobre el riesgo de que se produjera en España un atentado fundamentalista islámico y sus conclusiones no podían ser más inquietantes.

    El CNI constataba que la "visibilidad de España en el mundo árabe" se había incrementado considerablemente en los últimos meses, lo que atribuía a varios factores: el apoyo del Gobierno español a la invasión de Irak en los debates del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas; el despliegue de tropas españolas en el sur de Irak, a partir de agosto de ese año; la desarticulación de células integristas en España (como la detención del llamado comando Dixán, en Cataluña, en enero de 2003), o la celebración en Madrid de la Cumbre de Donantes para la Reconstrucción de Irak, entre el 23 y el 24 de octubre de ese año.

    El aumento de la "visibilidad" de España fue muy perceptible en los medios de comunicación árabes, según la nota, que citaba el amplio eco de la detención en Granada, el 5 de septiembre de 2003, de Taysir Alouni, corresponsal de la cadena de televisión Al Yazira y único periodista que entrevistó a Bin Laden durante la guerra de Afganistán.

    Por si fuera poco, el despliegue de las tropas españolas en el sur de Irak, "a pesar de realizar tareas de seguridad civil, es mayoritariamente percibido por las sociedades árabes como ocupación militar de un territorio islámico", advertía el servicio secreto.

    En resumen, en opinión del CNI, se había afianzado entre los grupos radicales islámicos la idea de que España "hace el trabajo sucio a los americanos" y el Gobierno español "se ha alineado con los enemigos del islam".

    Esta imagen no sería tan grave si el CNI no constatara, al mismo tiempo, un auge de los grupos radicales islámicos en España. En efecto, la nota avisaba de que "el incremento de militantes afines a la Yihad Internacional en nuestro territorio es un elemento de riesgo adicional".

    El documento contiene dos referencias que parecen proféticas: la primera es la alusión a la presencia en España de "elementos islamistas radicales" que "hasta la fecha" se dedicaban a tareas de apoyo logístico y cuyas actividades aparecían "ligadas a la pequeña delincuencia". La mezcla de delincuencia común y fanatismo religioso fue uno de los elementos más sorprendentes del grupo que perpetró el 11-M.

    También resulta clarividente el párrafo que advertía de que "la represión policial marroquí tras los atentados de Casablanca alienta la tendencia al refugio en España de islamistas radicales". En efecto, la investigación posterior al 11-M evidenció conexiones entre algunos huidos tras las bombas del 16 de mayo de 2003 en Casablanca, que costaron la vida a 45 personas (entre ellas, cuatro españoles), y la trama autora de la matanza de Madrid.

    Pero el desencadenante de la nota del CNI fue el mensaje difundido el 18 de octubre de 2003 por Bin Laden. "Nos reservamos el derecho de responder, en el momento y lugar oportunos, contra todos los países que participan en esta guerra injusta [Irak], en particular Gran Bretaña, España, Australia, Polonia, Japón e Italia", dijo el líder de Al Qaeda.

    "La amplia difusión del comunicado", advirtió el servicio secreto, "constituye una referencia a seguir para numerosos elementos y grupos radicales", incluidos los asentados en suelo español.

    Los responsables políticos del anterior Gobierno del PP, en sus comparecencias ante la Comisión de Investigación del Congreso sobre el 11-M, siempre dijeron que los avisos que recibieron antes de 2004 sobre el riesgo de atentados terroristas islámicos eran de carácter muy genérico.

    El propio informe del CNI parece responder por anticipado a este argumento cuando afirma: "Las amenazas explícitas a intereses españoles han crecido significativamente en los últimos meses. Aunque muchas de ellas son vagas o no concretas, el conjunto es indicativo de la elevación considerable del nivel de riesgo en territorio nacional, y especialmente en algunos países de mayoría musulmana".

    Finalmente, el servicio secreto recomienda: "Parece necesario reforzar las medidas de protección en estos ámbitos, contemplando entre ellas las de los vuelos de aviones oficiales a zonas sensibles". Esta última alusión parece relacionada con el viaje que, del 19 al 23 de octubre de 2003, efectuaron los Reyes a Siria y a varios emiratos del golfo Pérsico y responde a la preocupación por la seguridad aérea que se extendió tras los ataques del 11-S a Nueva York y Washington.

    No hay constancia de que el Gobierno del PP tomara medidas para reforzar la protección ante posibles atentados fundamentalistas, tras recibir estas notas informativas. De hecho, nunca llegó a celebrarse ninguna reunión entre responsables del CNI y del Ministerio del Interior para abordar el fenómeno del terrorismo islamista, al estilo de las que se celebraban sobre ETA.


    Nota Informativa de 6 de noviembre de 2003: "La fuente señaló a Lamari como uno de los organizadores y ejecutores"

    "Nota informativa sobre Allekema Lamari, sus actividades su peligrosidad, sus intenciones y su foto.

