4/6/07

Las conversaciones de presuntos autores del 11-M en la cárcel destapan los manejos del diario EL MUNDO para engordar las teorías de la conspiración

"El periodista quería sonsacarme, todo era mentira".- Ghalyoun cuenta que el abogado Abascal "busca su propio interés"

04-06-07 - Ernesto Ekaizer / José Manuel Romero (EL PAÍS)

El sirio Basel Ghalyoun es uno de los 29 acusados en el juicio oral por los atentados del 11-M. La abogada Isabel Herrero Sanz, letrada de oficio, llevó su caso hasta mediados de 2005. En esas fechas, otro abogado entró en escena y ocupó su lugar. Se llama José Luis Abascal. Algunos meses después, el 9 de febrero de 2006, Ghalyoun mantuvo una conversación con su madre en la cárcel de Texeiro (A Coruña), donde estaba encerrado. Algo había sucedido que le tenía descontento. El interno expresó su desdén respecto a su letrado, Abascal, con quien ya llevaba más de seis meses. No le gustaba su forma de actuar. En el diálogo con su madre, Ghalyoun apuntó:

-"Busca su propio interés. Es por su amigo, aquel periodista que quería sonsacarme información. Me escribió una carta, pero no le contesté. El abogado se inventó una carta en mi nombre y se la mandó... Era todo mentira y se veía".

- Carta inventada. ¿A qué se refería Ghalyoun? La carta inventada fue presentada como una entrevista por el diario El Mundo el jueves 13 de octubre de 2005. "La Policía controlaba a El Tunecino, era imposible que montara el 11-M", decía el titular en la portada del diario, que anunciaba las "primeras declaraciones del sirio Basel Ghalyoun, acusado de ser autor material de los atentados".

La información reproducía, además, ocho líneas manuscritas firmadas por Ghalyoun y fechadas en Texeiro el 25 de septiembre de 2005. Esas líneas manuscritas no correspondían a las respuestas que aparecían en el diario en boca de Ghalyoun. Sólo hacían referencia a "dos papeles" que "explican todo sobre la visita y las llamadas telefónicas", sin aclarar nada más. El Tunecino al que se refería la falsa entrevista de El Mundo a Ghalyoun -siempre según las palabras de éste- fue uno de los autores materiales del 11-M. Decenas de pruebas acreditan su participación en los atentados de los trenes, su implicación como líder espiritual de parte del grupo de radicales que perpetraron la matanza, y su presencia en el piso de Leganés, donde se suicidó junto con otros seis terroristas el 3 de abril de 2004.

La "mentira", según el calificativo empleado por Ghalyoun, tenía por objeto salpicar a la policía, insinuando que los agentes tenían bajo control las actividades de El Tunecino. Por lo tanto, si éste participó en la masacre, la Policía lo consintió. Y si no participó, el objetivo es el mismo: desacreditar la instrucción judicial.

La apócrifa entrevista, siempre según se desprende de la conversación entre Ghalyoun y su madre, es una prueba más de cómo se ha ido engordando durante tres años el bulo de la conspiración sobre el 11-M. Para ello, nada mejor que buscar la complicidad de los principales encausados, cueste lo que cueste. Es el caso del ex minero José Emilio Suárez Trashorras, quien, también en una conversación mantenida en la cárcel con su familia, afirmó: "Mientras El Mundo pague, les cuento la guerra civil". Meses después Trashorras concedió una entrevista a El Mundo en la que cambió radicalmente la versión que de los hechos había dado a la policía y al juez, desmintiéndose a sí mismo e implicando a gente que, en cartas privadas, había defendido meses antes.

- El edificio de la manipulación. Ghalyoun es otro ladrillo en el edificio de la manipulación. Desde marzo de 2005, las comunicaciones del interno con sus familiares en la cárcel prueban que El Mundo le dedicó diversas atenciones al tiempo que insistió en tener una entrevista con él o, al menos, una carta suya. La madre intentó convencerle para que lo hiciera. A partir de octubre de ese mismo año, Ghalyoun y sus familiares empezaron a hablar de envíos de dinero para pagar a su abogado y para que él dispusiera de dinero.

Pero el abogado Abascal no sólo sustituyó a la abogada de Ghalyoun. Con otro de los procesados como autor material de los atentados, Jamal Zougam, se produjo una operación similar. Primero se hizo cargo de su defensa una abogada de oficio, pero Zougam buscó un abogado por su cuenta. Fue el caso de Mateo Seguí, letrado del Colegio de Abogados de Barcelona.

Después de un trabajo intenso y ante el incremento de los gastos que suponía para Seguí el traslado a Madrid para estar presente en una vista oral que iba a durar meses, Zougam prescindió de sus servicios y solicitó un abogado de oficio. La Audiencia Nacional le designó a Juan Ramón Gemeno Marín. No duró mucho.

