25/11/05

Conspiranoia

29-10-05 - Luis Fernando Areán (Botella al Mar)

Llevo varias semanas dándole vuelta al tema de las teorías conspirativas. No sólo porque se han puesto súbitamente de moda por causa del 11-M y su impresentable tratamiento por parte de algunos medios de prensa, algún partido político y cierta persona que hasta hace no mucho ponderaba flamígera desde la tribuna del Congreso, sino porque el fenómeno es interesante en sí, una expresión más de la deplorable tendencia humana a la comunión con ruedas de molino.

De hecho, me sorprende y me mosquea un poco que las organizaciones escépticas españolas le den más importancia a las caras de Bélmez que a ese monumento a la credulidad en el que se ha convertido la teoría conspirativa sobre el 11-M. En privado algún comentarista escéptico me ha dicho que la razón de esto es que no quieren meterse en camisas de once varas políticas, dado el nivel de crispación existente. A mi juicio, hacen mal. Creo que los escépticos tenemos la obligación moral de salir al paso de la charlatanería en todas sus formas. Sin embargo, no les culpo. El ambiente está demasiado enrarecido, y el que sale al paso de los sectarios proponentes de esta teoría tiene que estar preparado para recibir todo tipo de improperios. Lo digo por experiencia: llevo desde que se publicó el pistoletazo inicial de la teoría conspirativa, el famoso artículo de Fernando Múgica en El Mundo, Los Agujeros Negros del 11-M, debatiendo con dichos sectarios.

En este pequeño ensayo intentaré demostrar que en el fondo todas las teorías conspirativas son similares: presentan siempre la misma estructura, obedecen siempre a pulsiones psicológicas similares, emplean los mismos errores metodológicas y las mismas falacias.

Toda teoría conspirativa comienza con un principio básico: el crédulo, al que llamaremos conspiranoico, se convence previamente de una verdad dogmática, que invariablemente coincide con deseos, temores y prejuicios propios, que suelen ser profundos e intensos. Es decir, el conspiranoico confunde la realidad con sus deseos. Formulemos entonces el Primer Principio de la Conspiranoia:


1.Convencimiento previo de una verdad dogmática


Cómo llega a este convencimiento previo sería materia de una interesante tesis sobre psicología, aunque por supuesto cada teoría conspirativa tendrá motivaciones distintas. Carl Sagan, por ejemplo, apuntaba sagazmente --si se me permite el calambur-- que los extraterrestres habían venido a sustituir en la imaginación popular a los íncubos en los que ya nadie, en el siglo XX, podía creer racionalmente: ambos expresarían los mismos miedos arquetípicos, la misma capacidad fabuladora, cubriendo la misma necesidad psicológica.

Alguno objetará, con razón, que con el Primer Principio me estoy olvidando de otro tipo de conspiranoico: no el crédulo sino el cínico, el que miente a sabiendas, el que pergeña toda una teoría delirante sabiendo perfectamente que es falsa. Concedamos que existe este individuo, pero reconozcamos también que es poco interesante y menos frecuente de lo que parecería: muchos charlatanes están convencidos en algún grado de que sus supercherías son verdaderas. Y además, es mucho más apasionante el estudio del autoengaño que el de la mentira.

El hecho es que, una vez convencido, el conspiranoico utiliza todos los recursos posibles para autoconvencerse aún más de que tiene razón. Cierra las puertas al espíritu crítico, hace oídos sordos a las evidencias contrarias, por abrumadoras que sean, cancela el sentido común y se dedica a frecuentar sólo las fuentes "confiables", que son por supuesto las que apoyan la teoría conspirativa. En particular, su valoración de los indicios será altamente selectiva, dando una importancia extraordinaria, sobrevaluada, a aquéllos que parecen apoyar su teoría, por más tenues que éstos sean (y necesariamente son tenues, ya que si no lo fuesen la teoría conspirativa dejaría de serlo y se convertiría en una teoría seria y respetable), al tiempo que se devalúan o de plano se ignoran los que impugnan o refutan la teoría. Enunciemos el Segundo Principio de la Conspiranoia:


2. Valoración diferencial de indicios según su adecuación a la idea preconcebida


No puedo enfatizar suficientemente este punto. La valoración diferencial de indicios es el núcleo de toda teoría conspirativa que se respete. Por ejemplo, digamos que estamos empeñados en demostrar que la bomba no detonada del 11-M, la famosa "mochila de Vallecas", es en realidad un señuelo. Es importante entonces buscar cualquier nimia diferencia entre dicha mochila y lo que se sabe sobre las bombas que sí estallaron, y darle la máxima importancia a dicha diferencia, mientras que se silencian las similitudes y las opiniones de los expertos que reiteradamente han dicho que están convencidos de que las bombas eran iguales. Esto se hace además invariablemente con un lenguaje emotivo, cargado de parcialidad. Pero ya llegaremos al tema del lenguaje más adelante. Quedémonos ahora con esa idea de la valoración diferencial.

En el caso de la mochila de Vallecas, será necesario enfatizar que los cables eran de distinto color que la de otra bomba examinada en la estación de El Pozo que finalmente fue detonada, que se utilizó un recipiente distinto en ambos dispositivos, que el calibre de los clavos usados como metralla era distinto, que las muestras de los explosivos presentan alguna sustancia distinta... todos ellos detalles que, de ser ciertos, en ningún momento parecen significativos y que, sobre todo, admiten multitud de explicaciones racionales y nada conspirativas, pero que los conspiranoicos consideran evidencia poderosísima de la diferencia esencial entre ambos dispositivos. Poco importa que los Tedax --los expertos artificieros de la Policía-- hayan informado pericialmente al juez de instrucción que consideran todos los dispositivos iguales. Poco importa que existan esas explicaciones alternativas. Cuando uno está convencido de que la mochila es un señuelo, estos pequeños datos sobrevaluados más allá de toda racionalidad son suficientes, y se llega de hecho a la conclusión contraria a la que dictaría el sentido común: si la mochila es un señuelo y el jefe de Tedax lo niega, ¡entonces es seguro que el jefe de Tedax mienta! No importa el currículum profesional del Sr. Sánchez Manzano, que tal es el nombre del infortunado funcionario calumniado cada vez con mayor audacia. No importa que el hombre se haya jugado la vida infinidad de veces desactivando bombas. La única conclusión posible es, invariablemente, la menos lógica, y en este caso particular, la más infame.

En cambio la evidencia de verdad, la que valoran los investigadores profesionales, y que invariablemente refuta la teoría conspirativa, es descartada, devaluada o ignorada. Así, en el caso de la famosa mochila se privilegia el supuesto hallazgo de metenamina en la furgoneta de Alcalá de Henares versus la ausencia de metenamina en la mochila de Vallecas, construyendo toda una teoría sobre explosivos distintos en uno y otro caso, pero se omite por completo que el resto de compuestos encontrados no sólo son idénticos, sino que demostrablemente tienen el mismo origen. Tal uso selectivo de datos es tan escandoloso que cuesta trabajo aceptar que exista gente que no descubra el doble rasero; y sin embargo, haberlos haylos, y son muchos.

Hemos visto que como parte de esta estrategia retórica, es necesario tomar el más mínimo dato y convertirlo en evidencia de que lo que sostenemos es verdad. Esta promoción de dato a evidencia, cuando no a prueba irrefutable, es imprescindible porque las teorías conspirativas invariablemente se cimentan en humo. Como ya he dicho arriba, si no fuese así, dejarían de ser teorías conspirativas y se volverían serias y respetables.

Continuemos. Una vez clasificados los datos en confiables (los que apoyan la tesis) y descartables (los que la refutan), el siguiente paso es la argumentación. Ésta hace uso de toda la panoplia de trampas retóricas y falacias lógicas que el ser humano ha acumulado desde tiempos de los sofistas, pero hay dos en particular que me interesa destacar.

El recurso retórico fundamental del conspiranoico es la apelación a la incredulidad. Tiene que convencernos de que la versión "oficial" es falsa. Y como no tiene datos que permitan concluir claramente tal extremo, su única oportunidad es exponer las tesis de dicha versión de la forma más ridícula posible, haciendo nuevamente uso de dosis abrumadoras del lenguaje emotivo y parcial. Típicamente este argumento será planteado mayéuticamente, haciendo preguntas dirigidas cuya conclusión parece inescapable.

Un ejemplo típico: "¿Resulta verosímil que el terrorista se baje del tren abandonando una mochila a la vista, entre dos asientos enfrentados?" Fijémonos en el lenguaje intencionado, parcial, que fuerza la única respuesta aparentemente posible: evidentemente, no. Nótese que es importante descartar cualquier otra posibilidad: ésa es la esencia de la apelación a la incredulidad, el mismo argumento, por cierto, que usan los creacionistas --¿para qué sirve medio ojo?--, los ufólogos --¿qué otra cosa puede ser esta foto sino un platillo volante?-- y todos los conspiranoicos. Pero a poco que pensemos, nos damos cuenta de que la conclusión alternativa es, cuando menos, perfectamente posible, perfectamente verosímil. Nuevamente, existen muchas explicaciones por completo racionales que el conspiranoico pretende que descartemos de un plumazo, porque en el momento en que no las descartemos su teoría, que él pretende presentar como la única posible, se convierte en una explicación más, una explicación que comparada con otras más racionales aparece tal como es: totalmente delirante. Enunciemos el Tercer Principio de la Conspiranoia:


3. Apelación a la incredulidad respecto a la teoría "oficial" para forzar la única conclusión supuestamente posible.


La apelación a la incredulidad suele ir casi siempre acompañada de otra falacia lógica muy común: el falso dilema, que omite artificialmente, sin ningún argumento, varias de las posibles explicaciones de un hecho, a fin de eliminar todas las que no interesan al expositor. Hecho esto, se argumenta contra las alternativas sobrevivientes (típicamente sólo una) para irlas descartando una a una demostrando su falsedad, forzando así una conclusión que parece inescapable sobre la verdad de la última alternativa sobreviviente, pero que en realidad sólo lo es por la omisión a priori de otras alternativas más razonables. Un ejemplo típico: "No sé qué me preocupa más: si que no hubiera metralla en los trenes o que la hubiera y se lo hayan ocultado al juez." Hombre, otra posibilidad, por supuesto, es que sí la hubiera y que tal extremo no se haya ocultado al juez... pero claro, esa posibilidad es poco interesante para un conspiranoico.