    Por una fuente sensible, cuya fiabilidad se considera media-alta, se ha sabido que el ciudadano argelino Allekema Lamari -detenido en Valencia en abril de 1997 en el marco de la operación África, acusado de pertenencia a grupo armado (GIA) y puesto en libertad el 19.06.02-, habría realizado los días 17 y 20 de octubre pasado cinco giros postales por valor de 150 euros cada uno a los siguientes individuos, todos ellos cumpliendo condena actualmente en las cárceles españolas por un delito de pertenencia a banda armada:

    -Nourredine Salim Abdomalou.

    -Bachir Belhakem

    -Abdelkrim Benesmail

    -Mohamed Amine Akli

    -Souhbi Khoni

    La fuente considera que el hecho de que Allekema realice este tipo de ingreso a favor de los detenidos y se lo comunique a él puede entenderse como una despedida, bien porque va a abandonar España bien porque sería inminente una acción violenta por su parte. Por otro lado, no se considera normal que Allekema se desprenda de esta cantidad de dinero a favor de los detenidos, habida cuenta de su precariedad económica.

    Los giros han podido ser depositados en una oficina de correos cercana a la plaza de Colón o a la plaza de Alonso Martínez, o más precisamente en la calle Génova, en Madrid.

    Se da la circunstancia de que la misma fuente había comunicado a mediados de septiembre la intención de algunos elementos argelinos de cometer algún tipo de atentado en España, posiblemente provocando un incendio forestal de grandes dimensiones sobre algún objetivo rentable (opción descartada al parecer por diferentes motivos) o una acción contra algún edificio mediante un vehículo conducido por un "mártir".

    En este caso, la fuente señaló a Allekema Lamari como uno de los organizadores y posible ejecutor de estas acciones.

    Por si fuera de interés localizar a Allekema, se sabe que a mediados del pasado mes de octubre realizó dos llamadas telefónicas, una desde el número 91-3788124 (correspondiente al locutorio Multicom Net, ubicado en la calle Capitán Blanco Argibay, 47, Madrid), y otra desde el número 91-5708731 (correspondiente al bar ubicado en la calle Estébanez Calderón, 7, Madrid).

    No obstante, desde su salida de la cárcel de Alama (Pontevedra) en junio de 2002, parece ser que estableció su residencia en la zona de Tudela (Navarra).

    Se comunica esta información por la gravedad que puede suponer la actitud y las actividades de Allekema.

    Se adjunta fotografía de Allekema Lamari.

    06.11.2003".


    Nota Informativa de 27 de octubre de 2003: "El despliegue español en Irak es percibido como una ocupación militar"

    "La visibilidad de España en el mundo árabe se ha incrementado considerablemente en el último año (posición de España en el CSNU [Consejo de Seguridad de Naciones Unidas] sobre la cuestión de cuestión de Irak, presencia de las FAS [Fuerzas Armadas] en territorio iraquí, acciones contraterroristas en nuestro país contra células islamistas radicales, celebración en Madrid de la Conferencia de Donantes para Irak).

    Las reiteradas alusiones a España en m. c. s. [medios de comunicación social] árabes (sobre todo en la TV -vía satélite- qatarí Al Jazeera) y especialmente el reflejo de las operaciones antiterroristas contra células islamistas en nuestro país (de forma muy destacada la detención de Taysir Alouni, periodista de Al Jazeera), ha provocado en el radicalismo islámico la percepción de que España "hace el trabajo sucio a los americanos" y que "persigue al Islam".

    Se constata un auge de la presencia de elementos islamistas radicales en España, hasta la fecha dedicados al proselitismo, al reclutamiento y a actividades logísticas, sobre todo ligadas a la pequeña delincuencia. La represión policial marroquí tras los atentados de Casablanca alienta la tendencia al "refugio" en España de islamistas magrebíes.

    A pesar de realizar tareas de seguridad civil, el despliegue de las FAS españolas en Irak es mayoritariamente percibido por las sociedades árabes como ocupación militar de un territorio islámico. El Islam radical estima que España se ha alineado con "los enemigos del Islam",

    El último comunicado de Osama Ben Laden señalaba explícitamente a España como potencial país objetivo de sus ataques terroristas. La amplia difusión del comunicado constituye una referencia a seguir para numerosos elementos y grupos radicales. El incremento de militantes afines a la Jihad Internacional en nuestro territorio es un elemento de riego adicional.

    Las amenazas explícitas a intereses españoles han crecido significativamente en los últimos meses. Aunque muchos de ellos son vagos o no concretos, el conjunto es indicativo de la elevación considerable del nivel de riesgo en territorio nacional y, especialmente, en algunos países de mayoría musulmana.

    Parece necesario reforzar las medidas de protección en estos ámbitos, contemplando entre ellas las de los vuelos de aviones oficiales a zonas sensibles.

    27.10.2003".



    "Lamari comentó la posibilidad de llevar a cabo un descarrilamiento de trenes"

    Los informes del CNI remitidos ahora al juez prueban las insistentes alertas sobre el jefe del 'comando' del 11-M - "Desde la salida de la cárcel su única motivación era atentar en España"

    28-02-06 - J. A. Rodríguez / J. Yoldi / M. González

    El 15 de marzo de 2004, un día después de las últimas elecciones generales, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) elaboró un informe, ahora remitido al juez Juan del Olmo, en el que apuntaba la participación del argelino Allekema Lamari en la matanza del 11-M y pedía que se diera la "máxima prioridad y urgencia" a su localización y detención.