Corría la primera semana de noviembre de 2006. El juicio oral del 11-M se acercaba. Mohamed Chaoui, hermanastro de Jamal Zougam, mantenía contactos para cambiar otra vez de abogado. Sin embargo, surgieron problemas. Gemeno Marín se resistió: se había estudiado la causa y quería ejercer la defensa. Pese a todo, los dos hermanos estaban decididos a cambiar de letrado, según se desprende de una comunicación que mantuvieron el 9 de noviembre. Gemeno Marín supo entonces por Mohamed que el abogado Abascal ya había entrado en escena, pese a que Zougam no había requerido sus servicios y no podía pagarle.

El 24 de noviembre, Mohamed señaló, en una conversación con su madre y su hermano en la cárcel, que un periodista de El Mundo le había informado de que en el sumario del 11-M "nada está claro". Los tres comentaron que el problema que tenían era el abogado, en referencia a Gemeno Marín, y que el periodista del medio ya citado decía que los testigos habían mentido y que con toda probabilidad se equivocarían en algo.

Una vez más, los tres llegaron a la conclusión de que necesitaban un buen abogado. Abascal ya estaba por hacerse con la defensa, pero, ¿quién se haría cargo de los gastos? Es lo que reconoció Aicha Achab Ben Mokhtar, la madre de Zougam, en una conversación el 29 de noviembre de 2006: "¿Cómo voy a poder pagar al abogado?, ¿con qué?".

Ese día 29 ocurrió un hecho de interés. Aun cuando el nuevo abogado todavía no estaba formalmente contratado, comenzó a aportar a la familia de Zougam información sobre las noticias que se "cocinaban" en El Mundo. Abascal recomendó ese miércoles 29 a Mohamed que el lunes siguiente, día 4 de diciembre, comprara el periódico y mirara lo que se iba a publicar. ¿A qué se refería? Zougam avanzó, en otra conversación en la cárcel tres días más tarde, el sábado 2 de diciembre, de qué podía ir la cosa. Señaló que ya le había advertido a su abogado sobre "ese imán mentiroso que colabora con la policía". Y añadió: "Le dije que mintió y que yo no lo conocía de nada". Zougam se refería a Abdelkader Farssaoui, alias Cartagena, confidente de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) de la Policía. El acusado explicó que el letrado (Abascal) les había recomendado que compraran el periódico para ver la noticia sobre el asunto.

- Coacciones. En efecto, el lunes 4 de diciembre de 2006, El Mundo abrió su edición dando cuenta de que el confidente Cartagena había presentado el viernes 1 de diciembre de 2006 un escrito de 16 folios en la Audiencia Nacional. Allí dejó constancia de que fue supuestamente coaccionado por agentes de la Unidad Central de Información de la Policía (UCIE) para que no informara a los jueces de la Audiencia Nacional Juan del Olmo y Baltasar Garzón "sobre la banda terrorista ETA y su relación con grupos islamistas".

Abascal sabía, pues, de lo que hablaba. Ya desde el miércoles 29, es decir, antes de que Cartagena presentase su carta en la Audiencia Nacional, conocía que se publicaría el lunes siguiente una información sobre el asunto. El propio Zougam, al día siguiente de la presentación de la carta, según se ha señalado, cuando aún no era un hecho público, habló con su familia sobre "ese imán mentiroso que colabora con la policía...".

Durante el mes siguiente se consumó la operación en la que, ya formalmente, Abascal se convirtió en el letrado de Jamal Zougam. El 24 de diciembre de 2006, Aicha y su hijo Jamal hablaron sobre el nuevo abogado. La madre no lo conocía.

Durante enero de 2007, Abascal se puso manos a la obra. En nombre de Zougam, dirigió un escrito a la Audiencia Nacional en el que solicitaba que declarasen en el juicio, como testigos, dos grupos de etarras. Uno de ellos era el formado por Gorka Vidal e Irkus Badillo, detenidos en Cañaveras (Cuenca) el 29 de febrero de 2004 cuando se dirigían a Madrid con 500 kilos de explosivo Titadyn.

Según Abascal, "el ex minero Suárez Trashorras, encarcelado por su presunta implicación en los hechos, aseguró que Jamal Ahmidan, El Chino, era amigo de los dos etarras que fueron detenidos en Cuenca con 500 kilos de explosivos. En aquel encuentro informal

[17 de marzo de 2004, con los agentes], el minero contó que El Chino le dijo, cuando se produjo la detención de los dos etarras, que eran sus amigos". Esa supuesta declaración implicando a etarras fue desmentida por tres de los cuatro policías que participaron en el interrogatorio a El Chino, algo que Abascal ignoró.

- El temporizador. El otro grupo de etarras para el que pidió su citación como testigos era el formado por Henri Parot, Hariet Iragi, Jorge García Sertucha y Fernando Irakula. Sus nombres aparecieron en un papel manuscrito encontrado en poder de Abdelkrim Bensmail, terrorista preso del grupo GIA argelino y compañero de Allekema Lamari, uno de los islamistas que se suicidó en Leganés.