Otro ejemplo: "O el gobierno de EEUU no oculta nada en Roswell o lo que oculta es un OVNI; como he demostrado que sí oculta algo, lo que oculta es un OVNI."


Lo más sorprendente de la apelación a la incredulidad es lo altamente selectiva que es. A Luis Del Pino, por ejemplo, autor de la frase que consigno sobre el terrorista que hace algo supuestamente inverosímil, esta conducta le parece totalmente inverosímil... pero le parece verosímil que el jefe de Tedax mienta y sea parte de una conspiración infiltrada en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para llevar al PSOE al poder, contando con decenas o cientos de policías, guardias civiles y agentes del CNI que en vez de obeceder a sus mandos obedecen al PSOE; le parece verosímil que la mochila de Vallecas haya sido plantada como señuelo para dirigir la investigación hacia unas "cabezas de turco", y que esto es sólo un paso en una larga secuencia de eventos perfectamente planeados para así engañar al ministro del Interior y hacerle aparecer en público como mentiroso, ministro cuya conducta minuto a minuto responde exactamente a la predicción que de la misma habían hecho los conspiradores, que manejan a su antojo las reacciones de todos los miembros del gobierno, como si fueran marionetas; le parece verosímil que dichos conspiradores hayan predicho con absoluta precisión cuántos de los votos necesarios para que el PSOE superara al PP podrían obtenerse mediante este engaño; le parece verosímil que un partido democrático, el que ha ganado mayor número de elecciones y mayorías absolutas en España, arriesgue todo para conquistar el poder una sola vez, sabiendo que tendrá que volver a someterse al veredicto de las urnas tan sólo cuatro años después. En una palabra, le parece verosímil una conspiración tan compleja, absurda en sus motivaciones e increíblemente riesgosa, que nunca en la Historia se ha intentado algo que se le asemeje aunque sea un poco. Lo cual nos lleva al Cuarto Principio de la Conspiranoia:


4. Omisión de extracción de ciertas conclusiones lógicas (o más bien, ilógicas) de la teoría conspirativa, a fin de no tener que reconocer su inverosimilitud.


A estas alturas, es importante que aclaremos por qué entrecomillamos "oficial". Y es que el conspiranoico tiene que dar una razón de por qué la verdad la conoce sólo él y un selecto grupo de insobornables iniciados, por qué esa verdad no ha sido admitida públicamente por todos. Y esa razón, por supuesto, es que existe una conspiración de silencio para acallar la verdad. ¿Se explicaría de otra forma que todos menos los conspiranoicos, en el caso del 11-M, policías, guardias civiles, el juez de instrucción, los Tedax, el CNI, el gobierno, la mayoría de los medios nacionales y la totalidad de los internacionales, y millones de ciudadanos mantengamos que la verdad "oficial" es, simplemente, la verdad sin adjetivos? Ya sea por maldad o por estupidez, todos estas personas forman parte de una red cómplice de encubrimiento que conspira para que la Verdad no salga a la luz. Esta explicación tiene la enorme virtud de investir al conspiranoico de un manto de heroicidad épica: él, con los otros iniciados que sí quieren conocer la Verdad --a diferencia de nosotros-- tienen la misión casi sagrada de difundir la Verdad ante todos los obstáculos que nosotros, malvados o estúpidos, pongamos en su camino. No es extraño que la luz del fanatismo brille en los ojos conspiranoicos. No sólo están convencidos de tener razón, sino que tienen una Misión, una yihad. Enunciemos entonces el Quinto Principio de la Conspiranoia:


5. Postulado de una conspiración de silencio para acallar la Verdad


Nótese que, nuevamente, tal característica es compartida por ufólogos --el gobierno de EE.UU. sabe que existen OVNIS pero lo oculta para no causar pánico en la población-- y por creacionistas (el darwinismo es una teoría pergeñada por ateos para corromper moralmente a la sociedad, y no les a esos ateos interesa que se sepa la verdad).

Cuando señalo a los conspiranoicos del 11-M que me parece sorprendente que ningún medio internacional, absolutamente ninguno, ni siquiera los de su cuerda ideológica, se han hecho ecos de las "sensacionales revelaciones" de El Mundo y Libertad Digital, y que sería bastante poco probable que absolutamente todos esos medios internacionales fueran parte de la conspiración, se me responde que desde que gobierna Zapatero España ha dejado de importar en el mundo, ¡y que el silencio es culpa de esa indiferencia! ¡Como si ningún periodista extranjero se interesara en el mayor escándalo político de la historia de Europa Occidental, que hubo un golpe de Estado disfrazado el 14-M!

Lo cual, por supuesto, nos lleva al Sexto Principio de la Conspiranoia:


6. Utilización de explicaciones ad hoc para explicar lo inexplicable.


Aquí llegamos a otro de los elementos más interesantes de una teoría conspiranoica: la necesidad de inventar explicaciones para cada hecho individual que no casa con la teoría. Así, cada vez que uno pone una objeción a la teoría conspirativa, los conspiranoicos tienen una explicación que no tiene nada que ver con el resto de la teoría, como se ve claramente en el caso de los periodistas extranjeros. Tales explicaciones ad hoc se van multiplicando: se nos explica que lo que todos vimos en la televisión como el suicidio de Leganés realmente no fue un suicidio, porque admitir el suicidio lleva casi necesariamente a que los que se suicidaron no eran cabezas de turco, sino terroristas. Así que hay que explicar el hecho como un asesinato encubierto, por supuesto sin tener el más mínimo indicio. Y así ad nauseam.

El problema, claro, es evidente para cualquiera con algo de formación científica: al acumular explicaciones ad hoc, se está violando el principio de la navaja de Occam, o principio de parsimonia, que nos pide precisamente que no multipliquemos las explicaciones, o, en otra formulación, que ante dos teorías que explican el mismo conjunto de hechos, hay que preferir siempre la teoría más sencilla. Ni qué decir tiene que todas las teorías conspirativas, al multiplicar las explicaciones y ser invariablemente mucho más complejas y prolijas que las alternativas, violan el principio de la navaja de Occam. Contrastemos este comportamiento de las complejísimas teorías conspirativas, que requieren ríos de tinta para explicarse, con las teorías científicas más exitosas, que pueden expresarse en muy pocas palabras, y sin casi ningún otro argumento podremos determinar dónde es más probable que se encuentre la verdad: la realidad es menos compleja de lo que los conspiranocis creen que es. O dicho de otra forma, si la explicación es demasiado complicada, casi seguramente está mal.

Sigamos. Otra falacia lógica que merece ser elevada a la categoría de principio es la conversión de hipótesis en hechos probados. Ésta es una falacia sutil e interesante. Se comienza postulando un condicional, por ejemplo: "si el PSOE sabía previamente del ataque y no sólo no dijo nada sino que lo aprovechó para ganar las elecciones, entonces el PSOE dio un golpe de Estado virtual el 14-M." Hombre, se podría aceptar que este condicional es válido, pero el problema es que el antecedente del condicional no sólo no se ha probado, no sólo no se ha provisto siquiera un átomo de evidencia o el más tenue de los indicios, sino que es extremadamente improbable. Sin embargo, el conspiranoico ya ha logrado deslizar la insinuación que quería hacer. ¿Quién puede culparle de empezar a razonar sobre lo que pasaría si el PSOE hubiese sabido con antelación que se produciría un ataque? Ya sabemos que está especulando, pero dejemos que lo haga, no ha afirmado que sea cierto, sólo está suponiéndolo por un momento para ver a dónde le lleva el razonamiento. Claro, el problema es que tres páginas después al conspiranoico se le ha "olvidado" que su hipótesis no era más que eso, una hipótesis sin pruebas, y comienza a utilizarla como una hecho probado, posiblemente confiando en que el lector haya olvidado a su vez que la hipótesis nunca fue probada. Veamos un claro ejemplo en un artículo de Del Pino.

Primero Del Pino insinúa, sin probarla, una posible causa de que ciertos detenidos hayan tenido un trato "exquisito":

La dueña de la casa (que contaba con una buena abogada, Yamila Pardo) ni siquiera llegó a estar detenida en ningún momento. En cuanto a los dos intermediarios sirios, fueron detenidos el 29 de marzo de 2004 y liberados tres días después. En su declaración ante la Policía, realizada en perfecto castellano, Mohamed (el hermano del terrorista Abu Nidal) saca hábilmente a colación a Jadicha Candela, cuñada de Joaquín Almunia --ex secretario general del PSOE-- y madre de Yamila Pardo.

Pocos párrafos después, la posibilidad de que la influencia de Almunia haya modificado el trato a los prisioneros se convierte en certeza:

"si eso es la democracia, ¿cómo llamamos a ese otro régimen en el que, si la Policía llama a tu puerta a las seis de la tarde,, tienes cinco o diez minutos para quemar los papeles comprometedores, aunque seas un presunto terrorista... siempre que conozcas a las personas adecuadas?"