    Esta nota informativa fue llevada a la reunión de la célula de crisis celebrada el 16 de marzo, la primera a la que fueron invitados representantes del servicio secreto, a quienes se mantuvo totalmente al margen de la investigación de los atentados de Madrid hasta pasadas las elecciones. La imagen de Lamari no se incluyó en los juegos de fotos de sospechosos distribuidos a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

    Sólo ocho meses después, en octubre de 2004, cuando las autoridades argelinas confirmaron que el ADN del séptimo de los islamistas que se suicidaron el 3 de abril en un piso de la calle Carmen Martín Gaite de Leganés correspondía a Allekema Lamari, los avisos del CNI cobraron su verdadero valor.

    Las notas del 15 de marzo y el 18 de mayo, que EL PAÍS reproduce hoy, forman parte de los documentos del servicio secreto que el Consejo de Ministros decidió desclasificar el 18 de septiembre del pasado año, para su incorporación al sumario del 11-M. En esos documentos se apuntaba a Lamari como posible autor del atentado y, citando a distintas fuentes, el servicio secreto aseguraba que el jefe del comando del 11-M preparaba acciones en España para causar el mayor número de víctimas, y entre esas acciones hablaba de provocar "el descarrilamiento de trenes".

    El escepticismo inicial del Ministerio del Interior sobre la implicación de Lamari en los ataques contra los trenes se basaba en que la investigación del 11-M se desarrolló a partir de las tarjetas prepago de los móviles utilizados como detonadores de las mochilas bomba y en ninguna de las llamadas aparecía el argelino.

    Sin embargo, la propia nota informativa del CNI destacaba que éste adoptaba extremadas medidas de seguridad y, como precaución, nunca utilizaba teléfonos móviles. Para el servicio secreto, "Lamari tiene el suficiente liderazgo, grado de fanatismo, motivación y capacidad técnica para la preparación, en todos sus detalles, de atentados como los ocurridos el 11-M". Lo peor, sin embargo, no era que el argelino estuviera implicado en el 11-M, sino que siguiera en libertad. "Lamari fue excarcelado en junio de 2002 y, según nuestras fuentes, juró que los españoles pagarían muy cara su detención", agregaba el CNI.

    "Como consecuencia de lo anterior, se estima que, a corto plazo, es probable la ejecución de nuevos atentados indiscriminados en lugares de grandes concentraciones de personas", concluía.

    En esto también acertó el servicio secreto, ya que el comando autor del 11-M, del que formaba parte Lamari, intentó nuevos atentados indiscriminados -aunque no en Valencia, como sugirió el CNI, sino contra la línea del AVE- y hubiera perpetrado más si la mayoría de sus miembros no hubieran fallecido en la explosión de Leganés.

    El 18 de mayo de 2004, un mes después del cambio de Gobierno, ya con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente, el servicio secreto volvió a elaborar un nuevo informe sobre Allekema Lamari. Hacía más de un mes que el argelino se había inmolado con sus compañeros en el piso de la calle Carmen Martín Gaite, pero en ese momento aún era una sospecha sin confirmar.

    "Esta radicalización y resentimiento hacia España han hecho que, desde su salida de la cárcel, su único objetivo sea, según manifestó a sus círculos más cercanos, llevar a cabo en territorio nacional atentados terroristas de enormes dimensiones, con el propósito de causar el mayor número de víctimas posibles", advertía la nota del CNI, que aludía a la amenaza de materializar sus propósitos mediante "descarrilamientos de trenes" o incendios.


    Nota informativa de 15 de marzo de 2004: "La detención se considera de la máxima prioridad y urgencia"

    "La principal línea de investigación de nuestro Servicio apunta a que los atentados serían atribuibles a un grupo local de personas, con organización todavía rudimentaria, que responden a orientaciones ideológicas de la Yihad Internacional radicados en países de nuestro entorno, preferentemente norteafricanos.

    En esta línea, uno de los nombres que se han citado como posible planificador y / o ejecutor de los atentados del 11-M en Madrid es de Allekema Lamari, Yacine o Yassine (fn [fecha de nacimiento] 10.07.1965).

    Este individuo fue arrestado en España en 1997 y fue encarcelado por pertenencia del GIA [Grupo Islámico Armado] argelino. Pasó seis años en prisión (dos en Alcalá Meco) y fue excarcelado en junio de 2002. Actualmente se encuentra en búsqueda y captura para cumplir la condena definitiva de más de 14 años por delito de terrorismo.

    Podría usar un pasaporte español, real pero con la fotografía sustituida, a nombre de Khaled Ali Ghadban, fn 25.03.1962. Suele emplear distintos nombres dependiendo de la ciudad en que se encuentre (Mohamed en Madrid, Yacine / Yassine en Valencia).

