29-11-04 - EL PAÍS
José María Aznar, presidente del Gobierno cuando se cometieron los atentados del 11-M, no admitió ni un solo error en la gestión de su Gobierno tanto antes como después de la matanza. Durante su comparecencia de casi 11 horas ante la comisión de investigación del Congreso, la más larga hasta ahora, negó que ni él ni ningún miembro de su gabinete mintiera, manipulara o desinformara entre el 11 y el 14 de marzo o que la guerra de Irak tuviera alguna relación con los crímenes. Quienes hicieron eso, según Aznar, fueron "otros", en referencia a la cadena SER y el PSOE, a los que acusó de montar una "formidable campaña de acoso" al PP, de poner en marcha un "monumental empuje manipulador" con el objetivo de echar a su partido del Gobierno, aprovechándose de un atentado "minuciosamente" planeado por no sabe quién para "causar el mayor número de víctimas posible y volcar las elecciones". Eso sí, admitió que lo que sufrió España ese día 11 fue "un horrible ataque del terrorismo islámico", que pretendió cobrarse como víctima número 192 a su Ejecutivo. Aznar insistió en la necesidad de investigar hasta el final "las relaciones entre terroristas, islámicos y no islámicos", que consideró como "un hecho incontestable". Dicho esto, dudó de que actualmente se estén investigando todos los cabos de la matanza e insistió en que sigue sin descartar que finalmente aparezca implicada ETA.
Aznar permaneció firme en todas sus respuestas a los diputados que investigan el 11-M. Jaleado por la clac de 40 cargos del PP -incluidos ex ministros como Ángel Acebes, Federico Trillo, José María Michavila, Celia Villalobos, o Eduardo Zaplana, quien le interrogó-, el ex presidente rechazó todas las acusaciones. El guión de su comparecencia quedó fijado en su discurso inicial, de 17 folios, y no se salió de él, pese a que se le pidieron explicaciones por las múltiples insinuaciones que deslizó sobre la masacre. No las dio.
Desde el mismo arranque confirmó lo que ya había dicho hace unas semanas en Jerusalén: "El 11-M, tres días antes de las elecciones, España sufrió un horrible ataque del terrorismo islámico". A su juicio, los autores del atentado no sólo querían "causar el mayor número de víctimas posibles", sino también "volcar el resultado electoral", cambiar "la mayoría parlamentaria". Para basar mejor esta afirmación, dijo: "Si las elecciones, en lugar de haberse convocado para el 14 de marzo, se hubieran convocado el 7 de marzo, entonces los atentados hubieran sido el 4 de marzo". Aznar sentenció que, a partir del 11-M, todos los países democráticos ven amenazados sus procesos electorales por el terrorismo. "Ya ninguna democracia puede estar tranquila", agregó, "porque todo el mundo sabe que el 11-M tuvo una influencia clara en los resultados del 14 de marzo".
Estos objetivos del atentado, los criminales y los políticos, responden, explicó, a una "planificación minuciosa", cuya "autoría intelectual" no hay que buscarla "en desiertos lejanos o montañas remotas". "Hubo esa planificación y hubo quien la aprovechó y se sabrá". Fue entonces cuando dejó sentado que la trama asturiana "suministró explosivos a ETA y al terrorismo islámico", algo desconocido por los investigadores, y que la relación entre terroristas islámicos y no islámicos está "demostrada como un hecho incontestable".
Cuando los diputados de lo que antes era la oposición le advirtieron de que nada de eso estaba probado, subrayó que él sólo estaba pidiendo que se investigara hasta el final, lo que dudó que se esté haciendo en la actualidad. El diputado del CiU Jordi Jané tuvo que preguntarle si estaba cuestionando la instrucción que dirige el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo con el apoyo de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Aznar se quejó de la "opacidad y silencio" que rodea ahora las pesquisas.
El ex presidente se enredó entonces en un ataque en toda regla contra la cadena SER, a la que acusó de haberse embarcado en "una estrategia fabricada con falsas imputaciones, de ocultación y mentira", a un Gobierno que, dijo con énfasis, "nunca mintió".
"Fueron otros los que mintieron y mintieron con contumacia, intoxicaron y dieron cobertura a una gravísima alteración de las reglas del juego electoral en la tarde del 13 [...] difundiendo bulos para fabricar la teoría de la mentira del Gobierno", manifestó Aznar, en referencia a los manifestantes que "cercaron las sedes del PP".