Huelga decir que entre una y otra frases no existe ninguna otro argumento que permita transformar la posibilidad en certeza.

Una falacia lógica que se asemeja mucho en estructura e intención a ésta es la de la pregunta compleja. Se formula una pregunta de forma tal que al contestarla nos veamos obligados a aceptar una premisa que nunca se ha probado pero que queda asumida en la propia pregunta. Veamos algunos ejemplos, ambos de Del Pino, para quien esta falacia es un recurso favorito:

¿Por qué se dio la orden de abrir el candado, librando a ese comando del mortal abrazo policial?

¿Quién protegía en el País Vasco las actividades de El Chino?

En el primer caso tenemos como premisa no probada pero asumida el hecho de que alguien haya dado esa orden "de abrir el candado". En el segundo, el hecho de que alguien protegía a El Chino. Por supuesto, Del Pino no da el menor átomo de evidencia de que ninguna de estas premisas tenga base.

Hay un tercer tipo de falacia que podríamos agrupar con las dos anteriores. Consiste en asumir una premisa implícita, nunca formulada, como cierta. Por ejemplo, cuando Del Pino afirma la presencia de metenamina como prueba indudable de que existían explosivos de origen militar, hay varias premisas implícitas, por ejemplo que la metenamina no puede fabricarse artesanalmente y que la presencia de metenamina conlleva necesariamente la de RDX, el explosivo que se fabrica a partir de ella.

Tenemos también la petitio principii o argumento circular, en el que se supone lo que se quiere demostrar, y para terminar esta sección, hagamos notar que muchas veces los conspiranoicos ni siquiera se molestan en estructurar sus falacias de las formas anteriormente expuestas. Les basta ir acumulando insinuaciones nunca demostradas para dar la impresión de que la simple acumulación de preguntas e insinuaciones es tan formidable que algo de razón debe tener la teoría. Veamos un ejemplo:


"el comando de Virgen del Coro se libra del cerco policial exactamente el mismo día en que ETA declara su tregua parcial en Cataluña"

¿Esto quiere decir algo? Del Pino no nos lo dice, y yo no puedo imaginar que trascendencia puede llegar a tener esta coincidencia. Pero claro, aunque sea agua de borrajas, ya queda como insinuación, como enigma a resolver, acumulándose a los cientos de supuestos misterios anteriores y posteriores. Un foro de Internet famosamente formuló 192 preguntas (casualmente una por cada víctima mortal, hecho que revela en sí mismo la artificiosidad de las preguntas) que seguían el patrón mencionado: acumulación de insinuaciones sin probar, con muchas de las preguntas suponiendo una respuesta definida a preguntas anteriores, y por tanto cayendo en la falacia de promoción de hipótesis a hecho probado. Pedro J. Ramírez compiló una lista similar y similarmente falaz.

Respecto a este punto es interesante señalar que muchas veces esas insinuaciones se contradicen entre sí. ¿Hace eso que el conspiranoico, al avanzar una nueva insinuación o hipótesis, retracte las anteriores que son incompatibles con la nueva? Huelga decir que no. La coherencia no es una de las virtudes de los conspiranoicos, como podrá constatar quien lea el artículo original de Múgica, que logra la rara proeza de contradecirse a sí mismo dentro del propio cuerpo del artículo.

Así tenemos el Séptimo Principio de la Conspiranoia:


7. Conversión de hipótesis y premisas implícitas en hechos probados y acumulación de insinuaciones.


Tranquilos, que ya falta poco. He hablado ya varias veces de cómo todas estas falacias suelen ser acompañadas retóricamente de un lenguaje emotivo, cargado de parcialidad, lleno de juicios de intenciones y descripción de sentimientos que es imposible que el autor conozca, que ya nos sugiere no tan sutilmente que si no aceptamos sus conclusiones somos más tontos que Pichote, ya nos intenta transmitir la indignación que el autor dice sentir por el evidente encubrimiento de la verdad, ya intenta dirigirnos a una conclusión a través de la ridiculización de las alternativas (argumentum ad ridiculum):

"¿es posible creer que cuatro moritos pringaos hayan podido realizar este atentado?"

"¿por qué la providencial y sospechosa mochila fue llevada al IFEMA"?

Otros ejemplos del invaluable señor Del Pino:

"El atentado del pasado 7-J en Londres ha vuelto a plantear ante la opinión pública, para consternación del gobierno"

¿Prueba Del Pino en algún sitio que hubo consternación del gobierno? ¿Quieren ustedes adivinar?

"Pero Houdini era un vulgar aficionado comparado con los supuestos terroristas del 11-M."

"el jefe de la trama mercenaria del 11-M"

"nadie se había dignado a explicar a los españoles"

"Si hay silencios clamorosos, el del Gobierno de Zapatero está rozando ya el estruendo"

"¿Verdad que es enternecedor? La Policía va a registrar el domicilio de una persona detenida por su presunta implicación en los atentados del 11-M...¡Admirable y civilizado comportamiento policial!"

Estos ejemplos están tomados prácticamente al azar, lo cual da una idea de cómo están plagados los artículos de Del Pino (y los de Múgica, lo que sucede es que los de Del Pino los tengo más a mano) de este tipo de lenguaje intencionado, por no hablar de la evidente falta deontológica que representa el mezclar opinión con información, como queda claro en varias de las citas anteriores.


Octavo Principio de la Conspiranoia:


8. Utilización de lenguaje emotivo, cargado de parcialidad, dirigido y lleno de juicios de intenciones.

Finalmente, los conspiranoicos recurren a todo tipo de falacias para argumentar sus puntos. Yo me he encontrado con:

a) Non sequitur o saltos lógicos a conclusiones inatingentes: Un terrorista fue encontrado bajo un colchón en Leganés, luego es muy posible que los terroristas no se suicidaran.

b) Argumentum ad verecundiam o apelación a la autoridad:"El Mundo" es un diario prestigioso que destapó lo de los GAL, no creo que se equivoque en esta ocasión.

c) Argumentum ad hominem, el ataque a la circunstancia personal del ponente y no a las ideas que expone: "usted es suciolisto, por eso dice lo que dice"; "lo que usted dice es la línea oficial de Rubalcaba"; "los suyos son peores que los míos", etc, etc, etc. por no hablar de los arteros ataques personales contra personas como el Sr. Sánchez Manzano, a quien Del Pino acusa de mentiroso con todas sus letras.

d) Todas las que ya han sido mencionadas en puntos anteriores: falso dilema, petitio principii, pregunta compleja...

Sería demasiado prolijo plantear todas las falacias que me he encontrado, y probablemente excesivo a estas alturas, en la medida en que tendría que seguir dando ejemplos. Basten entonces todas las anteriores, que son muchas, para convencernos de que podemos formular el Noveno Principio de la Conspiranoia:


9. Utilización de todo tipo de falacias lógicas para apoyar las tesis conspirativas.


Llegado a este punto, sólo me queda reflexionar un poco sobre la psicología que subyace a la teoría conspiranoica del 11-M. Como hemos dicho, el paso esencial es el primero, formular una verdad dogmática.

¿Qué impele a tanta gente a creerse esa verdad? Tenemos un grupo de personas completamente convencidas de que los resultados electorales del 14-M son una injusticia. No entraré a valorar ahora cuánto se equivocan. Conformémonos con el hecho de que existe la sensación de agravio. Ahora, digamos que alguien llega con una idea: "no sólo perdimos injustamente, sino que fuimos objeto de una conspiración para derribar el gobierno" Fijémonos que este "alguien" no tiene aún elementos medianamente objetivos para argumentar lo que dice, pero lo hace de todos modos.

La idea de que hay una conspiración es un bálsamo instantáneo para el espíritu: evita la autocrítica (nosotros no hicimos nada mal), le da sentido a algo horrible que no parece tener sentido (la masacre del 11-M), y, sobre todo, CONFIRMA LOS PREJUICIOS. Resultado: miles de personas convencidas. Qué fácil es confundir los deseos con la realidad. Qué fácil comulgar con ruedas de molino cuando esas ruedas tienen buen sabor para nosotros.


12 comentarios:

Evaristo dijo...

Un genial post de Luis Fernando Arean. Has hecho muy bien en publicarlo en este blog, que se ha convertido en una de las recopilaciones mas exhaustivas sobre el tema. Aunque como hemos visto hoy, despues del comunicado de ETA, los de siempre siguen intentando encontrarle beneficio electoral a los actos terroristas.

Luis Fernando Areán dijo...

Gracias por ponerlo, 3dm. Y gracias, Evaristo, por el comentario.

Un saludo.

Anónimo dijo...

¡Sí señor! Me ha encantado. Felicidades al autor.

Mario Cuellar dijo...

Mas claro, agua. Unicamente, yo hubiera añadido el "caso" de Fernando Huarte Santamaria, al que dijeron que había conspirado también y a día de hoy El Mundo no ha rectificado, lo de llamarle espía del CNI, etc,etc

Anónimo dijo...

Si se sabe que explosivo se empleó en la matanza. Fue robado en Asturias. Hay gente ya condenada por su transporte. El empleado en los trenes, vías del AVE y Leganés concuerda con los sustraido: Goma2-ECO.

Sobre Haddad: http://3diasdemarzo.blogspot.com/2005/11/nuevo-varapalo-las-teoras-del-diario.html#top

Jamal Zougam estuvo investiado por su amistad con Abu Dahdah, hay huellas suyas en la furgoneta y le han identificado testigos oculares.

Aprecio su buena educación y respeto que no siempre es la empleado por los que rebaten la "teoría oficial". Es decir la de la justicia, policía, guardia civil, cni, interpol...