    Se tiene conocimiento de que un correo de Lamari es el conocido como Abdulnnabi Chdadi, hermano de Saif Chdadi en prisión, quien a su vez podría tener relación con uno de los detenidos el pasado sábado en relación con los atentados de Madrid. Esta línea operativa está siendo investigada actualmente por este Centro.

    Lamari fue excarcelado en junio de 2002 y, según nuestras fuentes, juró que los españoles pagarían muy cara su detención. Incluso habría declarado que cometería algún atentado con "incendios o descarrilamientos". Allekema conoce bien las ciudades españolas de Valencia, Tudela, Madrid y Alcalá de Henares.

    Adopta extremas medidas de seguridad en sus contactos, no usa teléfono móvil y efectúa periódicamente giros de dinero a miembros encarcelados de su red. Se había financiado con atracos a mano armada. Actualmente se encuentra en búsqueda y captura al haber sido condenado en firme por los hechos de 1997.

    Se considera que Lamari tiene el suficiente liderazgo, grado de fanatismo, motivación y capacidad técnica para la preparación, en todos sus detalles, de atentados como los ocurridos el 11-M. (Sobre él y sus intenciones, así como su fotografía, se remitió Nota Informativa a la Secretaría de Estado de Seguridad y a la Comisaría General de Información del CNP [Cuerpo Nacional de Policía] el pasado 06.11.2003).

    Las informaciones que apuntan a la participación de Allekema Lamari provienen de fuentes humanas propias de fiabilidad media-alta, tanto desde dentro como desde fuera de España, y son investigadas con intensidad por nuestro servicio, constituyendo actualmente una de las principales líneas de investigación.

    Como consecuencia de lo anterior, se estima que, a corto plazo, es probable la ejecución de nuevos atentados indiscriminados en lugares de grandes concentraciones de personas. Como lugar más probable, las fuentes han citado la ciudad de Valencia, coincidiendo con la celebración de Las Fallas 2004.

    En consecuencia, la localización y detención de Allekema Lamari se considera de la máxima prioridad y urgencia.

    Se adjuntan fotografías de estos individuos".


    Nota informativa de 18 de mayo de 2004: "Puede continuar con su venganza particular contra la población"

    "Como continuación a lo informado el 6 de noviembre de 2003, el CNI considera que Lamari, de 39 años de edad y aparejador de profesión, podría ser uno de los altos responsables de los atentados del 11 de marzo. Se sospecha además que podría tratarse del séptimo individuo que se suicidó en la explosión que tuvo lugar el 3 de abril en un inmueble de Leganés.

    (...) Lamari fue condenado en 2001 a 14 años de prisión, pero tras haber cumplido 6 años y pendiente de la resolución de un recurso, salió de prisión de Lama (Pontevedra) en junio de 2002. (...) Tras su salida de la cárcel, Allekema Lamari, ya de por sí frío y muy religioso, presentaba un perfil más fanático. Se mostraba solitario, cauteloso, descontrolado ideológicamente y peligroso. En sus desplazamientos y actividades extremó sus medidas de seguridad, así como dejó de usar teléfonos móviles para sus comunicaciones.(...) Esta radicalización y resentimiento hacia España han hecho que desde su salida de la cárcel su único objetivo sea, según manifestó en sus círculos más cercanos, llevar a cabo en territorio nacional atentados terroristas de enormes dimensiones, con el propósito de causar el mayor número de víctimas posibles. También comentó la posibilidad de materializar la amenaza llevando a cabo descarrilamiento de trenes (...).

    Cintas de vídeo

    Tras la explosión del piso de Leganés, el día 3 de abril de 2004, se encontraron dos cintas de vídeo, grabadas probablemente el 27 de marzo, en las que aparecen tres personas. La situada en el centro realiza la lectura de un fragmento coránico seguido de la amenaza de la comisión de nuevos actos terroristas en España condicionada a la retirada de las fuerzas españolas de Irak y Afganistán antes del 4 de abril. Por su talla, corpulencia, tono de voz, expresiones y énfasis usado en la lectura del comunicado, la persona que se sitúa en el centro de la imagen del vídeo ha sido identificada, con una alta probabilidad, como Allekema Lamari.

    Se considera de gran interés para lograr la identificación del séptimo suicida de Leganés y descartar que pudiera tratarse de Allekema Lamari, ya que si bien existen indicios suficientes que apuntan hacia esa posibilidad, de no ser así, puede asegurarse que Lamari dispone de voluntad, determinación y frialdad para, escudándose en motivaciones religiosas, continuar con su venganza particular contra la población y los intereses españoles con la ejecución de nuevos atentados terroristas".


    22/2/06

    Propuesta de Organigrama del 11-M

    A la espera del auto de procesamiento y sin conocer aun la identidad de 'Abu Dujan Al Afgani' en cuyo nombre se reinvindicaron los atentados, propongo para la comprensión del 11-M el siguiente organigrama:





    12/2/06

    Restablecida la sección Multimedia

    Toda la sección multimedia está aquí ahora.