Éste fue el argumento ante cada referencia de los diputados a que el Gobierno del PP desinformó, mintió o manipuló, bajó la guardia ante el terrorismo islamista o pecó de imprevisión.
Aznar rehusó retrotraerse a lo sucedido antes del 11 de marzo; es decir, eludió dar explicaciones sobre qué hizo su Gobierno ante la creciente amenaza islamista. "Yo tengo la conciencia tranquila de que he combatido el terrorismo con todas mis fuerzas", dijo una y otra vez. Ni siquiera admitió algún error involuntario. "Yo creo que todas las decisiones que tomamos fueron correctas y no creo haberme equivocado", dijo. ¿No falló nada?, le interpeló el portavoz de Izquierda Verde, Gaspar Llamazares. "No le voy a dar la alegría de darle un titular de que Aznar reconoce fallos", le respondió.
Ni siquiera admitió que se equivocó al no convocar el día de la matanza a la Comisión Delegada del Gobierno para Situaciones de Crisis. "No tenía obligación legal de convocarla y yo quería que esas reuniones fueran lo más flexibles posible y, como requería la presencia física de los ministros, pensé que era mejor que estuvieran en sus puestos (...) y las cosas funcionaron". Si tampoco convocó el Pacto Antiterrorista fue porque nunca se reunió tras un atentado y porque el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, no se le pidió. Además, puso en duda que los partidos de la oposición hubieran asistido a su convocatoria, pues "la campaña de insidias y calumnias estaba a punto de arrancar".
Cuando se le habló de imprevisión, Aznar contestó que fueron él y su partido los que con más fuerza venían advirtiendo desde el 11-S de 2001 de los riesgos del terrorismo islamista, "mientras otros se lo tomaban a broma y hablaban del comando Dixan". A su juicio está fuera de lugar hablar de imprevisión ante el terrorismo en un país que sufre desde hace tres décadas los golpes de ETA o que ha detenido en los últimos años a 120 presuntos terroristas islamistas. "Una cosa es estar prevenidos ante una amenaza y otra evitar un atentado. En un país con 900 muertos del terrorismo es temerario y suicida hablar de imprevisión", afirmó.
Aznar dedicó la mayor parte de su intervención a rebatir que el Gobierno mintiera, manipulara o desinformara entre el 11 y el 14 de marzo. El ex presidente dejó sentado que en la mañana de la matanza "la conclusión unánime" de los responsables policiales y de los servicios de inteligencia fue la autoría de ETA, por puro análisis y por el estudio de los antecedentes de los últimos atentados de la organización terrorista vasca.
Esa hipótesis se mantuvo como única hasta que por la tarde se conoció el contenido de la furgoneta hallada en Alcalá de Henares -con una cinta coránica, detonadores o resto de explosivos- y la primera reivindicación, cuestionable, a un diario londinense en árabe. "Fue entonces cuando di la orden de abrir una segunda línea de investigación, a pesar de lo que pensaba la policía, en contra del criterio de la policía", dijo Aznar. Esta afirmación contradice lo declarado por los mandos policiales que han comparecido en el Congreso, quienes admitieron que todos los indicios recogidos sobre el terreno apuntaban hacia el terrorismo islamista y no hacia ETA.
El ex presidente ofreció su versión de las conversaciones que mantuvo con los directores de varios periódicos el día del atentado. Relató que los llamó en dos ocasiones. Primero, para comunicarles que "lo que le decían" las fuerzas de seguridad es que el atentado era obra de ETA. Luego los llamó por la tarde para decirles que "había ordenado abrir la segunda línea de investigación sobre el terrorismo islámico", lo que, en ese momento, "no suponía descartar la participación de ETA", subrayó.
Aznar reconoció que telefoneó a los responsables de medios de comunicación, pero negó que les presionara. "Yo no presiono porque no me dedico a eso. No se qué es eso de las presiones", dijo.
Respecto a los telegramas enviados a los embajadores por la entonces ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, para que se insistiera en la autoría de ETA, trasladó toda la responsabilidad a la ministra. "Fue iniciativa suya", alegó.
Aznar reveló que la pista islamista se impuso totalmente "a lo largo de la mañana del día 13", jornada de reflexión, y se confirmó por la tarde, con la detención de varios ciudadanos marroquíes e indios. Ya por la noche, tras el hallazgo del vídeo reivindicativo en una papelera junto a la mezquita de la M-30, no hubo dudas.