Un saludo.

Anónimo dijo...

"Llevo varias semanas dándole vuelta al tema de las teorías conspirativas. No sólo porque se han puesto súbitamente de moda por causa del 11-M y su impresentable tratamiento por parte de algunos medios de prensa, algún partido político y cierta persona que hasta hace no mucho ponderaba flamígera desde la tribuna del Congreso, sino porque el fenómeno es interesante en sí, una expresión más de la deplorable tendencia humana a la comunión con ruedas de molino."

Las teorías conspirativas como usted les llama no se han puesto de moda. Es sencillamente que la realidad es difícil de entender, y las versiones que nos dan los gobiernos y las agencias de noticias simplemente inaceptables, y lógicamente la gente que tiene dos dedos de frente trata de encontrar respuestas satisfactorias. Por otro lado no de otra manera que teoría conspirativa es como debe llamarse a la versión oficial. De entrada, la actuación de los protagonistas es exactamente lo que quiere decir la palabra conspiración. Iremos viendo a lo largo del artículo que tal versión reúne todas las condiciones que se citan en este artículo para ser considerada conspiranoica.

"De hecho, me sorprende y me mosquea un poco que las organizaciones escépticas españolas ..."

le agradecería que me indicara que son las organizaciones escépticas

"... le den más importancia a las caras de Bélmez que a ese monumento a la credulidad en el que se ha convertido la teoría conspirativa sobre el 11-M. En privado algún comentarista escéptico me ha dicho que la razón de esto es que no quieren meterse en camisas de once varas políticas, dado el nivel de crispación existente. A mi juicio, hacen mal. Creo que los escépticos tenemos la obligación moral de salir al paso de la charlatanería en todas sus formas. Sin embargo, no les culpo. El ambiente está demasiado enrarecido, y el que sale al paso de los sectarios proponentes de esta teoría tiene que estar preparado para recibir todo tipo de improperios. Lo digo por experiencia: llevo desde que se publicó el pistoletazo inicial de la teoría conspirativa, el famoso artículo de Fernando Múgica en El Mundo, Los Agujeros Negros del 11-M, debatiendo con dichos sectarios."

De la misma manera, solo como escépticos se pude tildar correctamente a los que no creen la versión oficial, y en cambio a usted, que parece creerla, se le debe llamar crédulo. Porque se mire por donde se mire esa versión es verdaderamente increíble. Es increíble que una banda de moritos bien instalados en España con sus negocios casi todos sucios o trabajos bien establecidos, viviendo mucho más prósperamente que sus familias y compañeros de infancia que permanecen en sus paises de origen, se metan a terroristas arriesgando todo lo que han ganado. Increíble es que ese grupo de imposibles fanáticos, casi todos ellos continuamente seguidos por las diferentes policías españolas, puedan poner unas bombas en unos trenes y que no tengamos ninguna prueba mas fiable que las que nos han dado. Increible es que escogieran como procedimiento para ejecutar su imposible intención el meterse en unos trenes en una estación a la que habrían llegado en una furgoneta dejandose ver por un portero que los identifica esa misma mañana, y más increible todavía es que llevaran detonadores debajo de un asiento de esa furgoneta. Increible es que no haya regístros de vídeo de esos terroristas en el andén de la estación. Increible es que después del crimen no pusieran los pies en polvorosa, y que encima uno de ellos volviera tranquílamente a su tienda a seguir con su próspero negocio. Increible es que posteriormente unos cuantos de ellos se reunieran en un piso, se líasen a tiros y a cantar cánticos musulmantes. Increible es que sin un poderoso motivo la policía asalte la casa cuando no hay ningún rehen en peligro. Increible es que los moritos estuviaran decidídos a suicidarse pero solo lo hicieran cuando se produjo el asalto. Increible en fín son tantas cosas, que lo más increible es que haya una persona que se la crea y tenga la desfachatez de llamar crédulos a los que dudan de ellas. Si le parece que las explicaciónes alternativas que se ofrecen no son acertadas dígalo, y explique por qué, pero por favor, no nos trate de imbéciles haciéndos creer lo que no se puede creeer.

"En este pequeño ensayo intentaré demostrar que en el fondo todas las teorías conspirativas son similares: presentan siempre la misma estructura, obedecen siempre a pulsiones psicológicas similares, emplean los mismos errores metodológicas y las mismas falacias."

Veamos si lo consigue. Pero para eso tendría que establecer el nexo entre todas las teorías conspirativas que haría que la demostración de que algunas de ellas son eso, disparates, permite calificar a todas ellas como disparates. Y más aún, tendría que explicar porqué las teorías que después se han demostrado verdaderas (el GAL sin ir más lejos), no demuestran que no todas son similares.

"Toda teoría conspirativa comienza con un principio básico: el crédulo, al que llamaremos conspiranoico, se convence previamente de una verdad dogmática, que invariablemente coincide con deseos, temores y prejuicios propios, que suelen ser profundos e intensos. Es decir, el conspiranoico confunde la realidad con sus deseos. Formulemos entonces el Primer Principio de la Conspiranoia:


1.Convencimiento previo de una verdad dogmática


Cómo llega a este convencimiento previo sería materia de una interesante tesis sobre psicología, aunque por supuesto cada teoría conspirativa tendrá motivaciones distintas. Carl Sagan, por ejemplo, apuntaba sagazmente --si se me permite el calambur-- que los extraterrestres habían venido a sustituir en la imaginación popular a los íncubos en los que ya nadie, en el siglo XX, podía creer racionalmente: ambos expresarían los mismos miedos arquetípicos, la misma capacidad fabuladora, cubriendo la misma necesidad psicológica.

Alguno objetará, con razón, que con el Primer Principio me estoy olvidando de otro tipo de conspiranoico: no el crédulo sino el cínico, el que miente a sabiendas, el que pergeña toda una teoría delirante sabiendo perfectamente que es falsa. Concedamos que existe este individuo, pero reconozcamos también que es poco interesante y menos frecuente de lo que parecería: muchos charlatanes están convencidos en algún grado de que sus supercherías son verdaderas. Y además, es mucho más apasionante el estudio del autoengaño que el de la mentira."

Es obvio que el dogmático es usted. Esta afirmación solo se puede hacer de aquellas teorías que a la postre resulta que coinciden con la descripción. El que haya crédulos como usted que dan por bueno todo lo que le cuenta el gobierno, o un partido político, o unos organismos policiales determinados no demuestra que todos los que dudan lo hacen irracionalemente. Solo demostrando que alguien se equivoca permite afirmar que lo hace.

"El hecho es que, una vez convencido, el conspiranoico utiliza todos los recursos posibles para autoconvencerse aún más de que tiene razón. Cierra las puertas al espíritu crítico, hace oídos sordos a las evidencias contrarias, por abrumadoras que sean, cancela el sentido común y se dedica a frecuentar sólo las fuentes "confiables", que son por supuesto las que apoyan la teoría conspirativa. En particular, su valoración de los indicios será altamente selectiva, dando una importancia extraordinaria, sobrevaluada, a aquéllos que parecen apoyar su teoría, por más tenues que éstos sean (y necesariamente son tenues, ya que si no lo fuesen la teoría conspirativa dejaría de serlo y se convertiría en una teoría seria y respetable), al tiempo que se devalúan o de plano se ignoran los que impugnan o refutan la teoría. Enunciemos el Segundo Principio de la Conspiranoia:


2. Valoración diferencial de indicios según su adecuación a la idea preconcebida


No puedo enfatizar suficientemente este punto. La valoración diferencial de indicios es el núcleo de toda teoría conspirativa que se respete. Por ejemplo, digamos que estamos empeñados en demostrar que la bomba no detonada del 11-M, la famosa "mochila de Vallecas", es en realidad un señuelo. Es importante entonces buscar cualquier nimia diferencia entre dicha mochila y lo que se sabe sobre las bombas que sí estallaron, y darle la máxima importancia a dicha diferencia, mientras que se silencian las similitudes y las opiniones de los expertos que reiteradamente han dicho que están convencidos de que las bombas eran iguales. Esto se hace además invariablemente con un lenguaje emotivo, cargado de parcialidad. Pero ya llegaremos al tema del lenguaje más adelante. Quedémonos ahora con esa idea de la valoración diferencial."

Las diferencias no eran nimias, ni menos aún se puede decir que los expertos dijeron que eran iguales sencíllamente porque de las que explotaron no quedó ni rastro, lo que hace imposible la comparación. Tan no dejaron rastro que la deducción natural es pensar que las únicas mochilas existentes en la realidad fueron las que explotó la policía después del atentado y la de Vallecas. El hecho de que usted de por sentado que existieron otras lo confirma como crédulo. Y no me argumente contra esto que yo soy un conspiranoico. Mi razonamiento solo se podrá demostrar equivocado si me demuestra que existe un solo resto de las mochilas que según la versión oficial explotaron en los trenes..

"En el caso de la mochila de Vallecas, será necesario enfatizar que los cables eran de distinto color que la de otra bomba examinada en la estación de El Pozo que finalmente fue detonada, que se utilizó un recipiente distinto en ambos dispositivos, que el calibre de los clavos usados como metralla era distinto, que las muestras de los explosivos presentan alguna sustancia distinta... todos ellos detalles que, de ser ciertos, en ningún momento parecen significativos y que, sobre todo, admiten multitud de explicaciones racionales y nada conspirativas, pero que los conspiranoicos consideran evidencia poderosísima de la diferencia esencial entre ambos dispositivos. Poco importa que los Tedax --los expertos artificieros de la Policía-- hayan informado pericialmente al juez de instrucción que consideran todos los dispositivos iguales. Poco importa que existan esas explicaciones alternativas. Cuando uno está convencido de que la mochila es un señuelo, estos pequeños datos sobrevaluados más allá de toda racionalidad son suficientes, y se llega de hecho a la conclusión contraria a la que dictaría el sentido común: si la mochila es un señuelo y el jefe de Tedax lo niega, ¡entonces es seguro que el jefe de Tedax mienta! No importa el currículum profesional del Sr. Sánchez Manzano, que tal es el nombre del infortunado funcionario calumniado cada vez con mayor audacia. No importa que el hombre se haya jugado la vida infinidad de veces desactivando bombas. La única conclusión posible es, invariablemente, la menos lógica, y en este caso particular, la más infame."