    5/2/06

    La Instrucción del 11-M concluirá que fue obra de una célula local de radicales islamistas influidos por Al Qaeda, sin relación alguna con ETA

    El juez, Juan del Olmo, procesará a 40 de los 116 imputados por el 11-M

    El juez de la Audiencia Nacional encargado de la investigación del 11-M, Juan del Olmo, procesará a un tercio de los 116 imputados por los atentados que en 2004 costaron la vida a 191 personas, según fuentes próximas al caso. El juez, que ultima desde hace varios meses el auto de procesamiento, lleva escritos más de 2.000 folios. Del Olmo dejará claro que los autores de los crímenes formaban una célula local de radicales islamistas influidos por Al Qaeda y que no ha sido hallado indicio alguno de que ETA haya tenido relación con el 11-M. El relato de hechos describirá que los autores materiales de la fabricación de las bombas y de su colocación formaban un grupo integrado por 10 o 12 terroristas.

    05-02-06 - José Yoldi (EL PAÍS)

    El juez Juan del Olmo, instructor del sumario por los atentados del 11-M, sólo procesará a un tercio de los 116 imputados, según fuentes de la Audiencia Nacional. Del Olmo dejará claro que de las investigaciones realizadas se desprende que los autores de los crímenes formaban una célula local de radicales islamistas influenciados por Al Qaeda y que no aparecen indicios de que ETA haya tenido ninguna relación con estos hechos.

    El juez instructor lleva varios meses ultimando el auto de procesamiento contra los presuntos autores de los atentados de los trenes de la muerte, en los que murieron 191 personas.

    Fuentes de la Audiencia Nacional aseguran que lleva escritos más de 2.000 folios. La semana pasada trascendió que el presidente de la Sala de lo Penal, Javier Gómez Bermúdez, ha elaborado un informe encargado por el presidente de la Audiencia Nacional, Carlos Dívar, en el que resalta "la enorme inquietud y preocupación por la lentitud de la instrucción". En el informe, enviado al Consejo General del Poder Judicial, se recuerda que dentro de pocos meses se cumplirán dos años de prisión provisional de varios encausados, plazo máximo de aplicación de esa medida cautelar.

    El relato de hechos que contendrá el auto de procesamiento indicará que los autores materiales de la fabricación de las bombas y su colocación en los trenes de cercanías de Madrid el 11 de marzo de 2004 formaban un grupo integrado por 10 o 12 terroristas, de los que siete de ellos se suicidaron el 3 de abril de ese año en el piso de la calle Carmen Martín Gaite de Leganés, al ser descubiertos por la policía. Para quitarse la vida, los terroristas utilizaron dinamita Goma-2 que habían robado en una mina sin vigilancia de Asturias y que no habían utilizado en las bombas de los trenes. Los siete suicidas eran: Serhane Ben Abdelmajid Fakhet, el Tunecino; Jamal Ahmidan, Mowgli y El Chino; los hermanos Mohamed y Rachid Oulad Akcha, el argelino Allekema Lamari, Abdennabi Kounjaa, Abdallah y Asrih Rifaat Anuar.

    El auto recogerá previsiblemente que estos fueron ayudados por Daoud Ouhnane, Mohamed Alfalah, Mohamed Belhadj -los tres huídos y Alfalah fallecido en Irak- Abdelmajid Bouchar y probablemente por Jamal Zougam, Basel Ghayoun, Otman el Gnaoui y Fouad el Morabit.

    En los autos de prisión contra los 116 imputados dictados por Del Olmo durante estos casi dos años se puede adivinar por dónde va su línea argumental. Las pruebas realizadas han restado protagonismo a algunos imputados cuya participación había parecido importante inicialmente, entre ellos Mohamed Chaoui, Mohamed Bekkali e incluso Rabei Osman, El Egipcio, pero han confirmado la importancia de otros.

    Las investigaciones de Del Olmo y también las realizadas en su momento por el juez Baltasar Garzón confluyen en que en la investigación del 11-M aparecen implicados tres grupos bien definidos: el liderado por Jamal Zougam, propietario del locutorio de Lavapiés y que proporcionó los teléfonos utilizados para activar las bombas de los atentados; el de Jamal Ahmidan, El Chino (uno de los suicidas de Leganés), formado en Villaverde, y el identificado en torno a Serhane El Tunecino, (también muerto en Leganés), formado a su vez por dos grupos: el constituido por Mustafá Maymouni y el liderado por Mohamed El Egipcio (preso en Italia), junto a algunos individuos vinculados a la célula de Imad Eddin Barakat Yarkas, Abu Dahdah, desarticulada en 2001. Según uno de los autos dictados por Del Olmo, la mayoría de los miembros de estos tres grupos son marroquíes y todos ellos presentan una ideología salafista de matiz combatiente. El único nexo de unión entre los grupos investigados es Serhane El Tunecino.