"Lo que nadie sabía el 11 por la tarde es quiénes eran los autores", clamó Aznar. "Tampoco sabía nadie que era ETA y ustedes lo afirmaban y, cuando la policía vio la pista de Lavapiés, ya sabía que era terrorismo islámico", le espetó Jordi Jané, de CiU. "Sí, pero los mandos policiales trasladaron el día 13 que se estaba claramente en la pista islámica", replicó Aznar.
El ex presidente no quiso ni hablar de fallos previos al 11-M y ni siquiera entró a valorar las afirmaciones de su ex secretario de Estado para la Seguridad, Ignacio Astarloa, para quien la concatenación de errores policiales fue "un desastre" y "un disparate".
El capítulo de los fallos le dio pie para afirmar que no cree en que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hayan estado implicadas en una especie de conspiración para mirar a otro lado o permitir el tráfico de explosivos.
Cada vez que se le pedía que se retrotrajera a fechas anteriores al 11-M, Aznar terciaba con otra cosa. Se le preguntó por las infructuosas investigaciones sobre tráfico de explosivos de 2001, 2002 y 2003 en Asturias, por la estrambótica excarcelación de Allekema Lamari, presunto líder del comando islamista, por los seguimientos fallidos a varios de los autores de la matanza, por la doble condición de confidentes policiales y colaboradores de los terroristas de varios detenidos... No contestó.
"Yo simplemente era el presidente del Gobierno", se excusó. "No creo ni que el presidente del Gobierno ni el actual ministro del Interior sepan qué pasa hasta en la última comandancia [de la Guardia Civil] de España", añadió.
"Yo no tuve conocimiento", argumentó. "En toda organización puede haber fallos y, en la Guardia Civil pueden pasar, pero eso es imputable a personas concretas, no a la institución. Si ha habido actuaciones irregulares, que se corrijan, pero que no se impute ni a la policía ni a la Guardia Civil".
Sobre la gestión de Ángel Acebes, hizo una mínima concesión a la crítica, pero sólo para atacar mejor. "El Ministerio del Interior no es perfecto, pero todo lo ha hecho bajo el imperio de la ley, no como en otras etapas", dijo, en referencia a la guerra sucia bajo los Gobiernos de Felipe González.
Al final, leyó una declaración en la que reiteró sus principales argumentos. En primer lugar, el Gobierno no mintió. En segundo lugar, hay que investigar la hipotética participación de ETA en el 11-M, porque "todos los terrorismos son iguales" y acaban estableciendo conexiones entre sí. Por último, el terrorismo islamista sigue siendo una amenaza para España, a pesar de la retirada de las tropas de Irak, porque ésta no tuvo nada que ver con el atentado. Pese a ello, defendió su implicación en la guerra de Irak porque dicho país es "la primera línea de lucha contra el terrorismo". En la calle, dos centenares de simpatizantes le jaleaban.
• Vídeo (CNN+) declaración inicial Aznar
• Acta de la comparecencia íntegra de Aznar
• La investigación judicial desmiente las afirmaciones de Aznar en el Congreso
• Uxue Barkos: ¿Era usted (Aznar) Presidente del Gobierno el 11 de marzo de 2004?
29/11/04
Aznar no admite ni un error en su gestión del 11-M y asegura que la autoría intelectual no hay que buscarla en "desiertos lejanos o montañas remotas"
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2 comentarios:
Experiencia extrasensorial y terrorífica: durante la deposición de Aznar ante la Comisión del 11-M, se me ha ocurrido quitarle la voz a la tele y quedarme contemplando sus gestos y sobre todo, sus miradas.
Hablo en serio: he tenido miedo. Dios, que abismos negros en esa mirada hundida, asomada como un dragón en su cueva. Da pavor. hay tanto odio concentrado ahí, tanto rencor, tanta capacidad para taladrar
al contrario, que uno imagina a este tío como muy capaz de ordenar con solo un gesto displicente y apenas perceptible "suban al tren a toda esa gente que me mira. ¡Raus!".
En qué manos ha estado este país...
Joaquim,
Aventura en la Tierra
www.diariogratis.com/555
Viendo estos comentarios de este señor (por llamarlo de alguna manera) me dan asco y estupor. En vez de pedir perdon y responsabilizarse de estos atentados por meterse en una guerra ilegal, todavia tiene la poca verguenza de seguir mintiendo y confundiendo lleno de rencor y odio. Lastima que el atentado del 11-M no fuera dirigido a él y no a 191 personas inocentes. Julian
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