En cuanto a las diferencias entre las que explotaron los TEDAX y la de Vallecas, la cuestión de las diferencias que presentan es una cuestión relativa. A usted le pueden parecer nimias, pero eso solo se confirmaría cuando se demostrase positivamente que ambas se hicieron en la misma fábrica. Y eso no se ha demostrado. Con respecto al jefe de los TEDAX, es obvio que es una persona humana y por tanto capaz de mentir. El hecho de que sea un servidor de la ley no garantiza su honorabilidad. Y si tiene dudas sobre esto, repase otra vez la historia de los GAL. Por ejémplo, porque si quiere puede econtrar casos a miles de policías que mienten ante un juez. Así que no pretenda demostrar que las bombas eran iguales solo porque hay un informe pericial. Y si aún así quiere utilizarlo como pruaba, por favor, reproduzca el texto, o suministre un modo de llegar a él, y veremos como la afirmación de los TEDAX es todo menos concluyente y de confianza. Le recuerdo que se suponía que esos TEDAX tenían que haber desactivado las mochilas que aparecieron sin estallar, y sin embargo provocaron su destrucción. No haré comentarios sobre el hecho de después de esa destrucción de pruebas de capital importancia para la investigación la aparición de la mochila de Vallecas resultó providencial. Simplemente me contentaré con que usted acepte que incluso en el caso de que la destrucción fuera provocada por la dificultad intrínseca de la tarea (curiosamente la de Vallecas la desctivó otro TEDAX en un parque público después de trasladarla en un vehículo, despreciando todos los peligros que se derivaban de esa posible dificultad de la desactivación), el jefe de los TEDAX debió de sentir la tentación de alterar de alguna manera la realidad para ocultar la incapacidad de sus hombres. Y eso en el caso de que efectívamente fuera muy dificil, que si resulta que fue impericia, no digamos. Y ya para que pensar si fue mala fé.

"En cambio la evidencia de verdad, la que valoran los investigadores profesionales, y que invariablemente refuta la teoría conspirativa, es descartada, devaluada o ignorada. Así, en el caso de la famosa mochila se privilegia el supuesto hallazgo de metenamina en la furgoneta de Alcalá de Henares versus la ausencia de metenamina en la mochila de Vallecas, construyendo toda una teoría sobre explosivos distintos en uno y otro caso, pero se omite por completo que el resto de compuestos encontrados no sólo son idénticos, sino que demostrablemente tienen el mismo origen. Tal uso selectivo de datos es tan escandoloso que cuesta trabajo aceptar que exista gente que no descubra el doble rasero; y sin embargo, haberlos haylos, y son muchos."

Cualquier teoría tiene sus fallos, como cualquier otra fábrica humana. El atentado del 11M y los sucesos relacionados con él son suficientemente complejos como para que las teorías que tratan de dar una explicación racional alternativa tengan diversos componentes, muchos de ellos solo relatívamente relevantes para la explicación general. El que alguno de esos componentes se demuestre equivocado no invalidad el resto de los componentes, y menos aún, ratifica la versión oficial. Esta solo puede ser ratificada demostrando como válidos sus componenetes esenciales. Pero es que encima no demuestra usted la veracidad de la evidencia que presentan los investigadores profesionales como usted les llama.

"Hemos visto que como parte de esta estrategia retórica, es necesario tomar el más mínimo dato y convertirlo en evidencia de que lo que sostenemos es verdad. Esta promoción de dato a evidencia, cuando no a prueba irrefutable, es imprescindible porque las teorías conspirativas invariablemente se cimentan en humo. Como ya he dicho arriba, si no fuese así, dejarían de ser teorías conspirativas y se volverían serias y respetables."

Perdone, pero no lo hemos visto. Simplemente usted lo ha dicho, pero no lo hemos visto. Y las teorías conspirativas no se fundamentan en humo, a menos que usted lo demuestre. Y ya le he dicho que si demuestra usted que una está fundamentada en el humo, con eso no consigue demostrar que todas lo estén. Dígame, por favor, cual es la demostración de que una decena de mochilas explotraron en los trenes, y no fue otra cosa lo que explotó. Simplemente por favor dígame en que se fundamenta la teoría oficial para decir que lo que explotó en los trenes fue la dinamita que salió de Asturias. Porque para cualquiera que lo mire con un poco de atención se le ocurre que ni una cosa ni otra son ciertas. Deme datos, por favor, no acusaciones de conspiratividad.

"Continuemos. Una vez clasificados los datos en confiables (los que apoyan la tesis) y descartables (los que la refutan), el siguiente paso es la argumentación. Ésta hace uso de toda la panoplia de trampas retóricas y falacias lógicas que el ser humano ha acumulado desde tiempos de los sofistas, pero hay dos en particular que me interesa destacar.

El recurso retórico fundamental del conspiranoico es la apelación a la incredulidad. Tiene que convencernos de que la versión "oficial" es falsa. Y como no tiene datos que permitan concluir claramente tal extremo, su única oportunidad es exponer las tesis de dicha versión de la forma más ridícula posible, haciendo nuevamente uso de dosis abrumadoras del lenguaje emotivo y parcial. Típicamente este argumento será planteado mayéuticamente, haciendo preguntas dirigidas cuya conclusión parece inescapable."

Aquí ya empiezo a perder la paciencia con usted. No se trata ni siquiera de decir que sea falsa. Senciallamente es increible. Por favor, dígame simplemente como es posible identificar a los individuos que aparecen en el vídeo reivindicativo de los tipos con metralletas, como parece que ha hizo en su día la policía.

"Un ejemplo típico: "¿Resulta verosímil que el terrorista se baje del tren abandonando una mochila a la vista, entre dos asientos enfrentados?" Fijémonos en el lenguaje intencionado, parcial, que fuerza la única respuesta aparentemente posible: evidentemente, no. Nótese que es importante descartar cualquier otra posibilidad: ésa es la esencia de la apelación a la incredulidad, el mismo argumento, por cierto, que usan los creacionistas --¿para qué sirve medio ojo?--, los ufólogos --¿qué otra cosa puede ser esta foto sino un platillo volante?-- y todos los conspiranoicos. Pero a poco que pensemos, nos damos cuenta de que la conclusión alternativa es, cuando menos, perfectamente posible, perfectamente verosímil. Nuevamente, existen muchas explicaciones por completo racionales que el conspiranoico pretende que descartemos de un plumazo, porque en el momento en que no las descartemos su teoría, que él pretende presentar como la única posible, se convierte en una explicación más, una explicación que comparada con otras más racionales aparece tal como es: totalmente delirante."

Dígame que tiene de delirante el creer que quién está detrás de los atentados del 11M está interesado en promover el odio a una cultura imperante en paises ricos en recursos naturales, odio que permite movilizar a un país a hacer la guerra a los dirigentes de esos paises. Digame que no sabe usted que los paises, a lo largo de la historia, han lanzado guerras de conquista para justificar las cuales se han inventado historias y que incluso han desestabilizado sociedades y asesinado individuos provocando de esa forma la crisis necesaria. Y cuando hablo de guerras de conquistas me ciño a un caso concreto ente otros muchos relacionados con la adquisición de poder en general. Solo le recordaré el caso de la explosión del crucero Maine, en La Habana, por ser un caso que afectó a este pais que nos ha visto nacer. Le recuerdo que en los EEUU no tuvieron ningún empacho en acusar a España de haber colocado una bomba, lo cual además de ser simplemente mentira, no tenía lógica ninguna. Si no sabe usted acerca de esto, haga el favor de abstenerse de opinar sobre lo que es delirante y lo que no lo es. El que no esté demostrado que el 11M sea un caso como el que se describe al comienzo de este párrafo no demuestra que tenga nada de delirante el considerar la posibilidad de que lo sea.

" Enunciemos el Tercer Principio de la Conspiranoia:


3. Apelación a la incredulidad respecto a la teoría "oficial" para forzar la única conclusión supuestamente posible.


La apelación a la incredulidad suele ir casi siempre acompañada de otra falacia lógica muy común: el falso dilema, que omite artificialmente, sin ningún argumento, varias de las posibles explicaciones de un hecho, a fin de eliminar todas las que no interesan al expositor. Hecho esto, se argumenta contra las alternativas sobrevivientes (típicamente sólo una) para irlas descartando una a una demostrando su falsedad, forzando así una conclusión que parece inescapable sobre la verdad de la última alternativa sobreviviente, pero que en realidad sólo lo es por la omisión a priori de otras alternativas más razonables. Un ejemplo típico: "No sé qué me preocupa más: si que no hubiera metralla en los trenes o que la hubiera y se lo hayan ocultado al juez." Hombre, otra posibilidad, por supuesto, es que sí la hubiera y que tal extremo no se haya ocultado al juez... pero claro, esa posibilidad es poco interesante para un conspiranoico.

Otro ejemplo: "O el gobierno de EEUU no oculta nada en Roswell o lo que oculta es un OVNI; como he demostrado que sí oculta algo, lo que oculta es un OVNI."