    Serhane busca medios y gente para su misión: "atentar en España como reacción a la posición en el conflicto de Irak". Se junta con el grupo de Jamal Ahmidan, El Chino, consiguen los explosivos y reúne un núcleo con gente de varios de los grupos participantes. A la célula se unen algunos elementos que habían quedado de las desarticulaciones de otras, como Allekema Lamari (el séptimo suicida de Leganés), "unidos por su odio a España y al mundo occidental". Según Del Olmo, dos personas "hacen alarde de conocer los atentados y se atribuyen su comisión: Mohamed El Egipcio, que evidentemente lo conocía y que seguramente fue apartado del grupo en el momento definitivo, y Hassan el Haski, líder del Grupo Islámico Combatiente Marroquí, envuelto en una sucesión a la jefatura del grupo marroquí que contaba con miembros en España".

    Estos son algunos de los 116 imputados que permanecen en prisión preventiva y serán procesados por el juez:

    - Jamal Zougam. Es uno de los cinco detenidos el 13 de marzo de 2004, dos días después de los atentados. Proporcionó una partida de teléfonos que fueron utilizados por la célula islamista para confeccionar las bombas. Fue reconocido por dos personas en dos trenes distintos en estaciones consecutivas llevando bolsas o mochilas, aunque él asegura que en ese momento estaba durmiendo. También poseía un teléfono y una tarjeta para su uso personal idénticos a los utilizados en los atentados como activadores de los artefactos. Hay huellas suyas en la casa de Chinchón donde se armaron las bombas.

    - Basel Ghayoun. Dos testigos le vieron en el lugar de los hechos. Uno, que resultó herido, le vio en uno de los trenes -el que salió de Alcalá a las 7.05-. Otro, le vio salir en la madrugada del 10 de marzo de un restaurante de Alcalá de Henares. Admite conocer a muchos de los detenidos tras el atentado, pero dice que conoce sólo de vista a Jamal Zougam. Rabei Osman el Egipcio le implica directamente en los atentados, al igual que a su compañero de piso Fouad el Morabit. Alojó el 11-M a Asrih Rifaat Anuar, uno de los suicidas, del que era amigo.

    - Hamid Ahmidan. Primo hermano de Jamal Ahmidan, el Chino. En el registro de su domicilio se encontraron 59 kilos de hachís y 125.000 comprimidos de éxtasis. Su precio aproximado es de 75.500 euros y 1.278.000 euros, respectivamente. También se encontró la documentación de otro de los imputados, Otman el Gnaoui, pero con la fotografía de El Chino. Estuvo en la finca de Chinchón, pero no se le hallado relación directa con el atentado.

    - Mohannad Almallah Dabas. Detenido por prestar apoyo a alguno de los suicidas de Leganés. Las investigaciones han podido determinar las actividades de los hermanos Moutaz Almallah Dabas y Mohannad Almallah Dabas relacionadas con la captación de jóvenes radicales islamistas en España para su posterior envío al extranjero. Les albergaba, entre otros lugares, en una vivienda de la calle Virgen del Coro de Madrid, de la que era titular del arrendamiento Moutaz Almallah. Se le vincula al entorno de Abu Dahdah (en prisión por la operación Dátil) y se le relaciona con Basel Ghayoun, uno de los presuntos autores materiales del 11-M.

    - Otman el Gnaoui. Trabajaba como albañil y fontanero en la casa de Chinchón junto con Hamid Ahmidan. En el domicilio de Hamid e Hicham Ahmidan se encontraron documentos (pasaporte, permiso de residencia para extranjeros y carné de conducir) a su nombre, pero con la foto de Jamal Ahmidan, el Chino. Los días 28 y 29 de febrero de 2004 Otman el Gnaoui mantuvo conversaciones con Jamal Ahmidan, refiriéndose a una "furgoneta" que tenía que recoger a otros presuntos implicados de la "célula de Morata" y trasladarse con ellos hacia Burgos, lo que efectuó Otman el Gnaoui acompañado de Rachid Oulad Akcha y Asrih Rifaat Anuar, a la búsqueda de los dos vehículos que bajaban desde Asturias con los explosivos por la carretera de Burgos con el Chino, Mohamed Oulad y Kounjaa. No ha sabido explicar qué fue a hacer a Burgos y simplemente ha negado que fuera allí.

    - Rachid Aglif, 'El Conejo'. Reconoció que tenía amistad y negocios con varios implicados en el 11-M y en concreto con Jamal Ahmidan, el Chino, y con Jamal Zougam. Admitió también que participó en la reunión que se celebró en febrero en una hamburguesería próxima al hospital 12 de Octubre, de Madrid, en la que se pactó la compra de explosivos.

    - Abdelilah el Fadual el Akil. Reconoció ante el juez que en febrero 2005 compró un coche, un Volkswagen Golf, azul, a la familia Ahmidan. Este vehículo, del que era usuario Jamal Ahmidan, el Chino, fue utilizado en los días previos al atentado para realizar un viaje a Asturias, y según los investigadores fue empleado para trasladar la dinamita Goma-2 Eco desde una mina del Principado hasta Madrid. Fouad estuvo en la casa de Chinchón y conocía a todos los imputados. Tenía estrechas relaciones con Jamal Ahmidan, al que, según algunos testimonios, facilitaba documentación falsa, operaciones de tráfico de drogas y de sustracción de vehículos.