En nombre de su otro defendido, Basel Ghalyoun, Abascal acompañó su escrito de defensa con una fotografía de un temporizador utilizado por ETA e incautado por la Guardia Civil en el que se podía leer Segurtasun Temporizadorea (ST) en lugar del temporizador hallado en uno de los registros que siguieron a los atentados del 11-M. Abascal es una persona didáctica. Acompañó la foto con la siguiente reseña: "Nadie más que ETA usa estos temporizadores marcados con la sigla ST". ¿Una chapuza sin importancia? No. Este asunto saltó al juicio oral el 20 de febrero de 2007, cuando el letrado de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M preguntó a uno de los acusados, Hassan El Haski, por los "segurtasen temporizadorea".

El 23 de enero de 2007, la Audiencia Nacional aceptó, para evitar un recurso de nulidad del acusado Zougam ante el Tribunal Supremo, que comparecieran tres de los siete etarras: Vidal, Badillo y Parot.

- El "mazazo" de la citación de tres etarras. Al día siguiente, el 24 de enero de 2007, la madre de Zougam y su hijo hablaron en prisión de las consecuencias de la decisión conocida ese día de que comparecieran como testigos en el juicio los tres etarras. "Es un mazazo", señalaron. La mujer añadió que, según comentarios de la fundación FAES del Partido Popular, "las víctimas van a recibir un jarro de agua fría". En la misma conversación se refirieron a la difusión que de la noticia había dado Telemadrid. El presidente del PP, Mariano Rajoy, al ser preguntado por la citación de los etarras, señaló: "La decisión del tribunal de la Audiencia Nacional es de enorme relevancia". En la vista oral, el testimonio de los tres etarras fue totalmente irrelevante.

- 50.000 euros de abogado. A juzgar por las conversaciones de Zougam y su familia en la cárcel, la preocupación por quién iba a pagar al abogado Abascal desaparecieron en las fechas previas al juicio. El 7 de febrero, a una semana de la vista, Aicha y su hijo Jamal lamentaron la escasa suerte del resto de acusados que tenían abogados de oficio y no contaban con 50.000 euros para pagarse uno propio.

Abascal consolida, asimismo, la relación entre Zougam y El Mundo. El lunes 12 de febrero de 2007, a cuatro días de la primera sesión del juicio, el citado diario tituló en portada: "Zougam afirma que le implicaron en el 11-M por negarse a trabajar para el CNI". Cuando habló ese mismo lunes 12 con su familia, Zougam se refirió a la información como una simple noticia. Sin embargo, el citado diario sostuvo haber "conseguido que, el único autor material, según el magistrado Del Olmo, responda en un cuestionario a una serie de preguntas por primera vez, con un medio de comunicación".

La madre de Zougam, según las conversaciones grabadas en la cárcel, mantuvo una fluida relación con otro periodista que trabaja para El Mundo, la Cope y Libertad Digital y que es autor de varios libros en defensa del bulo de la conspiración. Aicha, que decía sentirse muy satisfecha por la actuación de El Mundo, comentó que este periodista le había dicho que iban "a por él". Zougam comentó en varias ocasiones los consejos que le había dado un "gran periodista" de ese diario. Y llegó a desconfiar de su abogado Abascal. Así, en una de sus conversaciones en la cárcel, le contó a su hermano Mohamed que el letrado le formulaba "preguntas con connotaciones políticas". Su hermano le aconsejó: "Si son preguntas difíciles, no las contestes". En las comunicaciones de la cárcel, Zougam expresó su preocupación en torno a los dos testigos de los trenes que aseguraron haberle visto en los vagones, principal prueba de cargo que pesa contra él.

- La estrategia de Abascal. Abascal, como parte de su estrategia, también ha estado muy pendiente del asunto de los explosivos, uno de los pilares del bulo. Así, solicitó tener un perito en la comisión de expertos que el tribunal nombró para hacer un examen completo de las sustancias que estallaron en los focos de las explosiones el 11-M. De los cuatro peritos de parte, tres han representado a asociaciones de víctimas que han intentado probar contra toda evidencia la presencia de ETA en los atentados, y un cuarto, a la defensa de Jamal Zougam, quien sostiene que el explosivo pudo ser Titadyn.

Mateo Seguí, el letrado que defendió a Zougam durante largos meses, tal vez tenga ya la respuesta a sus dudas cuando vio que la defensa de Zougam se aferraba a ETA. "Hablamos con Zougam cientos de veces para establecer la línea de trabajo y jamás, repito, jamás me mencionó a ETA ni nada que se le pareciese. Pasados varios meses y cuando una vez leyó algo que hablaba de ETA en un diario de Madrid comentó que le estaban poniendo de cabeza de turco", declaró Seguí al diario barcelonés La Vanguardia.

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