Me temo que lo que han dicho hasta la fecha el señor Múgica y el señor del Pino, a los que si no entiendo mal usted considera conspirativos, no cuadran con esta descripción. Ellos sencillamente señalan las de indicios que impiden creer la versión oficial, y ofrecen explicaciones alternativas sin pretender tener la solución. Incluso en el caso de que en realidad estén a punto de cometer la falacia que usted señala, cosa que todavía no han mostrado. Lo que demustra quién es falaz es usted.

"Lo más sorprendente de la apelación a la incredulidad es lo altamente selectiva que es. A Luis Del Pino, por ejemplo, autor de la frase que consigno sobre el terrorista que hace algo supuestamente inverosímil, esta conducta le parece totalmente inverosímil... pero le parece verosímil que el jefe de Tedax mienta y sea parte de una conspiración infiltrada en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para llevar al PSOE al poder, contando con decenas o cientos de policías, guardias civiles y agentes del CNI que en vez de obeceder a sus mandos obedecen al PSOE; le parece verosímil que la mochila de Vallecas haya sido plantada como señuelo para dirigir la investigación hacia unas "cabezas de turco", y que esto es sólo un paso en una larga secuencia de eventos perfectamente planeados para así engañar al ministro del Interior y hacerle aparecer en público como mentiroso, ministro cuya conducta minuto a minuto responde exactamente a la predicción que de la misma habían hecho los conspiradores, que manejan a su antojo las reacciones de todos los miembros del gobierno, como si fueran marionetas; le parece verosímil que dichos conspiradores hayan predicho con absoluta precisión cuántos de los votos necesarios para que el PSOE superara al PP podrían obtenerse mediante este engaño; le parece verosímil que un partido democrático, el que ha ganado mayor número de elecciones y mayorías absolutas en España, arriesgue todo para conquistar el poder una sola vez, sabiendo que tendrá que volver a someterse al veredicto de las urnas tan sólo cuatro años después. En una palabra, le parece verosímil una conspiración tan compleja, absurda en sus motivaciones e increíblemente riesgosa, que nunca en la Historia se ha intentado algo que se le asemeje aunque sea un poco."

Obviamente, y como anuncié en un principio, es su propia teoría la que cumple los requisitos para ser calificada de conspiranoica. Se inventa usted descaradamente que Luis del Pino dice que el jefe de los TEDAX forma parte de una conspiración de decenas o cientos de policías etc, etc. Me parece que es usted el que ante la sucesión de datos que demuestran que la teoría oficial es conspirativa, achaca usted a las afirmaciones que lo demuestran implicaciones que son solo una posibilidad. Y repito que en al caso de que Luis del Pino piense lo que usted, sin razones para hacerlo, dice que dice, solo demostraría que él es un conspiranoico. Pero nó que la versión oficial no lo es. Porque es igual de disparatada que lo de las decenas de policías etc, etc, etc. Y aprovecho para decirle que entre las muchas explicaciones alternativas posibles, hay mas de una que no requiere esa cantidad de figurantes policiales.

"Lo cual nos lleva al Cuarto Principio de la Conspiranoia:


4. Omisión de extracción de ciertas conclusiones lógicas (o más bien, ilógicas) de la teoría conspirativa, a fin de no tener que reconocer su inverosimilitud.


A estas alturas, es importante que aclaremos por qué entrecomillamos "oficial". Y es que el conspiranoico tiene que dar una razón de por qué la verdad la conoce sólo él y un selecto grupo de insobornables iniciados, por qué esa verdad no ha sido admitida públicamente por todos. Y esa razón, por supuesto, es que existe una conspiración de silencio para acallar la verdad. ¿Se explicaría de otra forma que todos menos los conspiranoicos, en el caso del 11-M, policías, guardias civiles, el juez de instrucción, los Tedax, el CNI, el gobierno, la mayoría de los medios nacionales y la totalidad de los internacionales, y millones de ciudadanos mantengamos que la verdad "oficial" es, simplemente, la verdad sin adjetivos? Ya sea por maldad o por estupidez, todos estas personas forman parte de una red cómplice de encubrimiento que conspira para que la Verdad no salga a la luz. Esta explicación tiene la enorme virtud de investir al conspiranoico de un manto de heroicidad épica: él, con los otros iniciados que sí quieren conocer la Verdad --a diferencia de nosotros-- tienen la misión casi sagrada de difundir la Verdad ante todos los obstáculos que nosotros, malvados o estúpidos, pongamos en su camino. No es extraño que la luz del fanatismo brille en los ojos conspiranoicos. No sólo están convencidos de tener razón, sino que tienen una Misión, una yihad. Enunciemos entonces el Quinto Principio de la Conspiranoia:


5. Postulado de una conspiración de silencio para acallar la Verdad


Nótese que, nuevamente, tal característica es compartida por ufólogos --el gobierno de EE.UU. sabe que existen OVNIS pero lo oculta para no causar pánico en la población-- y por creacionistas (el darwinismo es una teoría pergeñada por ateos para corromper moralmente a la sociedad, y no les a esos ateos interesa que se sepa la verdad)."

En fin, que se está usted cubriendo de gloria. Una vez mas comete usted el mismo error que dice descubrir en los conspirativo considerando su deducción la única posible cuando existen otras explicaciones a los hechos tal como los hemos conocido. No es necesario que exista una conspiración gigantesca de silencio para demostrar que la versión oficial es inaceptable y por tanto que el gobierno tiene que explicarnos porqué la sostiene. Basta con comprender que quizá muy poca gente sabe realmente lo que realmente pasó. Ya al principio le he indicado que es sencillamente increible que los moritos delincuentes comunes se convirtieran de la noche a la mañana en sofisticados terroristas capaces de montar el atentado en cuestión, y sin embargo hay pistas (no les puedo llamar de otra manera) que parecen indicarlo. Dado que es increible, y en espera de que se presenten las pruebas que lo convierten en creible, la explicación mas lógica (no la única posible, pero sí la mas lógica con mucha diferencia), es que quién lo hizo es tan capaz que no solo cometió el crimen, sino que plantó todas esas pruebas que incriminaron a los moritos, que es de lo que se trataba (y de paso distrae a la gente corriente de tratar de descubrir al verdadero asesino). Examine usted cuales son esas pistas que incriminan a los moritos y verá que no son tan complicadas de plantar por un grupo especializado de personas relativamente poco numeroso, y que con toda probabilidad la actuación de la gran parte de los actores locales (policías, TEDAX, políticos, jueces, etc, etc, etc), está motivada por la aceptación de esas pruebas como válidas. Si esa aceptación es completamente inocente (ingenua mas bien) o más bien interesada es otra cuestión que, una vez mas, no descarta la posibilidad de que esta sea la explicación.

"Cuando señalo a los conspiranoicos del 11-M que me parece sorprendente que ningún medio internacional, absolutamente ninguno, ni siquiera los de su cuerda ideológica, se han hecho ecos de las "sensacionales revelaciones" de El Mundo y Libertad Digital, y que sería bastante poco probable que absolutamente todos esos medios internacionales fueran parte de la conspiración, se me responde que desde que gobierna Zapatero España ha dejado de importar en el mundo, ¡y que el silencio es culpa de esa indiferencia! ¡Como si ningún periodista extranjero se interesara en el mayor escándalo político de la historia de Europa Occidental, que hubo un golpe de Estado disfrazado el 14-M!"

Los medios internacionales como usted les llama beben todos de las mismas fuentes. Por eso no es extraño que aceptada la versión oficial por uno, aceptada por todo. Pero es que además resulta que precisamente eso nos indica por donde deben andar los criminales. Quienes lo hicieron son capaces de controlar esos nodos relativamente pequeños en donde se generan las noticias que tienen difusión internacional. Por otro lado tenga usted en cuenta que los lectores o videntes de esos medios viven inmersos en sus propios problemas, y que las noticias que vienen de otros ámbitos tienen que competir con las otras múchas de otros ámbitos difierentes. Y que si existe una impresión generalizada que Alcaeda mata por el mundo adelante, y no llegándoles los detalles locales que hacen dudar a quienes pueden interpretarlos sin demasiado esfuerzo, pues aceptan la explicación que se les dá. Repito que precísamente esto nos da una indicación bastante buena de quién cometió el atentado. Recuerde que estamos en guerra, y el primer y más importante arma de las guerras es la información. Y que la primera baja de las guerras es siempre la verdad. ¿Qué no es cierto que estamos en guerra?. Si es eso lo que usted está pensando, despierte hombre, despierte.

"Lo cual, por supuesto, nos lleva al Sexto Principio de la Conspiranoia:


6. Utilización de explicaciones ad hoc para explicar lo inexplicable.


Aquí llegamos a otro de los elementos más interesantes de una teoría conspiranoica: la necesidad de inventar explicaciones para cada hecho individual que no casa con la teoría. Así, cada vez que uno pone una objeción a la teoría conspirativa, los conspiranoicos tienen una explicación que no tiene nada que ver con el resto de la teoría, como se ve claramente en el caso de los periodistas extranjeros. Tales explicaciones ad hoc se van multiplicando: se nos explica que lo que todos vimos en la televisión como el suicidio de Leganés realmente no fue un suicidio, porque admitir el suicidio lleva casi necesariamente a que los que se suicidaron no eran cabezas de turco, sino terroristas. Así que hay que explicar el hecho como un asesinato encubierto, por supuesto sin tener el más mínimo indicio. Y así ad nauseam."

