01-10-06 - Las Pesquisas de Marcelo (Estrella Digital)
Iba a escribir un artículo sobre los tres peritos, pero me ha salido el de los tres cerditos por si hubiera alguna coincidencia, porque por lo menos uno de ellos, por causa del ácido bórico, ha metido a ETA en los atentados del 11M, que es como si dijéramos que el policía Ramírez, que según El Mundo falsificó el documento de Escribano, lo hizo por una venganza familiar con Pedro J. Ramírez, que se apellida igual y que algún tipo de relación familiar deberá tener con el policía, aunque sea entre sus tatarabuelos. Lo cierto es que en Interior hay un cerdito
—que no sabemos si es perito— que envió a El Mundo documentos confidenciales, lo que es un delito con premeditación y alevosía, a no ser que el cerdito o perito en cuestión fuera un agente doble que al final le metió un marrón a Casimiro, que picó el anzuelo como un pardillo para dejarlo luego a la altura del betún, entre elogiando y criticando al inefable Garzón.
La operación estaba bien clara y puede que fuera el cerdito número uno el que la diseñó, un agente situado a mayor altura de los peritos. La cosa pudo dibujarse así: se decide en un cónclave secreto sobre la conspiración, celebrado en las profundidades de la piscina de la libertad de expresión —todos con traje de buzo como en el entierro del Nautilus—, que hay que encontrar una prueba o indicio de ETA, para que figure en el sumario del 11M. Y uno de los presentes dice “creo recordar que alguien citó una vez a ETA en el Ministerio de Interior a propósito del ácido bórico”. “¿No me digas?”, saltó el buzo número dos, y añadió: “Hay que encontrar ese documento como sea”. Y se pusieron manos a la obra hasta que dieron con el incidente del ácido bórico, pero vieron que al juez no llegó ese papel, con lo cual se les presentaba la oportunidad de una carambola a tres bandas, como las que hacía González en la Moncloa cuando jugaba con Coll.
Entonces el capitán de los buzos explica el plan: “Primero buscamos el documento, y si no está sacamos una copia y con ella ya en la mano nos vamos a la interpelación en el Congreso y allí Zaplana (liberal donde los haya y no el Le Pen español como dice un colega democristiano del PP) va y arma la Marimorena, porque cuando estén confiados con lo de la mochila en ese momento le preguntamos a Rubalcaba si hay documento con ETA dentro. Entonces el monstruo del PSOE dice que no y al día siguiente sacamos el documento —por entregas, claro— en el paper en plan Watergate. Luego llevamos la fotocopia a la Audiencia Nacional para denunciar la falsificación de Francisco Ramírez, primo lejano de Pedro J., al que le pedimos de tres a seis años de cárcel, y encima empapelamos con responsabilidades políticas a los ministros Alonso y Rubalcaba y ya tenemos a ETA en el sumario del 11M y bombonas de oxígeno para la conspiración”.
Y así se pusieron las cosas de bien y de divertidas con el Gobierno en un ¡ay! cuando entra en escena el malvado Garzón, el de la operación centollo que lo colocó de número dos de González en 1993 y el amigo del rico Navalón, y ¡zas!, se hizo con la denuncia. Y al final puso a cantar a la perita, que más que cerdita era una caperucita asustada ante las fauces del lobo feroz. Y la perita, que se llama Isabel como la novia de Perón —¡por algo será!—, entre lágrimas y sollozos le explicó a Garzón que el documento publicado en El Mundo, con firmas y sellos, no era el que le entregaron a Ramírez, el primo de Pedro J., sino otro que ellos se sacaron de la manga del ordenador y que firmaron tan campantes el 11 de julio del 2006, a pesar de que iba fechado en 25 de marzo del 2005, total catorce meses más o menos, ¡qué más da!, y se lo colaron a su jefe inmediato, que lo selló, sin decirle que un papel como ése ya había sido rechazado hacía más de un año por el gran superior de la orden de los Ramírez. Y hecho esto y sacadas las fotocopias del registro retocado con el tipex, que es lo que más le gusta a Casimiro después de lo de echarle flores a Rato, enviaron a El Mundo toda la documentación.
Total, cantó caperucita Isabel y se descubrió el pastel. ¿Por qué el empeño en reactivar el documento que nunca existió como tal y en esa fecha? Imaginamos a Zaplana convenciendo a Rajoy: “Mira, Mariano, ché, que esta vez los tenemos pillados por los mismísimos, que les voy a dar un revolcón de no te menees, de ésta caen todos, Rubalcaba, Alonso y Zapatero, y te vamos a llevar a la Moncloa en volandas, pero no en el helicóptero que fletó Gallardón para liquidaros a Esperanza y a ti. Te vamos a llevar en ¡el avión del pocero!, que es un superreactor. Rajoy abría los ojos más y más, entre asombrado y preocupado por lo que le decía su fiero portavoz, mientras Acebes le daba ánimos: “Ma-mariano, no lo dudes, que tenemos los papeles, que están pillaos”. A la conversación tripartita asistía de rondona Cayetana mandándole un sms con los ojos a Zaplana: “estás como un tren, campeón”. En fin, Rajoy tragó y en un ataque de ira dijo: ¡a por ellos en la interpelación!
Y colorín colorado, cantó Caperucita, Marino en depresión, y Casimiro sin saber si el topo que le daba los papeles de Interior era un chapuzas o un agente doble, y ahora, como no tienen nada que echarse a la portada, porque lo del mes de julio si que es una falsificación, pues a palos con Garzón, que todos los que le den seguro que son pocos. Pero esta vez los ha pillao con el carrito de los helados valencianos del cartagenero de Benidorm. Menudo papelón para Mariano. No me extraña que no le quedaran ganas de ir a la manifestación.
1/10/06
Zaplana y “Los tres cerditos”
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