    - Fouad el Morabit. Vivía con Basel Ghayoun en un local del barrio de la Concepción alquilado por Mohannad Almallah Dabas. Admite que Basel le contó que Serhane había dicho a Mohannad Almallah Dabas y a Basel que se fueran de Madrid, que iba a ocurrir algo fuerte. Él lo interpretó como un atentado o un homicidio. Estudió ingeniería aeronáutica y sus huellas estaban en la casa de Chinchón. Detenido definitivamente el 7 de abril, por tercera vez en menos de un mes, tras confirmarse que mantuvo conversaciones telefónicas con los suicidas y otros detenidos por el 11-M antes y después de los atentados. Rabei Osman El Egipcio le implica directamente en los crímenes. Alojó el 11-M a Asrih Rifaat Anuar, uno de los suicidas, que pasó la tarde con su compañero Basel Ghayoun, y se quedó a dormir.

    - Mohamed Bouharrat. Entre los escombros del piso de Leganés fueron encontradas fotografías suyas, lo que, a juicio de Del Olmo, "evidencia un nivel de confianza y vinculación intensa que no puede soslayarse del entorno en que se estaban preparando los atentados del 11 de marzo, ámbito en todo caso restringido y de confianza". Además, tenía relación con Said Berraj, uno de los fugados, y con Bouchar, el que avisó a los suicidas de la presencia de la policía. Bouharrat tenía el coche de este último.

    - Emilio Llano Álvarez. Era el vigilante, con categoría de capataz, de la Mina Conchita (en Belmonte de Miranda, donde trabajó Suárez Trashorras) y responsable del control de sustancias explosivas y detonadores. Llano era el encargado de la recepción, almacenamiento y distribución de explosivos en esta explotación. Era la única persona que tenía acceso a los documentos en los que se certificaban los explosivos que llegaban a la mina desde la fábrica y los que finalmente se consumían. Presumiblemente alteró los libros de registro de la dinamita. El juez lo explica así: "Esta dinámica [la sustracción progresiva de explosivos y detonadores] se veía favorecida por la falta de control de las sustancias explosivas y detonadores en la propia mina, actuación atribuible al encargado de ésta, Emilio Llano Álvarez, quien haciendo dejación de su obligación de control permitía que los posibles sobrantes de sustancias explosivas y detonadores no empleados no fueran destruidos o volvieran a los minipolv. Esta situación mantenida durante mucho tiempo permitió a José Emilio Suarez, conocedor de la misma así como de determinados empleados de la mina, conseguir la sustancia explosiva interesada por Jamal Ahmidan".

    - Rabei Osman el Sayed Ahman, 'Mohamed El Egipcio'. Es uno de los imputados cuya importancia se ha ido relativizando con el paso del tiempo. Detenido el 7 de junio de 2004 en su apartamento de Milán, tras dictar ese día Juan del Olmo orden internacional de busca y captura. Era vigilado desde hacía tiempo y sus conversaciones estaban controladas. Es muy conocida su llamada telefónica a Mourad Chabarou, detenido en Bélgica el 8 de junio de 2004, en la que reconocía ser el que ideó y organizó los atentados, que los suicidas de Leganés eran sus amigos y que estaba triste por no haber podido ir al cielo con ellos. La conversación intervenida el 26 de mayo decía lo siguiente: "Yo formaba parte de esta operación, pero no me han informado de la hora crítica, por lo cual Dios me ha salvado". Parece que fue apartado de la operación, puesto que el ADN traído de Italia no coincide con ninguno de los encontrados en los escenarios del 11-M. Ahora, está siendo juzgado en Italia.

    - Hassan el Haski. Del Olmo lo envió a prisión por "la ideación y preparación" del 11-M en diciembre de 2004. El Haski es un "líder del máximo nivel", que estaba empezando a constituir, en Lanzarote y protegido por adeptos, "una nueva estructura para Europa, con la intención, según se desprende de las manifestaciones de algunos líderes detenidos, de hacerse con el liderazgo absoluto del continente". Estuvo alojado en el domicilio de Attila Turk, en París, en los días inmediatos a los atentados del 11-M". En el sumario constan declaraciones de Turk en las que éste asegura que El Haski "huyó de España antes de los atentados, ya que me imagino que sabía lo que iba a pasar". Según Turk, antes de los atentados, El Haski "estaba muy nervioso y quería algún sitio para esconderse". Tras los atentados, "se quedó tranquilo, como si ya no tuviera importancia lo que le pudiera pasar, y si le detenían no tenía importancia".

    - Youssef Belhadj. Detenido el 1 de febrero de 2005 en Bruselas (Bélgica), es considerado el presunto portavoz de Al Qaeda para Europa y la persona que supuestamente reivindicó los atentados del 11-M en nombre de la organización terrorista islamista. Youssef es primo de Mohamed Belhadj, fugado desde el pasado 3 de abril, cuando siete de los presuntos autores materiales de los atentados se suicidaron en un piso de Leganés. Mohamed Belhadj era el titular del alquiler de la vivienda utilizada por los terroristas y que quedó destruida tras la explosión de los 20 kilos de Goma-2 Eco. El juez afirma: "Youssef Belhadj ha sido identificado, por sus propios familiares, como miembro de Al Qaeda, y su actividad ha quedado determinada a la captación y envío a Afganistán de voluntarios musulmanes ávidos de hacer la jihad. Ha quedado constatada su presencia en España hasta días antes de los atentados, así como su relación directa con algunos de los huidos por dichos hechos".