Quizá usted estaba allí y vio lo que no vimos los demás, pero le aseguro que la única razón que tengo para pensar que lo de Leganés fue un suicidio son los informes oficiales. Yo lo único que vi u oí fue una explosión en un piso. Si usted cree que eso es ver un suicidio, que Dios le conserve al vista. De hecho es la explicación oficial la que acude al recurso que usted describe. Por ejemplo con la profanación del cadaver del GEO Torrenteras. Como tal hecho no casa con el de que los terroristas se suicidaron y por lo tanto no estaban para excursiones nocturnas, ni siquiera aunque fueran a un cementerio, pues entonces la explicación oficial da un giro y nos dice que es un ritual islámico de lo más corriente. En fín, allá usted si se lo cree. Pero no puede evitar que yo lo considere un crédulo. Yo seguiré esperando la aclaración de ese caso para creerme lo que me dicen que me tengo que creer. No me cabe duda que esperaré en vano. Por favor, avísemene si se avanza algo en la investigación.

"El problema, claro, es evidente para cualquiera con algo de formación científica: al acumular explicaciones ad hoc, se está violando el principio de la navaja de Occam, o principio de parsimonia, que nos pide precisamente que no multipliquemos las explicaciones, o, en otra formulación, que ante dos teorías que explican el mismo conjunto de hechos, hay que preferir siempre la teoría más sencilla. Ni qué decir tiene que todas las teorías conspirativas, al multiplicar las explicaciones y ser invariablemente mucho más complejas y prolijas que las alternativas, violan el principio de la navaja de Occam. Contrastemos este comportamiento de las complejísimas teorías conspirativas, que requieren ríos de tinta para explicarse, con las teorías científicas más exitosas, que pueden expresarse en muy pocas palabras, y sin casi ningún otro argumento podremos determinar dónde es más probable que se encuentre la verdad: la realidad es menos compleja de lo que los conspiranocis creen que es. O dicho de otra forma, si la explicación es demasiado complicada, casi seguramente está mal."

Mire, guárdese la navaja de Occam para mejor ocasión. Tiene el filo absolutamente oxidado.

"Sigamos. Otra falacia lógica que merece ser elevada a la categoría de principio es la conversión de hipótesis en hechos probados. Ésta es una falacia sutil e interesante. Se comienza postulando un condicional, por ejemplo: "si el PSOE sabía previamente del ataque y no sólo no dijo nada sino que lo aprovechó para ganar las elecciones, entonces el PSOE dio un golpe de Estado virtual el 14-M." Hombre, se podría aceptar que este condicional es válido, pero el problema es que el antecedente del condicional no sólo no se ha probado, no sólo no se ha provisto siquiera un átomo de evidencia o el más tenue de los indicios, sino que es extremadamente improbable. Sin embargo, el conspiranoico ya ha logrado deslizar la insinuación que quería hacer. ¿Quién puede culparle de empezar a razonar sobre lo que pasaría si el PSOE hubiese sabido con antelación que se produciría un ataque? Ya sabemos que está especulando, pero dejemos que lo haga, no ha afirmado que sea cierto, sólo está suponiéndolo por un momento para ver a dónde le lleva el razonamiento. Claro, el problema es que tres páginas después al conspiranoico se le ha "olvidado" que su hipótesis no era más que eso, una hipótesis sin pruebas, y comienza a utilizarla como una hecho probado, posiblemente confiando en que el lector haya olvidado a su vez que la hipótesis nunca fue probada. Veamos un claro ejemplo en un artículo de Del Pino."

Otra vez describe usted las falacias de la versión oficial. Ya le he pedido que me demuestre que es un hecho probado que se usó dinamita en mochilas como explosivo en los trenes.

"Primero Del Pino insinúa, sin probarla, una posible causa de que ciertos detenidos hayan tenido un trato "exquisito":

La dueña de la casa (que contaba con una buena abogada, Yamila Pardo) ni siquiera llegó a estar detenida en ningún momento. En cuanto a los dos intermediarios sirios, fueron detenidos el 29 de marzo de 2004 y liberados tres días después. En su declaración ante la Policía, realizada en perfecto castellano, Mohamed (el hermano del terrorista Abu Nidal) saca hábilmente a colación a Jadicha Candela, cuñada de Joaquín Almunia --ex secretario general del PSOE-- y madre de Yamila Pardo.

Pocos párrafos después, la posibilidad de que la influencia de Almunia haya modificado el trato a los prisioneros se convierte en certeza:

"si eso es la democracia, ¿cómo llamamos a ese otro régimen en el que, si la Policía llama a tu puerta a las seis de la tarde,, tienes cinco o diez minutos para quemar los papeles comprometedores, aunque seas un presunto terrorista... siempre que conozcas a las personas adecuadas?"

Huelga decir que entre una y otra frases no existe ninguna otro argumento que permita transformar la posibilidad en certeza.

Una falacia lógica que se asemeja mucho en estructura e intención a ésta es la de la pregunta compleja. Se formula una pregunta de forma tal que al contestarla nos veamos obligados a aceptar una premisa que nunca se ha probado pero que queda asumida en la propia pregunta. Veamos algunos ejemplos, ambos de Del Pino, para quien esta falacia es un recurso favorito:

¿Por qué se dio la orden de abrir el candado, librando a ese comando del mortal abrazo policial?

¿Quién protegía en el País Vasco las actividades de El Chino?

En el primer caso tenemos como premisa no probada pero asumida el hecho de que alguien haya dado esa orden "de abrir el candado". En el segundo, el hecho de que alguien protegía a El Chino. Por supuesto, Del Pino no da el menor átomo de evidencia de que ninguna de estas premisas tenga base."

Perdone pero lo suyo es un caso de credulidad ciega. Las conspiraciones existen, de todos los tipos y colores, y casi todas ellas incluyen un mecanismo de distracción, pistas falsas y ocultación de pruebas. En el camino de descubrir tales conspiraciones, sobre todo en las más complejas y mejor elaboradas, no hay mas remedio que utilizar la lógica para guiarse, aunque esa lógica no sea completamente rigurosa. Es usted quién ha sugerido que antes varias explicaciones alternativas se debe optar por la más simple, lo que yo no comparto. En ausencia de pruebas indiscutibles se debe optar por la versión más verosímil, sin descartar otras. En este caso es obvio que la explicación mas verosimil a los hechos descritos es que alguien dio la orden de abrir el candado. Si este fuera el único hecho que hace sospechar de la versión oficial cabría aceptar que no es la más probable. Si nos parece que aquí hay gato encerrado (y solo los ciegos y los que no tienen interés en ver, o sea, los que se creen la versión oficial que son efectivamente muchos no lo creen) es completamente aceptable que consideremos que los más probable es que alguien diera esa orden.

"Hay un tercer tipo de falacia que podríamos agrupar con las dos anteriores. Consiste en asumir una premisa implícita, nunca formulada, como cierta. Por ejemplo, cuando Del Pino afirma la presencia de metenamina como prueba indudable de que existían explosivos de origen militar, hay varias premisas implícitas, por ejemplo que la metenamina no puede fabricarse artesanalmente y que la presencia de metenamina conlleva necesariamente la de RDX, el explosivo que se fabrica a partir de ella.

Tenemos también la petitio principii o argumento circular, en el que se supone lo que se quiere demostrar, y para terminar esta sección, hagamos notar que muchas veces los conspiranoicos ni siquiera se molestan en estructurar sus falacias de las formas anteriormente expuestas. Les basta ir acumulando insinuaciones nunca demostradas para dar la impresión de que la simple acumulación de preguntas e insinuaciones es tan formidable que algo de razón debe tener la teoría. Veamos un ejemplo:


"el comando de Virgen del Coro se libra del cerco policial exactamente el mismo día en que ETA declara su tregua parcial en Cataluña"

¿Esto quiere decir algo? Del Pino no nos lo dice, y yo no puedo imaginar que trascendencia puede llegar a tener esta coincidencia. Pero claro, aunque sea agua de borrajas, ya queda como insinuación, como enigma a resolver, acumulándose a los cientos de supuestos misterios anteriores y posteriores. Un foro de Internet famosamente formuló 192 preguntas (casualmente una por cada víctima mortal, hecho que revela en sí mismo la artificiosidad de las preguntas) que seguían el patrón mencionado: acumulación de insinuaciones sin probar, con muchas de las preguntas suponiendo una respuesta definida a preguntas anteriores, y por tanto cayendo en la falacia de promoción de hipótesis a hecho probado. Pedro J. Ramírez compiló una lista similar y similarmente falaz."

En fin, he dado un salto para ahorrar un poco de esfuerzo. Me limitaré aquí a reseñar una vez más que para dar por buena la versión oficial hay que cometer las mismas falacias que usted describe en la explicación de del Pino. Y que los errores parciales de una teoría determinada no demuestran que esta está totalmente equivocada, ni menos aún ratifican ninguna otra.

"Respecto a este punto es interesante señalar que muchas veces esas insinuaciones se contradicen entre sí. ¿Hace eso que el conspiranoico, al avanzar una nueva insinuación o hipótesis, retracte las anteriores que son incompatibles con la nueva? Huelga decir que no. La coherencia no es una de las virtudes de los conspiranoicos, como podrá constatar quien lea el artículo original de Múgica, que logra la rara proeza de contradecirse a sí mismo dentro del propio cuerpo del artículo.

Así tenemos el Séptimo Principio de la Conspiranoia:


7. Conversión de hipótesis y premisas implícitas en hechos probados y acumulación de insinuaciones.


Tranquilos, que ya falta poco. He hablado ya varias veces de cómo todas estas falacias suelen ser acompañadas retóricamente de un lenguaje emotivo, cargado de parcialidad, lleno de juicios de intenciones y descripción de sentimientos que es imposible que el autor conozca, que ya nos sugiere no tan sutilmente que si no aceptamos sus conclusiones somos más tontos que Pichote, ya nos intenta transmitir la indignación que el autor dice sentir por el evidente encubrimiento de la verdad, ya intenta dirigirnos a una conclusión a través de la ridiculización de las alternativas (argumentum ad ridiculum):"

Por enésima vez, es usted el primero que utiliza el recurso ese del Pichote acusando a los que no creen la versión oficial de ser crédulos

""¿es posible creer que cuatro moritos pringaos hayan podido realizar este atentado?"

"¿por qué la providencial y sospechosa mochila fue llevada al IFEMA"?

Otros ejemplos del invaluable señor Del Pino:

"El atentado del pasado 7-J en Londres ha vuelto a plantear ante la opinión pública, para consternación del gobierno"

¿Prueba Del Pino en algún sitio que hubo consternación del gobierno? ¿Quieren ustedes adivinar?

"Pero Houdini era un vulgar aficionado comparado con los supuestos terroristas del 11-M."

"el jefe de la trama mercenaria del 11-M"

"nadie se había dignado a explicar a los españoles"

"Si hay silencios clamorosos, el del Gobierno de Zapatero está rozando ya el estruendo"

"¿Verdad que es enternecedor? La Policía va a registrar el domicilio de una persona detenida por su presunta implicación en los atentados del 11-M...¡Admirable y civilizado comportamiento policial!"

Estos ejemplos están tomados prácticamente al azar, lo cual da una idea de cómo están plagados los artículos de Del Pino (y los de Múgica, lo que sucede es que los de Del Pino los tengo más a mano) de este tipo de lenguaje intencionado, por no hablar de la evidente falta deontológica que representa el mezclar opinión con información, como queda claro en varias de las citas anteriores."

Efectivamente , el mentor supremo de la versión oficial, el señor Rodríguez, presidente de un gobierno responsable de explicarnos la realidad de lo que pasó, utiliza exactamente ese lenguaje en apoyo de la inaceptable versión en la que se basa su cargo.


"Octavo Principio de la Conspiranoia:


8. Utilización de lenguaje emotivo, cargado de parcialidad, dirigido y lleno de juicios de intenciones.

Finalmente, los conspiranoicos recurren a todo tipo de falacias para argumentar sus puntos. Yo me he encontrado con:

a) Non sequitur o saltos lógicos a conclusiones inatingentes: Un terrorista fue encontrado bajo un colchón en Leganés, luego es muy posible que los terroristas no se suicidaran.

b) Argumentum ad verecundiam o apelación a la autoridad:"El Mundo" es un diario prestigioso que destapó lo de los GAL, no creo que se equivoque en esta ocasión.

c) Argumentum ad hominem, el ataque a la circunstancia personal del ponente y no a las ideas que expone: "usted es suciolisto, por eso dice lo que dice"; "lo que usted dice es la línea oficial de Rubalcaba"; "los suyos son peores que los míos", etc, etc, etc. por no hablar de los arteros ataques personales contra personas como el Sr. Sánchez Manzano, a quien Del Pino acusa de mentiroso con todas sus letras.

d) Todas las que ya han sido mencionadas en puntos anteriores: falso dilema, petitio principii, pregunta compleja...

Sería demasiado prolijo plantear todas las falacias que me he encontrado, y probablemente excesivo a estas alturas, en la medida en que tendría que seguir dando ejemplos. Basten entonces todas las anteriores, que son muchas, para convencernos de que podemos formular el Noveno Principio de la Conspiranoia:


9. Utilización de todo tipo de falacias lógicas para apoyar las tesis conspirativas.


Llegado a este punto, sólo me queda reflexionar un poco sobre la psicología que subyace a la teoría conspiranoica del 11-M. Como hemos dicho, el paso esencial es el primero, formular una verdad dogmática.

¿Qué impele a tanta gente a creerse esa verdad? Tenemos un grupo de personas completamente convencidas de que los resultados electorales del 14-M son una injusticia. No entraré a valorar ahora cuánto se equivocan. Conformémonos con el hecho de que existe la sensación de agravio. Ahora, digamos que alguien llega con una idea: "no sólo perdimos injustamente, sino que fuimos objeto de una conspiración para derribar el gobierno" Fijémonos que este "alguien" no tiene aún elementos medianamente objetivos para argumentar lo que dice, pero lo hace de todos modos.

La idea de que hay una conspiración es un bálsamo instantáneo para el espíritu: evita la autocrítica (nosotros no hicimos nada mal), le da sentido a algo horrible que no parece tener sentido (la masacre del 11-M), y, sobre todo, CONFIRMA LOS PREJUICIOS. Resultado: miles de personas convencidas. Qué fácil es confundir los deseos con la realidad. Qué fácil comulgar con ruedas de molino cuando esas ruedas tienen buen sabor para nosotros."


Me ahorro en entrar en detalles sobre estos últimos párrafos porque son una improcende repetición de argumentos ya empleados mas arriba.

Señor Areán, tildar de conspirativa una teoría que trata de dar respuesta a una situación compleja, para la que se ha ofrecido una explicación inaceptable, solo demuestra que o es usted un ingénuo integral, o está interesado en mantener la mentira ofrecida. Demuestre usted que existen pruebas para sostener la versión oficial, y habrá usted derrotado en buena lid todas las teorías conspirativas. Pero si todo lo que hace es acusarlas de la forma como usted hace, sin demostrar verdaderamente en que se equivocan, y escogiendo solo aquellos puntos que son deficientes, lo que tiene uno que sospechar es que no es usted legal. Si tiene el más mínimo interés en que este lector le crea, simplemente dígame cuales son las pruebas de que lo que explotó en los trenes fueron unas mochilas cargadas de dinamita procedente de Asturias, transportada y preparadada en forma de artefacto ante las narices de nuestros propios servicios de seguridad. Y si no puede, mejor vaya preguntándose si no es usted uno de esos individuos que desconociendo la guerra en que estamos envueltos, acepta el dogma de que Alcaeda trata de aterrorizar a Occidente.

Lino Moinelo dijo...

Comentarios y artículo relacionado:

¿Cuál es la Realidad? - Occam y su navaja

Un saludo

Anónimo dijo...

Vamos a ver, lo de "Convencimiento previo de una verdad dogmática" es algo que puede suceder en cualquier tema: puede ser una teoría conspirativa pero también puede ser una idea política, religiosa, económica, científica, etc... y también puede ser la no existencia de conspiración.

Anónimo dijo...

1.Convencimiento previo de una verdad dogmática.
El trio de las Azores se inventó las armas de destruccion masiva.
http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2009/07/01/AR2009070104217.html
2. Valoración diferencial de indicios según su adecuación a la idea preconcebida.
El objetivo del trio de las Azores es conseguir el petróleo.
3. Apelación a la incredulidad respecto a la teoría "oficial" para forzar la única conclusión supuestamente posible.
Cualquier episodio de pecado original.
4. Omisión de extracción de ciertas conclusiones lógicas (o más bien, ilógicas) de la teoría conspirativa, a fin de no tener que reconocer su inverosimilitud.
todos los países de Europa salvo Francia yAlemania y otros muchos más participaron en la Guerra de Irak y hasta la ONU apoyó la intervencion en las resoluciones 14.41 14.83 y 15.11.
5. Postulado de una conspiración de silencio para acallar la Verdad.
Ninguna guerra se parece a otra todo un libro para el postulado 5.
6. Utilización de explicaciones ad hoc para explicar lo inexplicable.
7. Conversión de hipótesis y premisas implícitas en hechos probados y acumulación de insinuaciones.
8. Utilización de lenguaje emotivo, cargado de parcialidad, dirigido y lleno de juicios de intenciones.

9. Utilización de todo tipo de falacias lógicas para apoyar las tesis conspirativas.

CRÓNICAS MARZIANAS

Hay tenéis una verdadera teoría conspiranoica que ahora se ve desmontada http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2009/07/01/AR2009070104217.html

Anónimo dijo...

Mirando por curiosidad el histórico artículo de Luis Fernando, me encuentro con esto:
"Jamal Zougam estuvo investiado por su amistad con Abu Dahdah, hay huellas suyas en la furgoneta "
Así que huellas suyas en la furgoneta.Pues no aunque se publicó en numerosos periódicos era una leyenda urbana. Lo de la amistad de Abu Dahdah, no significó nada porque no fue ni tan siquiera imputado por ella; no significaba absolutamente nada. Es exactamente igual que lo de la amistad de los etarras de las cárceles con los islamistas. Respecto a los reconocimientos, fue condenado exclusivamente por ellos, pero como estaría que El País tras oír al defensor en el recurso ante el Supremo reconoció que podía tener razón.

Efectivamente, demasiadas leyendas urbanas en este caso. Demasiadas.

nefar dijo...

Lo que no fue una leyenda urbana fue que en Leganes se inmolaron siete terroristas llevandose la vida de un GEO, en un piso en el que se encontro dinamita de Mina Conchita y videos reivindicando el 11M. Ni fue una leyenda urbana que todos los GEOS declararan que dentro del piso habia terroristas que les gritaron y dispararon, ¿eh, anonimo?

Saúl dijo...

La cuestión es sembrar dudas.
Si tu los lees, sin tener una minima noción del caso, podrías perfectamente creerte sus teorias y más aun si estás predispuesto a ello. Lo que no logro entender es que, personas con dos dedos de frente, se puedan creer que los jueces, los policias, los abogaos, la opsición politica... se unan para conspirar en un tema como este. Es que parece que el PSOE se haya alegrao de los atentaos.
Ahi esta la sentencia, ratificada por el supremo y si hay que investigar más que lo haga la justicia por sus cauces.