    - Abdelmajid Bouchar, 'Midhar Salah'. Fue a llevar comida a los ocupantes del piso de Leganés y al bajar con la basura detectó la presencia de policías. Salió corriendo y gritó en árabe para prevenir a los ocupantes de la vivienda, según el juez. Tras la explosión de Leganés, la policía encontró entre los escombros documentación personal de Bouchar, al que se le atribuye labores de aprovisionamiento para los que vivían en el piso explosionado.

    El auto que prepara Del Olmo también menciona a los huidos, entre ellos Amer Azizi, Othman el Andalusi; Said Berraj, Said el mensajero; Mohamed Belhadj, Mohamed Afalah y Daoud Ouhnane.



    El juez detalla cómo se consiguieron los explosivos del 11-M

    El relato de hechos del auto del juez Del Olmo se refiere a los implicados en la trama para la obtención y venta de los explosivos utilizados en los atentados. El juez establece la relación entre ellos y las reuniones que mantuvieron antes de los atentados.

    - José Emilio Suárez Trashorras. Fue detenido seis días después de los atentados y su participación en los hechos aparece cada vez más nítida. Ya en la sentencia que condenó al menor se recoge que fue quien proporcionó los explosivos robados de una mina asturiana al grupo islamista a cambio de droga. Sin él, los atentados no habrían podido cometerse. El juez lo cuenta así: "José Emilio Suárez no sólo conocía la mecánica de falta de control , sino que participaba en actividades continuadas de adquisición de dichas sustancias, mediante precio, y utilizando sus contactos personales (...), realizó las gestiones encaminadas a satisfacer los encargos o peticiones de Jamal Ahmidan relativas a las sustancias explosivas. Tras la boda de Suárez Trashorras y Carmen María Toro Castro el 14 de febrero, éstos marcharon de viaje de novios, volviendo el día 26 de febrero a Madrid (circunstancia que aprovecharon para establecer de nuevo contacto con Jamal Ahmidan, trasladándose incluso a la finca de Chinchón) (...). En la conversación mantenida el 26 de febrero entre Jamal Ahmidan y José Emilio Suárez se fijó el viaje que iban efectuar desde Madrid el fin de semana del 28 al 29 de febrero Jamal Ahmidan, Mohamed Oulad y Abdennabi Kounjaa". En ese viaje se transportaron la mayor parte de los explosivos usados en las bombas de los trenes. El juez puntualiza que se ha establecido la relación de Rachid Aglif, Rafa Zouhier y José Emilio Suárez Trashorras con Jamal Ahmidan.

    Suárez era confidente de un inspector de policía de la comisaría de Avilés, pero en ningún momento con anterioridad al 11 de marzo de 2004 transmitió ningún dato o información al agente en relación con los preparativos de los atentados.

    - Rafa Zouhier. Confidente de la Guardia Civil para temas sobre droga. Estuvo en la cárcel de Villabona (Asturias) con Antonio Toro, cuñado de Suárez, y facilitó a un tal Hassan el contacto para hacerse con los explosivos. El 17 de marzo avisó a la Guardia Civil de la peligrosidad de El Chino y de su convicción de que estaba detrás de los atentados. Del Olmo, sin embargo, afirma que junto con Rachid Aglif y Suárez estaba al corriente de todo desde el último trimestre de 2003. Según la Guardia Civil, habló con Zouhier los días 4, 9 y 10 de marzo, pero no avisó de los atentados. El 12 y 14 de marzo negó cualquier relación con los hechos y sólo el 17 habla con la UCO, muy asustado, tras ver por la televisión la imagen de Jamal Ahmidan, el Chino, Zouhier alerta de que el Chino tiene goma 2 y detonadores y que es muy peligroso.

    - Antonio Toro Castro. Cuñado de José Emilio Suárez Trashorras. Coincidió en el último trimestre de 2001 con Rafa Zouhier en la prisión de Villabona, donde estaba Toro por su participación en la denominada Operación Pipol contra el narcotráfico. Al salir, Toro puso en contacto a Zouhier con su cuñado. Toro, Suárez y Zouhier participaron en una reunión que se celebró en febrero en una hamburguesería próxima al hospital Doce de Octubre, de Madrid. También estuvieron presentes Jamal Ahmidan, Mohamed Oulad Akcha (ambos muertos en el suicidio colectivo de Leganés) y Rachid Aglif, en prisión. En la reunión se habló de explosivos y detonadores, aunque según Toro no tuvieron constancia de que iban a ser utilizados en un atentado, sino en una explotación minera en el Magreb. En los careos mantenidos entre ellos en el sumario, todos tratan de exculparse culpando a los compañeros, sin que el juez aprecie si alguno dice la verdad.